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El futuro del futuro
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Los empleos del mañana: El impacto de la Industria 4.0 sobre los mercados laborales en América Latina

Diego Buenaño

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En esta lógica de demanda de nuevas habilidades profesionales y de déficit de talento humano, las carreras universitarias constituyen la variable dependiente de las necesidades del mercado laboral y, por lo tanto, deben asumir el reto de proponer programas académicos acordes a la realidad de la sociedad. I

20 Abril de 2022 16.25

El reporte del Foro Económico Mundial (WEF) sobre el futuro del empleo, publicado en octubre del 2020, encendió las alarmas relacionadas con el impacto que las tecnologías disruptivas (computación en la nube, analítica y Big Data, inteligencia artificial, internet de las cosas, ciberseguridad, robótica y automatización) tendrán sobre la fuerza laboral en los próximos 5 años. Según el informe, se estima que para el 2025, 85 millones de puestos de trabajo serán desplazados por la penetración de las tecnologías disruptivas en la industria. Al mismo tiempo, el informe prevé que pueden surgir 97 millones de nuevos roles que estarían mejor adaptados a una nueva lógica de división del trabajo.  

Según diferentes estudios, el impacto de la automatización se centrará principalmente en las tareas de recuperación y procesamiento de información, tareas administrativas de tipo repetitivo y algunas actividades del trabajo manual tradicional. Por otro lado, las tareas en las que se espera que los seres humanos conserven su ventaja comparativa incluyen, la gestión, el asesoramiento, la toma de decisiones, el razonamiento y la comunicación asertiva.

El reporte del WEF se fundamenta en la encuesta “Future of Jobs”, aplicada en 26 países emergentes y en 15 sectores industriales puntuales. A pesar del sesgo que pueda existir en la información que muestra el reporte, considero que las variables analizadas y los datos expuestos, son una excelente base para proyectar las tendencias laborales en nuestra región.

Cualquier análisis formal en torno a profesiones del futuro debe considerar dos variables fundamentales. Por un lado, es imprescindible analizar el nivel de adopción tecnológica que tienen los países sobre los cuales se realiza este tipo de estudios y, concomitante con esto, se debe analizar la demanda de habilidades profesionales que requiere dicha adopción tecnológica.

El nivel de adopción tecnológica en un país está muy relacionado con el impacto que tienen sus sectores productivos en la economía de la nación. El estudio de la CEPAL: “Cambio tecnológico y empleo: una perspectiva latinoamericana” realizado en doce países de la región muestra que en promedio en AL el 51% de trabajadores se desempeña en sectores de media y alta productividad. Este indicador permite estimar que en la región aproximadamente el 46% de puestos de trabajo puedan ser automatizables.  

Por otro lado, es importante conocer que los patrones de adopción tecnológica varían según la industria. Así, por ejemplo, la inteligencia artificial está encontrando una adaptación más amplia entre las industrias de información, comunicaciones digitales, servicios financieros, atención médica y transporte. El Big Data, internet de las cosas y la robótica no humanoide están experimentando una fuerte adopción en el ámbito de la minería y la agricultura, mientras que la ciberseguridad ha tomado impulso a nivel del sector público. 

En el ámbito de las habilidades profesionales, una limitante que tienen las empresas para aprovechar el potencial que conlleva la adopción de nuevas tecnologías, es la escasez de talento humano con las destrezas necesarias para trabajar en las profesiones emergentes. Estas habilidades están relacionadas con roles tales como científicos y analistas de datos, especialistas en: Internet de las cosas, 5G y comunicaciones móviles, transformación digital, automatización de procesos, inteligencia artificial y aprendizaje automático, ingenieros de robótica, desarrolladores de software y aplicaciones y analistas de seguridad de la información. 

En esta lógica de demanda de nuevas habilidades profesionales y de déficit de talento humano, las carreras universitarias constituyen la variable dependiente de las necesidades del mercado laboral y, por lo tanto, deben asumir el reto de proponer programas académicos acordes a la realidad de la sociedad. Implementado para ello programas de estudio bajo modalidades que se adapten a los requerimientos de la sociedad del conocimiento. (O)

 

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