Forbes Ecuador
no guardes energia
Columnistas
Share

No se trata de tener las mejores condiciones, ni de esperar el momento perfecto. Se trata de entregarse por completo. De darlo todo, aun cuando parece que no hay garantías.

10 Diciembre de 2025 11.52

En la película Gattaca, el actor Ethan Hawke interpreta a Vincent Freeman, un hombre común en un mundo extraordinario. En una sociedad donde los seres humanos son modificados genéticamente para tener ventaja competitiva desde el nacimiento, Vincent no tiene los genes "adecuados". Todo parece estar en su contra: su salud, sus capacidades físicas, su expectativa de vida. Pero él tiene algo que no se puede programar: la voluntad.

En una escena inolvidable, Vincent compite nadando mar adentro contra su hermano Anton, genéticamente superior. Lo vence. Sorprendido, Anton le pregunta cómo lo logró. La respuesta es tan simple como demoledora: "Nunca guardé nada para el regreso."

Esa frase lo resume todo.

No se trata de tener las mejores condiciones, ni de esperar el momento perfecto. Se trata de entregarse por completo. De darlo todo, aun cuando parece que no hay garantías. Y justamente ahí es donde aparece la verdadera diferencia.

Este mensaje ha resonado profundamente en mi camino personal y profesional. En mis artículos anteriores en Forbes Ecuador, he insistido en que:

La suerte es una paliza de disciplina.

No conozco a nadie que haya tenido éxito sostenido sin esfuerzo diario, sin constancia, sin una estructura de hábitos que permita avanzar incluso cuando no hay motivación. La suerte puede abrir una puerta, pero solo la disciplina te permite cruzarla.

La reinvención después de los 40 es posible, necesaria y poderosa.

Hoy, muchos ejecutivos enfrentan el desafío de una segunda curva profesional. Lo viví en carne propia. Reinventarse exige humildad para desaprender, valentía para exponerse y convicción para avanzar sin red de seguridad. Y, sobre todo, exige no guardar energía. Apostar por completo.

El aprendizaje es un camino, no un evento.

El cambio de época que estamos viviendo -digital, generacional, cultural- obliga a los líderes a reaprender. Ya no basta con tener experiencia: hay que tener apertura. Y para eso también hay que entregarse sin reservas, con curiosidad radical.

Volviendo a Gattaca, Vincent logra ir más allá de sus límites no porque sea superior, sino porque no se reservó nada. Esa es su ventaja. No tenía un plan B. No dejaba nada para después. Y quizás por eso llegó más lejos que todos.

Ese es el mensaje que quiero dejar hoy:

En momentos de cambio, incertidumbre o transformación...

No te guardes nada...

Ni tus ideas.

Ni tu esfuerzo.

Ni tu pasión.

Ni tu ambición.

A veces, la fuerza más poderosa no viene de afuera ni de un "superpoder", sino de esa decisión interior de apostarlo todo a lo que realmente crees.

Sin reservas.

Sin garantías.

Y sin miedo al regreso. (O)

10