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No es mi intención juzgar la calidad de la composición que está de moda, en la voz de Shakira, al fin y al cabo establecer un ranking de gustos musicales es algo muy subjetivo, sino reflexionar sobre el mensaje subliminal que esta nos transmite.

18 Enero de 2023 16.19

Nunca fui “fans” de Shakira. Ni con los pies descalzos, ni loca, ni rabiosa, ni loba, ni en bicicleta… Para mí, su performance musical siempre fue evitable, nunca inevitable. Y, claramente, me puedo imaginar que ahorita mismo, con solo estas dos pequeñas y sentidas frases, debo haber empezado a facturar haters como las millones de visualizaciones -65 y sumando- de la reciente canción lanzada por la colombiana y que no ha dejado de ser el tema de sobremesa, karaoke, podcasts y playlists de entrenamiento, en todo lugar hacia donde uno se digne “pegar un pique”. No es mi intención, por supuesto, juzgar la calidad de la composición en cuestión -al fin y al cabo establecer un ranking personal de gustos musicales es subjetividad pura- sino reflexionar sobre el mensaje subliminal en lo que yo considero el subtexto de esta melodía y que no versa sobre las broncas entre esposo y esposa, novio y novia, damita y caballero, sino sobre las diferencias entre cholos y pelucones.

Perdón, ya cogí otro avión. Evidentemente, no puede tomar un bus entre Barcelona y Miami, pero, claramente, ha tomado más de un avión y, aparentemente, lo presume. Asumiendo que solo han sido dos, en clase turista, US$ 505 cada vuelo. Total: 1.010. Es decir, dos meses y tres días de trabajo con salario básico unificado en Ecuador. Un 'lujo' al alcance del bolsillo de solo 3 de los 18 millones de ecuatorianos que tienen empleo adecuado, según el INEC.   

Aquí no vuelvo, no quiero otra decepción. Suponiendo que se refería a su residencia, podemos colegir que su expareja no propició las condiciones  de estilo que se ajustaran a sus parámetros. Recordemos que en Barcelona vivía en una mansión de US$ 14 millones y, tras la ruptura, se mudó a otra propiedad de US$ 16 millones, en Miami. En Ecuador, las personas que ganan el básico, si destinaran el 30 % de sus ingresos al pago de un hipotecario, obtendrían una casita así en 9.876 años y medio. 

Sorry, baby, hace rato que yo debí botar ese gato. Se evidencia una enorme incomodidad con la mascota, que la lleva a justificar un posible maltrato animal. Se ve que quería abandonar al felino a su suerte, para que sirviera de insumo para chaulafán, solamente porque no debió ser un persa, un ashera o un siamés. 

Una loba como yo, no está pa' tipos como tú. A ti te quedé grande, y por eso estás con una igualita que tú. Fija de forma determinante las diferencias de clases sociales, al punto que le recomienda amorosamente que se junte con su propia chusma. Según Credit Suisse, en su reporte de 2021, se señala que solo el 1,1 % de la población mundial es millonaria (que tiene al menos US$ 1 millón), lo que significa que la cantante es una de los 56 millones de millonarios que hay en el planeta.  

Yo entendí que no es culpa mía que te critiquen. Yo solo hago música. Perdón que te sal-pique. Otra minimización categórica, esta vez, respecto a la diferencia salarial entre ambas partes. De acuerdo al registro de Forbes sobre la fortuna de la cantante, se estimó que esta debe sumar unos US$ 400 millones. Solo alrededor de esta última canción, los supuestos de ganancia son enormes, que fluctuarían entre los 14.000 y los US$ 115 millones de euros, según el sitio Social Blade, valores que poco a poco irán descubriéndose, conforme se filtren ciertos detalles de los contratos. De su parte, el exfutbolista tiene un patrimonio cinco veces menor: US$ 80 millones. 

Me dejaste de vecina a la suegra, con la prensa en la puerta y la deuda en Hacienda. Es la típica denuncia de cuando salen los trapos al sol. Es una escena ideal para la producción de una sitcom basada en un hogar donde una de las partes sustenta a la otra, incluida mermelada y progenitora. Al momento, la cantante adeuda US$ 23 millones en impuestos al fisco español, es decir, si todos los ecuatorianos la ayudáramos con US$ 1,27, la barranquillera podría volver a conciliar plácida y rápidamente el sueño. 

Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan. Una de las frases históricamente más compartidas en redes sociales y en todo tipo de coloquio. Debo reconocer que, en un inicio, se me encendió el foco de perspicacia y me dije: Hmmm, factura, ¿pero adeuda impuestos? Además pensé que el hecho de no llorar por esta situación la convierte en otra insensible contribuyente, como los miles en Ecuador, cuyas deudas en firme superan, según el SRI, los US$ 3.185 millones. Luego comprendí el sentido y creo que es un buen mantra para incitar a la reducción de las brechas salariales de género y no siga sucediendo como en Ecuador, donde todavía las mujeres ganan un 15 % menos que los hombres, en puestos similares.   

Cambiaste un Ferrari por un Twingo, cambiaste un Rolex por un Casio. Una falacia. No se puede comparar. Un Ferrari promedio cuesta US$ 250.000; el último Twingo eléctrico US$ 22.000; ¡10 veces más!  Un Rolex puede costar desde los US$ 25.000; un Casio, unos US$ 25; ¡1.000 veces más! Hay que estar bien loco o bien pegado sustancias psicotrópicas de alto octanaje para siquiera pensar en hacer un trueque de ese tipo.

Yo valgo por 2 de 22. Vuelta en cambio, a esta aseveración (que viene a ser un bonus track) la apoyo completamente, en mi calidad de colega de la insigne Generación X, de la cantante. Ya que para cuando ustedes lean esta nota, yo estaré disfrutando del inicio de mi segundo medio siglo de vida en el planeta, con gorrito de cumpleaños y pastel en el mostacho. Y, como diría aquella canción, en la que Shakira participa junto a los Black Eyed Peas, y que me permito cantar para la ocasión, a todo volumen y a grito destemplado, como ella: “Don't you worry,  I'ma live my life everyday's a holiday'”, porque, claramente, ¡yo valgo por dos de 25! (O)

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