Desde el día que uno nace hay una línea cronológica de eventos que debe seguir para llegar a lo que la sociedad ha definido como éxito. Sacar buenas notas, graduarte del colegio, terminar la universidad, conseguir empleo, formar una familia y seguir trabajando hasta que te puedas retirar. No son cosas simples de conseguir y requiere mucho esfuerzo, pero ese no es el mayor desafío en la búsqueda del éxito. El reto más grande al cual los seres humanos se enfrentan es abandonarse a sí mismos en el proceso. 

Cuando un ser humano está buscando el éxito, muchas veces las víctimas principales son la salud mental y física. Dada la cantidad limitada de tiempo que una persona tiene en su día, toda decisión de cómo utilizar su tiempo tiene un costo de oportunidad sobre todas las otras cosas que pudiese estar haciendo en ese mismo momento. Suele ser el caso, en esta búsqueda del éxito que una persona siempre escoge la acción que sabe que le ayudará a estar más cerca a su meta. El problema está en que muchas personas no se dan cuenta que cuidar su salud mental y física, es igual de importante para poder llamarse verdaderamente exitosos.

 Si tienes el trabajo de tus sueños pero pasas en chequeos médicos por tener presión alta, ¿eres exitoso? Si lograste llegar a tu meta de salario en un año pero no tienes el tiempo para disfrutar ese dinero con tu familia porque pasas en reuniones, ¿eres exitoso? Si puedes comprarte el carro del año pero no tienes el estado físico para caminar más de una milla sin cansarte, ¿eres exitoso? Si toda tu ropa es de marca pero te cuesta levantarte de la cama todos los días porque no eres feliz, ¿eres exitoso? 

Las personas verdaderamente exitosas son aquellas que aunque tienen un buen trabajo, una familia, se enfocan en darse tiempo para cuidar de su salud mental y física. El Instituto de Salud Mental de los Estados Unidos explica que, “hasta algunas acciones pequeñas para dedicar un poco de tiempo a sí mismo en la vida diaria pueden generar un gran impacto". Existen cinco pilares que utilizados de manera apropiada tienen la habilidad de cambiar la vida de cualquier persona: movimiento, alimentación, presencia, gratitud y relaciones. 

La vida de muchas personas puede ser muy sedentaria, lo que hace que al menos treinta minutos de movimiento al día sean indispensables. El movimiento diario puede incluir cualquier tipo de actividad física, desde nadar a levantar pesas, hasta caminar. Algo que es importante notar es que la alimentación es crucial para que el cuerpo tenga la capacidad de moverse diariamente. Es por eso que se tiene que ser muy consciente de los alimentos con los que uno nutre su cuerpo. Así como el movimiento y la comida son extremadamente importantes, es clave que una persona esté presente física y mentalmente en todo momento. Vivir con la preocupación de los eventos del futuro o lo que está en el pasado puede causar mucho estrés, lo cual indudablemente tiene un efecto negativo en la salud mental de las personas. Por esta razón, la práctica de gratitud es muy importante. Cuando una persona tiene la capacidad de agradecer por las cosas que aprecia de su vida en el día a día, las preocupaciones se vuelven más livianas, lo cual calma el sistema nervioso automáticamente. Finalmente, los seres humanos están hechos para compartir experiencias y sentimientos y es esencial que se rodeen de gente que aporta cosas positivas a su vida, personas que les llenan de mucho amor y felicidad. 

La vida no es fácil y pasa muy rápido. No vivas tu vida buscando un éxito que te haga olvidarte de ti mismo, de tu salud, de tu felicidad, de tu bienestar. Trabaja para vivir, no vivas para trabajar. (O)