Forbes Ecuador recibió a José Abel DeFina, para hablar sobre la sostenibilidad y el crecimiento de la riqueza familiar. Abel ha analizado y visto de primera mano cómo la audacia fundacional del patrimonio puede convertirse en la mayor amenaza si no se acompaña de reglas y una estructura de gobernanza.

Desde ese punto, plantea la relevancia del family office como un "negocio" orientado a que el patrimonio perdure para las generaciones presentes y futuras.

DeFina describe los pilares de esa arquitectura de gestión: un CEO que sostenga la visión estratégica del capital familiar, un Chief Investment Officer que trace el mapa de inversión y un CFO que encuentre el equilibrio entre ingresos estables y los gastos del grupo familiar.

También subraya la importancia de diseñar un patrimonio "ancla", capaz de generar rendimientos consistentes —por ejemplo, inversiones inmobiliarias o fideicomisos agroexportadores— que actúen como blindaje frente a los ciclos económicos locales.

Uno de los puntos de mayor valor es la ecuación de los tres capitales: financiero, humano y social. Según DeFina, preservar la riqueza significa resguardar dinero y proteger los lazos, la reputación y los valores que hicieron posible construirla. 

Además, propone dividir el patrimonio en tres frentes: la empresa familiar, el portafolio estable de protección y un fondo de riesgo —entre  5% y 10 % del patrimonio— donde los herederos puedan dar ideas como emprendedores y desarrollar nuevos motores de crecimiento.

"El legado no es solo la plata", dice. Recomienda tener un modelo donde los herederos se conviertan en constructores del futuro, capaces de sumar al crecimiento patrimonial sin romper la estructura que lo sostiene. (P)

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