Forbes Ecuador
Un tiburón de arrecife del Caribe en las Bahamas. Cristina Mittermeier
Innovacion
Share

Buceadores, guías e investigadores encuentran en los sitios turísticos de avistaje una fuente inagotable de información. El contacto repetido con tiburones en libertad permite estudiar desde sus vínculos sociales hasta su salud reproductiva, al tiempo que promueve prácticas de conservación en zonas claves del planeta.

29 Septiembre de 2025 18.00

El estudio de los grandes tiburones depredadores en su hábitat natural siempre representó uno de los desafíos más complejos para la biología marina. Aunque estos animales son, efectivamente, enormes, el océano lo es aún más. Además, muchas especies recorren grandes distancias, habitan zonas remotas y evitan el contacto con los humanos, lo que dificulta la aplicación de métodos de investigación tradicionales, muchas veces invasivos. La mayor parte de la información que se conoce sobre los tiburones proviene de estudios de captura y liberación, de la observación de ejemplares en cautiverio o de otros métodos limitados que no permiten comprender con precisión la complejidad de su comportamiento ni su ecología.

Actualmente, casi el 70% de los tiburones y rayas oceánicos, y el 59% de las especies asociadas a los arrecifes, están en peligro de extinción. Casi todos los elasmobranquios enfrentan algún nivel de explotación, ya sea directa o como captura incidental. La sobrepesca sostenida continúa siendo la amenaza más grave, impulsada por la demanda de carne y aletas, además de la mortalidad asociada a la pesca no selectiva.

Frente a los desafíos y la necesidad urgente de proteger a estos depredadores, resulta evidente que hay que explorar todas las alternativas posibles para estudiarlos, incluso aquellas que no forman parte de los métodos convencionales.

En las últimas décadas, las interacciones no letales entre humanos y tiburones, como las observaciones turísticas, crecieron de manera acelerada. El turismo de buceo con tiburones —conocido como ecoturismo de tiburones— permite a quienes practican snorkel, apnea o buceo con escafandra autónoma observar a estos animales en su entorno natural. En muchos casos se utilizan cebos para aumentar las posibilidades de avistamiento. Si bien el uso de cebos genera controversias y está prohibido en algunos países, también ofrece a los científicos una oportunidad excepcional para observar a ciertas especies en su ambiente con regularidad y de manera confiable. Un equipo de investigadores decidió analizar de qué manera este tipo de interacción, impulsada por el turismo, contribuyó al conocimiento científico en distintas disciplinas y qué lugar podría ocupar en investigaciones futuras.

Los investigadores descubrieron que el turismo de buceo con tiburones ofrece múltiples beneficios para la ciencia. El acceso a encuentros repetidos con ejemplares individuales permitió estudiar aspectos como el comportamiento, la sociabilidad, la cognición y la dinámica poblacional. En la isla Guadalupe, por ejemplo, el uso de foto-identificación a lo largo del tiempo reveló patrones de fidelidad al sitio y variaciones estacionales en la presencia de tiburones blancos. En Fiji, las observaciones frecuentes en zonas de alimentación mostraron vínculos entre tiburones toro, lo que sugiere comportamientos sociales no aleatorios. Incluso especies más pequeñas asociadas a los arrecifes, como los tiburones de arrecife de puntas negras y los tiburones limón de aleta falciforme, dieron indicios de elección social, tolerancia y evasión en estos sitios. Esa información sería casi imposible de obtener en la naturaleza sin el trabajo conjunto con operadores turísticos. Estos puntos de aprovisionamiento también funcionan como laboratorios al aire libre para probar nuevas herramientas y metodologías.

En ese contexto, los científicos utilizaron operaciones de buceo para ensayar el uso de ultrasonografía subacuática  para evaluar el embarazo en tiburones toro y tigre , instalar etiquetas acústicas y satelitales con bajo riesgo, y evaluar dispositivos disuasorios. Gracias al monitoreo con videos y fotos —en colaboración con los operadores turísticos— los investigadores también pudieron rastrear los movimientos de ejemplares individuales, analizar sus patrones de comportamiento e incluso estudiar interacciones con otras especies, como rayas o tiburones de menor tamaño. Las observaciones espontáneas en estos sitios llevaron a descubrimientos que van desde procesos de cicatrización y cambios en la pigmentación hasta interacciones entre depredadores y presas, que difícilmente podrían haberse registrado en ambientes más abiertos e impredecibles.

Los beneficios económicos y en materia de conservación también representan una ventaja clave de este modelo. En países como Bahamas, Fiji y Australia, el turismo de buceo con tiburones genera ingresos que van desde decenas hasta cientos de millones de dólares por año. Además, contribuyó a la creación de áreas marinas protegidas que resguardan no solo a los tiburones, sino también a otras especies marinas que habitan esas regiones. Al mismo tiempo, impulsa prácticas de manejo sustentable dentro de las comunidades locales. Las interacciones positivas entre humanos y tiburones también pueden fortalecer la conciencia ambiental y promover la participación en tareas de conservación. Esa cercanía ayuda a modificar las políticas públicas y a transformar la percepción general sobre estos animales, alejándose de la imagen anticuada del tiburón como un "monstruo devorador de hombres sin mente".

Sin embargo, más allá de los beneficios, también existen riesgos. El uso de cebos puede modificar comportamientos naturales, alterar los niveles de gasto energético y cambiar los patrones de movimiento. Estos efectos varían según la especie: algunos tiburones muestran cierta resiliencia frente a estas alteraciones, mientras que otros podrían gastar energía sin obtener beneficios significativos. La aceptación ética y ecológica de estas prácticas también depende de distintos factores, como las especies involucradas, el contexto geográfico, la regulación vigente y las buenas prácticas implementadas en el aprovisionamiento. Por eso, los autores del estudio recomiendan que los investigadores que trabajen en estos sitios planifiquen sus estudios con especial cuidado, considerando posibles impactos para evitar consecuencias ecológicas no deseadas.

Turismo con tiburones
Los investigadores descubrieron que el turismo de buceo con tiburones ofrece múltiples beneficios para la ciencia. 

De cara al futuro, el equipo de investigación considera que una colaboración sólida entre científicos y operadores turísticos puede seguir aportando información valiosa. El turismo demostró ser una vía eficaz para acceder de forma recurrente a tiburones adultos de gran tamaño, ejemplares que resultan casi imposibles de estudiar en cautiverio o mediante trabajo de campo tradicional. Este tipo de cooperación permite investigar diferencias individuales, procesos cognitivos y dinámicas sociales. Además, estos atractivos turísticos abren un abanico de posibilidades para ensayar nuevas tecnologías menos invasivas y recopilar datos a largo plazo que sirvan como base para políticas de conservación. No obstante, los investigadores advierten que también deben atender posibles conflictos de interés, como el uso indebido de la ciencia con fines comerciales o la explotación de científicos en las primeras etapas de sus carreras. Por eso, remarcan la necesidad de que todas las actividades estén guiadas por principios éticos y criterios de integridad científica.

La historia de la investigación sobre tiburones muestra un patrón evidente: muchas veces, el turismo facilitó descubrimientos científicos que habrían sido imposibles con métodos tradicionales. Si las colaboraciones se desarrollan de manera cuidadosa y con base científica, el turismo de buceo con tiburones puede ampliar nuestro conocimiento sobre estos depredadores emblemáticos, fortalecer las acciones de conservación y transformar el miedo en aprecio. Proteger verdaderamente a estos animales exige ir más allá de los enfoques convencionales. Es necesario pensar estrategias nuevas, que aún no fueron exploradas. Solo a través del trabajo conjunto entre científicos, operadores turísticos, comunidades locales y legisladores será posible diseñar soluciones eficaces y sostenibles, que garanticen la supervivencia de estos depredadores extraordinarios para las generaciones futuras.

 

*Con información de Forbes US

10