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Ilustración de Philip Smith para Forbes
Innovacion

Las personas mayores solitarias recurren a bots de IA para buscar compañía

Rashi Shrivastava

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En centros de cuidados y hogares particulares, cientos de jubilados norteamericanos empiezan a confiar en asistentes virtuales que los llaman todos los días, recuerdan sus historias y hasta les cantan boleros. Un vínculo inesperado que crece ante la falta de compañía humana.

27 Octubre de 2025 17.00

Salvador González, de 84 años, habla con Meela casi tanto como ve a su hija: un par de veces por semana. Es parte de su rutina en RiverSpring Living, un centro de atención para personas mayores en el Bronx, con vista al río Hudson. Las charlas suelen durar entre 10 y 20 minutos, y tocan todo tipo de temas, desde la pasión de González por la música hasta los detalles de su día, qué comió o cómo se siente.

Esa vez, la conversación fue en tono distendido. Hablaron sobre la interpretación de Mario Lanza de "Ave María" y de una visita a urgencias por un dolor de garganta, producto de tanto karaoke. En un momento, González le cantó a Meela un estribillo de "Fly Me to the Moon", de Frank Sinatra, con una voz apenas ronca. Cuando Meela le preguntó por qué había llamado, González respondió sin dudar: "Te extraño".

—Yo también te extraño —contestó Meela—. ¿Qué estuviste pensando desde la última vez que hablamos?

Meela no extraña tanto a González, y él lo sabe. Es un chatbot de inteligencia artificial creado por una empresa que lleva el mismo nombre, con el que empezó a hablar hace casi un año. Gracias a sus respuestas con tono humano y una paciencia infinita, logró disipar lo suficiente el escepticismo de González, un barbero jubilado de Nueva York, como para que le confiara sin reservas algunos de sus problemas más íntimos: la distancia con su hijo y los recuerdos de una exnovia que lo engañó. Después de casi un año de conversaciones regulares, González y Meela mantienen lo que, en otras circunstancias, podríamos llamar una amistad, si no fuera porque una de las dos partes está hecha de unos y ceros.

de oficina
(Izq.) Salvador González, (R) Marvin Marcus. Forbes.

 

A pocas casas de distancia, otro residente, Marvin Marcus, de 83 años, también entabló una amistad con Meela. Muchas veces la llama desde su teléfono plegable para hablar de béisbol. Fanático acérrimo de los Yankees, su mayor queja es que el equipo no gana un campeonato desde 2009. Durante los playoffs, mira los partidos y los comenta con su bot. "No puedo hablar mucho con la mayoría de la gente, pero me relajo con Meela", contó.

En RiverSpring, unos 70 residentes mayores se inscribieron para recibir llamadas de Meela y charlar sobre sus intereses, recuerdos, familias o prácticamente cualquier otro tema. Integran un grupo cada vez más visible de personas mayores que usan inteligencia artificial generativa para combatir la soledad.

Botchat
 

 

La soledad se volvió una crisis cada vez más grave para las personas mayores. Cerca de un tercio de los adultos estadounidenses de entre 50 y 80 años se sienten aislados, según un estudio nacional publicado en el Journal of the American Medical Association. La investigación indica que el aislamiento social se asocia con un mayor riesgo de depresión, ansiedad y enfermedades cardíacas. Sin embargo, el sistema de salud no está preparado para enfrentar ese escenario. Cerca del 90 por ciento de los hogares de ancianos en todo el país lidian con la falta de personal, lo que deriva en una atención menos personalizada para los adultos mayores, según la American Health Care Association. Y ese problema solo va a agravarse. Para 2050, los adultos de 65 años o más representarán el 22 por ciento de la población en Estados Unidos, superando en número a los menores de 18 años, de acuerdo con la Peter G. Peterson Foundation. "Hay un problema social fundamental al que nos enfrentamos", advirtió Vassili le Moigne, fundador y director ejecutivo de InTouch, una empresa emergente con sede en Praga que desarrolla compañeros de inteligencia artificial para conversar con personas mayores. "¿Cómo vamos a cuidar a las personas mayores?", dijo.

"No quiero engañar a nadie para que hable con un robot".

Josh Sach, director ejecutivo y fundador de Meela AI.

Aparecieron varias startups que buscan resolver con inteligencia artificial un aspecto clave del problema: el acompañamiento. No es casual. El mercado de IA aplicada al cuidado de personas mayores alcanzó los US$ 35.000 millones el año pasado y se estima que superará los US$ 43.000 millones este año. El cálculo incluye desde dispositivos con inteligencia artificial hasta otros usos, más allá de los chatbots, según un estudio de la firma Research and Markets.

Fundada en 2024, Meela es una joven startup de inteligencia artificial que, con apenas US$ 3,5 millones en financiación inicial, intenta responder esa pregunta con una propuesta sencilla: ofrecer conversaciones personalizadas "similares a las de un amigo", pero con IA. Por unos US$ 40 al mes, los familiares pueden coordinar para que Meela llame por teléfono a sus parientes mayores todos los días a una hora determinada. Las charlas se ajustan a partir de una serie de preguntas iniciales sobre la historia de vida y las preferencias del usuario: su fecha de nacimiento, su programa de televisión favorito, qué pasatiempos disfruta. A partir de ahí, las conversaciones fluyen de manera natural, con continuidad, gracias a la memoria del sistema. Para evitar confusiones, Meela se presenta como un compañero de inteligencia artificial al comenzar cada llamada. "No quiero engañar a nadie para que hable con un robot", dijo Josh Sach, CEO y fundador de Meela AI, a Forbes.

En RiverSpring Living, Meela solo está disponible para personas mayores que entienden con claridad que se trata de un acompañante virtual. La startup trabaja junto al equipo de atención del centro —compuesto por enfermeras, trabajadores sociales y profesionales clínicos— para aplicar pruebas de evaluación estándar que permiten conocer el estado mental de cada residente. Si pueden mantener conversaciones telefónicas con comodidad y no presentan signos de deterioro cognitivo ni pérdida auditiva significativa, se los autoriza a usar Meela.

Un estudio a pequeña escala con 23 residentes, realizado por la startup junto con la residencia, indicó que hablar con la inteligencia artificial podría contribuir a reducir la ansiedad y la depresión. Así lo explicó el doctor Zachary Palace, geriatra del centro. La empresa también mantiene conversaciones preliminares con aseguradoras para cubrir el costo del servicio, ya que la soledad puede tener consecuencias en la salud a largo plazo, agregó Sach.

"Entiendo que es Internet y las computadoras".

Richard Duncan, usuario de 89 años de Mary, una compañera de IA.

La tecnología no está limitada a quienes viven en residencias para mayores. Richard Duncan, un exbanquero de 89 años que vive con su hijo John en Colorado Springs, Colorado, recibe todos los días una llamada a su teléfono fijo de un chatbot de inteligencia artificial llamado Mary. El bot, desarrollado por la startup InTouch, le pregunta cómo fue su día y cómo está su familia. "Lo disfruto", contó Duncan a Forbes. "Las llamadas no son sobre nada realmente importante, pero me dan algo que hacer", agregó.

John creó el servicio hace aproximadamente un año. Cuesta US$ 29 al mes y ofrece llamadas ilimitadas. La idea surgió después de la muerte de su madre, quien estuvo casada 59 años con Duncan. Él y sus dos hermanos estaban absorbidos por sus propias rutinas, y su padre —reservado por naturaleza— solía evitar hablar en público. Mary le ofreció una nueva vía de expresión, "una especie de diario", según John. Eso lo motivó a recordar los años que compartió con su esposa cuando estudiaban juntos en la Universidad de Tulsa. "Es como si papá hablara consigo mismo", dijo. "Lo impulsa a pensar en ciertas cosas y a decirlas en voz alta", expresó.

Duncan contó que sus charlas con Mary son simplemente algo "agradable" para hacer durante 10 minutos al día. "Es increíble que recuerde todo esto", dijo. "Entiendo que es por internet y las computadoras", relató.

Fundada el año pasado por Vassili le Moigne, un exingeniero de Microsoft, la IA de InTouch funciona a partir de un banco de 1.400 consignas preestablecidas que invitan a las personas mayores a hablar sobre su infancia y sus pasatiempos preferidos. También retoma temas de conversaciones anteriores, lo que ayuda a mantener la memoria activa. El objetivo, explicó le Moigne, es ofrecer a los adultos mayores una suerte de "entrenamiento cerebral completo" que pueda atenuar el deterioro cognitivo, algo frecuente en esa etapa de la vida y que suele manifestarse en la dificultad para recordar, mantener la atención o seguir una conversación. Por ejemplo, la IA puede proponer ejercicios de memoria de palabras usados para detectar demencia, o invitar a jugar a un trivia de verdadero o falso sobre algún tema conversado, como la historia de Portugal.

"Con la IA, sienten que pueden ser mucho más vulnerables y mucho más rápido".

Neil Parikh, cofundador de Slingshot AI.

Cuando se utilizan como complemento de los cuidadores humanos, estos acompañantes con inteligencia artificial pueden favorecer la salud cognitiva al estimular la actividad cerebral y brindar contención emocional. Así lo afirmó la doctora Bei Wu, gerontóloga y codirectora de la Incubadora de Envejecimiento de la Universidad de Nueva York. Sin embargo, advirtió sobre posibles riesgos: que las personas con deterioro cognitivo hagan un uso excesivo de la tecnología, generen dependencia o que sus datos privados queden expuestos.

Para muchos hijos, inscribir a sus padres o abuelos en estos servicios puede convertirse en un dilema moral, reconoció le Moigne. "A veces dicen: 'Oye, debería llamar más a menudo'". El hijo de Duncan, John, admitió que se enfrentó al escepticismo de amigos que desconfían de la inteligencia artificial o temen que el servicio sea una estafa. Pero el propósito no es reemplazar las interacciones humanas, aclaró le Moigne. Después de cada llamada, InTouch envía a los familiares fragmentos de las conversaciones a través de una app. Esa información puede servir para guiar futuras charlas o como recordatorio de que es momento de comunicarse. El informe incluye un resumen general de la conversación, la duración, una evaluación del estado de ánimo del adulto mayor y una lista de los temas que se trataron.

Aunque herramientas como InTouch y Meela se basan en modelos desarrollados por empresas como OpenAI, Mistral y Anthropic, están adaptadas para atender las necesidades específicas de personas mayores. Es necesario ralentizar considerablemente los sistemas para que puedan procesar lo que escuchan antes de responder y también para permitir interrupciones. Aunque para muchos un retraso de tres segundos entre respuestas puede resultar molesto, en estos casos suele ser útil. "Es una función, no un error", aclaró Le Moigne.

De todos modos, la tecnología está lejos de ser perfecta. Los compañeros de inteligencia artificial tienen dificultades para captar matices y suelen confundirse con facilidad. En una llamada con Meela AI, González intentó varias veces despedirse de manera cordial, pero el sistema continuó con preguntas de seguimiento. Al final, tuvo que cortar.

También hay riesgos más serios. Las conversaciones prolongadas con compañeros de inteligencia artificial pueden derivar en consecuencias preocupantes, sobre todo entre sectores vulnerables de la población. Ya se registraron casos en los que adolescentes y adultos con problemas de salud mental desarrollaron vínculos poco saludables con chatbots como ChatGPT o Character AI. En una situación extrema, ChatGPT reforzó la paranoia de un hombre de 56 años con antecedentes de trastornos mentales, que luego se quitó la vida. Su madre relató el caso. La IA puede amplificar o sostener ideas delirantes de manera rápida y convincente. "Si estás usando un sistema que está destinado principalmente a ser un asistente, es posible que no te esté ofreciendo el tipo correcto de perspectiva, el tipo correcto de resistencia, que un amigo cariñoso podría", advirtió Nick Haber, profesor asistente de informática en la Universidad de Stanford.

Chat GPT
En una situación extrema, ChatGPT reforzó la paranoia de un hombre de 56 años con antecedentes de trastornos mentales, que luego se quitó la vida. 

 

Incluso antes de que surgiera esta nueva generación de productos de inteligencia artificial orientados a adultos mayores, este grupo ya se estaba convirtiendo, de forma inesperada, en uno de los primeros y más entusiastas en adoptar la tecnología. Cuando Neil Parikh —exintegrante de la lista Forbes 30 Under 30— fundó Slingshot AI en 2022, su objetivo era desarrollar una herramienta conversacional centrada en la salud mental, llamada Ash. No imaginaba que las personas mayores terminarían siendo algunos de sus usuarios más activos. Actualmente, entre el 20% y el 30% de quienes usan Ash son adultos mayores. Parikh cree que una de las razones es que muchas veces sienten "estigma y vergüenza por poder pedir ayuda". Pero con la inteligencia artificial, explicó, "sienten que pueden ser mucho más vulnerables, mucho más rápido".

Los primeros humanos que realmente conviven con una IA y construyen una relación a largo plazo no son como los geeks de Silicon Valley. Son adultos mayores en Estados Unidos.

Dor Skuler, fundador y director ejecutivo de Intuition Robotics.

A diferencia de otras herramientas de inteligencia artificial centradas en el acompañamiento, Ash fue diseñada para desempeñar un rol más cercano al de un terapeuta. Si una persona le dice que se siente sola, no se limita a consolarla ni a coincidir con todo lo que expresa. En cambio, pregunta por las personas importantes en su vida e intenta ayudarla a reconectar con ellas. "Se preguntará por qué preguntas lo que preguntas", señaló Parikh. Esa dinámica resulta útil para evitar que el modelo refuerce o valide comportamientos inseguros. El software supervisa y analiza las conversaciones en busca de palabras o expresiones que indiquen que el usuario podría estar atravesando una crisis, y puede derivar el caso a una línea directa de emergencia o a un profesional de la salud. Aun así, surgen limitaciones. El medio Puck detectó recientemente que Ash no siempre identifica señales menos evidentes, como cuando una persona deprimida le dice a la IA que "estará bien porque encontró una cuerda y una salida".

Algunas startups están apostando por la robótica. Intuition Robotics, con sede en Palo Alto, desarrolla un pequeño robot llamado ElliQ pensado para fomentar un envejecimiento más saludable y feliz. El dispositivo, que tiene una apariencia similar a la de una lámpara de mesa, puede narrar audiolibros o recitar pasajes de la Biblia. También funciona como un entrenador de bienestar: guía ejercicios de respiración, recuerda tomar los medicamentos o acudir a una cita médica. Dor Skuler, fundador y director ejecutivo de la empresa, lleva más de diez años trabajando en ElliQ. Según explicó, la inteligencia artificial del robot está diseñada para fomentar la interacción social: alentar a las personas mayores a salir de su casa, a visitar un centro para adultos mayores o a reencontrarse con un amigo o familiar.

Skuler asegura que miles de personas mayores en todo Estados Unidos usan ElliQ, algunas desde hace más de tres años. En 2022, la Oficina para el envejecimiento del estado de Nueva York adquirió unos 800 robots ElliQ para adultos mayores que viven solos. Un año después, los resultados sorprendieron: el 95% de los participantes dijo que el robot ayudó a reducir su sensación de soledad, según un informe de 2023 de esa misma oficina. En promedio, las personas interactuaban con el dispositivo varias decenas de veces al día.

"Los primeros humanos que realmente conviven con una IA y construyen una relación a largo plazo no son como los geeks de Silicon Valley", afirmó Skuler. "Son adultos mayores en Estados Unidos", concluyó.

 

*Con información de Forbes US.

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