Forbes Ecuador
Juan José Acosta
Liderazgo
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El ecuatoriano Juan José Acosta cursó su enésima práctica laboral en JP Morgan Chase Bank, en Columbus, Ohio, EE.UU. Yogui, deportista y emprendedor, este quiteño profesa la premisa de que en una pasantía hay poco que exigir y mucho que aprender. A lo largo de su vida no le ha temido a hacer cualquier trabajo. Y se siente orgulloso de todo el conocimiento y el networking que ha acumulado. No le haría ninguna mueca a aceptar un reto de esta naturaleza, las veces que fueren necesarias, si ello le permite aprender de los mejores y crecer como profesional y ser humano.

11 Septiembre de 2022 20.27

En 2011, sencillo y humilde como es, armó su maleta y se marchó a estudiar en la Universidad de Evansville, Indiana, EE.UU. El más chiquito de tres hermanos había decidido seguir la carrera de Administración de Deportes (minor en Administración de Empresas), porque había estado vinculado a este mundo desde sus días de colegio. Por lo que no fue difícil decantarse por esta elección universitaria. Sin embargo, con el paso de los años y con las experiencias acumuladas, su vida ha tomado otros rumbos, hasta hacerle despertar la curiosidad y el gusto por la actividad financiera.

Juan José Acosta, quiteño, MBA por la Universidad de Maryland, instructor de yoga certificado por Lakshmi Rising, trotador, meditador y lector empedernido y, de vez en cuando, golfista, se considera el 'rey de las pasantías'. Desde su oficina en Columbus, Ohio, EE.UU., donde acaba de realizar una pasantía en JP Morgan Chase Bank, explica por qué son tan importantes las prácticas laborales, sean formales o informales, en el desarrollo de las capacidades profesionales y humanas de un ejecutivo.  

Tu colección de pasantías, no sé si sea de las más largas que existan, pero sí debe ser una fuerte competidora. ¿Cómo empezó todo?

Reconozco que me considero el rey de las pasantías. En el colegio hice pasantías en radio La Red, porque siempre me interesaron los deportes, y en un campo de golf, haciendo esos trabajos que nadie quiere hacer en la oficina. Mis primeros pasos en el mundo laboral en EE.UU. los di en una pasantía para el PGA Tour Latinoamérica, la rama organizadora de los eventos grandes de golf a escala mundial. Trabajé en sus oficinas centrales en Florida, ayudando con estrategia de redes sociales y otros proyectos. Luego entré a una pasantía en un equipo de hockey, con jornadas eternas de trabajo, donde no me pagaban un calé. Después me enrolé a Peak Sports MGMT, para ayudar en la venta de auspicios corporativos para deportes de universidad, una actividad que mueve millones de dólares. Posteriormente, me hicieron una oferta para unirme a la Asociación de Golf del Sur de California (SCGA, por sus siglas en inglés), como coordinador de un programa para promover el golf en comunidades de un ingreso más bajo, dentro de su fundación. Hice de todo un poco, entre planear los eventos, recibir a los nuevos miembros. Son de esos trabajos donde uno aprende más. 

¿Cuándo empiezas a dar saltos más grandes?

Regresé a Ecuador en 2016 y al poco tiempo tuve la oportunidad de trabajar en los gimnasios Phisique. Tuve la suerte de estar en el lugar y momento correctos, porque el Gerente de Operaciones se había ido. Me conecté bien con el Gerente General, me ofreció esta opción. Al poco tiempo de vincularme, la empresa trajo la franquicia de gimnasios más grande de América Latina, la brasilera Smart Fit. Necesitaban alguien que liderara ese enorme proyecto y me lo propusieron. Fue bonito porque estuve desde el principio. Viajé a Brasil cuando no había nada, ni un contrato firmado. Me capacité allá, también en Perú y República Dominicana. Al comienzo estuve a cargo de todo, como Gerente de Expansión y de Operaciones a la vez. En enero de 2018 abrimos el primer local de la cadena en la plataforma financiera, en Quito, y fue un éxito. Me quedé como gerente de local en ese momento para aprender lo que era manejar un gimnasio de esa magnitud, teníamos 1.500 clientes en el primer mes y el crecimiento era una locura. Luego dejé la gerencia de ese local y me fui a abrir los otros locales. Trabajaba demasiadas horas, pero fue una gran experiencia. Lo último que hice ahí fue armar todo el gimnasio a la Federación Ecuatoriana de Fútbol a cambio de publicidad, antes de la pandemia. Al poco tiempo salí porque quería hacer un MBA, ya que poco antes había empezado un emprendimiento, se trataba de Murco, la productora del primer single malt de whisky de Los Andes. Tenía muchas ganas de aprender, era un gran reto. Siempre he sido muy curioso, me involucré poniendo mis ahorros, tomando fotos, haciendo de mensajero. Hoy soy una parte pasiva, pero presente con mucho cariño. 

De los deportes saltaste al emprendimiento. Un giro inesperado, sabiendo que te iba bien en el área deportiva.

Es que me entró la gana de crecer en el aspecto académico y abrir otras puertas. En 2021 me fui a hacer la Maestría en la Universidad de Maryland, a las afueras de Washington D.C. Allí, un profesor de emprendimiento me contactó y me propuso trabajar con él en una aceleradora de emprendimientos blockchain, era algo que la universidad no tenía. Todo el primer año de mi Maestría trabajé ahí, creando este programa. Conocí a gente que hacía pasantías de tecnología en Google, Apple, Microsoft, en las consultoras y bancos grandes. Y me comenzó a dar curiosidad y gustar mucho la actividad financiera, porque estoy convencido que esta promueve el desarrollo de las comunidades y las personas. Apliqué a un trabajo en JP Morgan Chase Bank. La verdad, cuando me lancé, vi poco probable que me aceptaran, porque es uno de los bancos más grandes del mundo. Sin embargo, después de pasar por un proceso riguroso de entrevistas, en enero de 2022 me llamaron a hacer una oferta para participar en su programa de pasantías para estudiantes MBA. Obviamente tomé la oportunidad con los brazos abiertos y con una alegría enorme. Pude elegir la ubicación. Me fui a Columbus, Ohio, donde está la oficina central más grande del banco, en el edificio con más empleadores de EE.UU. después del Pentágono. Ahí trabajan 17.000 personas. Haber estado en una oficina de este tamaño, con esa calidad de gente y profesionales fue impresionante. 

¿Cuáles fueron tus funciones?

Fuimos 12 pasantes. Durante cuatro meses, estuve en una división llamada Network Expansion y, específicamente, en un área llamada Growth Strategy, enfocada en el crecimiento de las agencias. Es el único banco que está presente en los 48 estados, sin contar Alaska y Hawái. Aprendí mucho, le saqué el jugo a la experiencia, conocí a gente y tuve oportunidades que no las había visto ni de lejos. Fue increíble. Al final de la pasantía JP Morgan Chase me hizo la oferta para trabajar en un programa de desarrollo de líderes. Sin duda es motivante y en los próximos días lo decidiré. 

¿Cómo se deberían aprovechar las pasantías?

La verdad es que siempre hay que tomar las pasantías con la mayor humildad posible. En la pasantía en J.P. Morgan Chase me pagaban muy bien, pero en la mayoría no es así, incluso no hay paga. Si el banco me hubiese dicho que no había paga, igual habría venido. En una pasantía hay poco que exigir y mucho que aprender. Veo a gente que sale recién de la universidad y cree que va a salvar el mundo. No es así. Hay que aprender muchísimo antes de intentar cambiar las cosas. Hay dos tipos de pasantías, las formales y las informales. Estas últimas son en las que uno tiene que dejar libre la curiosidad y las ganas de aprender, levantar el teléfono y pedir que quieres trabajar. Obviamente, hay gente que necesita algún tipo de ingreso y eso está muy bien, pero esta no debe ser la motivación. Las pasantías informales, según mi punto de vista, son las más importantes, son las que te abren los ojos, a ver qué nos gusta y qué no. En el caso de las pasantías formales, cada vez hay más, para todo tipo y para todas las empresas, hay que saberlas buscar y aprovechar. Soy muy creyente de las pasantías porque nos abren puertas y nos llenan de humildad, para saber desde dónde se empieza. Por eso, en mi caso, si tuviera que hacer una nueva pasantía la haré, porque lo importante es conectarse con gente interesante y aprender. (I)

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