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Jamie Dimon, presidente de JPMorgan Chase
Liderazgo

La clave Jamie Dimon para sostener al JP Morgan como el banco más valioso del mundo

Julian Hayes II Colaborador

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Qué es OODA, la sigla con la que el ejecutivo dirige la entidad que tiene el mayor impacto en las finanzas del mundo entero.

13 Junio de 2025 13.00

Cuando Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan Chase, habló sobre los líderes realmente excepcionales, no nombró títulos, cargos ni habilidades técnicas. En cambio, mencionó a Serena Williams, Tom Brady y Stephen Curry. "Miren cómo se entrenan, lo que hacen para ser tan buenos", dijo. Fue una afirmación simple, inesperada y reveladora. En el mundo de Dimon, como en cualquier sala de juntas o en una cancha, la excelencia sostenida no aparece por casualidad. Es consecuencia de una preparación constante que suele darse cuando nadie los mira.

Los negocios y el deporte de alto nivel comparten una verdad: cuanto más alto llegás, más cuenta tu estado físico. Ser un gran CEO no depende solo del intelecto o del instinto. Es un rol que exige estar a pleno. Pide resistencia física, equilibrio emocional y la cabeza fría para decidir bien bajo presión.

El cargo de CEO trae prestigio y beneficios. Pero también implica estar bajo la lupa, cargar con una responsabilidad enorme y atravesar momentos de aislamiento. Al pensar en lo que le espera a quien lo suceda al frente de JPMorgan Chase, Dimon le dijo a The Economist: "No hay nadie a quien quejarse. No hay aprobación tácita. Es tu decisión. Simplemente es diferente".

Ese cambio —donde cada decisión pesa sobre tus hombros— es uno de los desafíos más ignorados del liderazgo. Por eso, Dimon les recomienda a los líderes que miren a los atletas. Los deportistas de elite son firmes para decidir, se adaptan, anticipan lo que viene y rinden cuando hay que rendir. Con el tiempo, esas cualidades se diluyen en las personas y en los equipos que toman decisiones. Muchos terminan encerrados en sí mismos, atrapados en la burocracia y más pendientes de cuidar sus procesos que de empujar hacia adelante. Dimon advierte que esa es una trampa.

Mirar cómo se preparan los atletas de elite no es solo una metáfora. Es una manera concreta de pensar el liderazgo cuando se exige al máximo. Dimon habló de valentía, humildad, habilidades sociales y determinación al describir lo que él y la junta directiva de JPMorgan buscan en quien lo reemplace. Pero hubo una cualidad poco valorada que resaltó: "Observar constantemente el mundo exterior y pensar: '¿Qué se puede hacer mejor?'".

Jamie Dimon, CEO de JP Morgan.
Jamie Dimon, CEO de JP Morgan.

Esa forma de pensar explica por qué Dimon maneja el banco con una estrategia tomada del mundo militar: el ciclo OODA —Observar, Orientar, Decidir, Actuar—, una secuencia que se repite sin pausa. En su carta a los accionistas, escribió: "No se puede exagerar la importancia de la observación y una evaluación completa; no hacerlo conduce a algunos de los mayores errores, no solo en la guerra, sino también en los negocios y el gobierno".

Los atletas miran las grabaciones de sus partidos. Se adaptan en el momento. Los CEOs tienen que hacer lo mismo. En la cima, no hay entrenadores al costado, ni planes de emergencia, ni aplausos por hacer bien algo que se espera que hagan bien. Ya no se ejecuta el libreto de otro. Se crea el futuro en tiempo real. Así como los atletas se entrenan para jugar, los CEOs necesitan una base sólida que les permita rendir al máximo nivel.

Acá van tres claves:

Estado físico para sostener la resiliencia

Estar en buena forma no es un lujo. Es una necesidad. Liderar desde arriba exige jornadas largas, tensión constante y una exposición permanente a la incertidumbre. Entrenar el cuerpo de forma regular ayuda a descargar ese estrés y fortalece la resistencia. Para un CEO, el estado físico no tiene que ver con la estética. Es una herramienta para aguantar. Bob Iger, director ejecutivo de Disney, lo explicó así: "Mantenerme en forma y tener resistencia es fundamental para mí, y eso implica comer bien, hacer ejercicio y simplemente cuidar mi cuerpo y mi mente. No podría desempeñar este trabajo si no tuviera algún tipo de salud física y mental".

Acondicionamiento mental y emocional para manejar la presión

Cuando Dimon hablaba de liderar sin reservas, apuntaba a una verdad clave: tener la cabeza clara bajo presión no es un plus, es lo mínimo indispensable. Así como un CEO va al gimnasio, también tiene que entrenar su interior. El desorden mental lleva a tomar malas decisiones, y eso desestabiliza al equipo. Hay ejercicios diarios que ayudan a mantener la mente afilada y el ánimo estable: practicar la atención plena, escribir un diario, buscar momentos de soledad o imaginar escenarios futuros.

Tim Cook, director ejecutivo de Apple, es conocido por arrancar cada día con un momento de calma y reflexión. Eso también es liderar.

Recuperación y apoyo para sostener el rendimiento

Los atletas de elite compiten al límite y con márgenes mínimos de error. Lo mismo les pasa a los CEOs. La diferencia es que en los negocios no hay temporada baja. Por eso, el agotamiento es un riesgo constante entre quienes toman decisiones. Dormir bien, desconectarse en serio y adoptar rutinas que ayuden a recargar energías no es un lujo: es parte del trabajo. También lo es armar una red de apoyo personal. Entrenadores, grupos de pares, terapeutas o mentores cumplen un rol clave, porque nadie en la cima se sostiene solo.

Jamie Dimon y el futuro del liderazgo

Mientras hablaba sobre quién lo reemplazará al frente de una de las instituciones más grandes del mundo, el mensaje de Jamie Dimon fue mucho más allá de JPMorgan. Dejó una señal clara para cualquiera que lidere desde lo más alto: cuando ocupás ese lugar, no hay a quién culpar ni quién venga a ayudarte. Como los grandes atletas, los mejores CEOs entienden la presión como una señal y la asumen como un privilegio, no como una carga.

Como dijo Dimon: "Pesada es la cabeza que lleva la corona". La única pregunta que vale es: ¿estás preparado para ese peso?

 

*Con información de Forbes US.

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