Forbes Ecuador
23 Diciembre de 2025 09.13

Mark Nevins

Cómo elogiar bien

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El elogio no es una cuestión de suavidad, sino de estrategia. Así es como un reconocimiento considerado y oportuno genera confianza, compromiso y un mejor desempeño.

Como líderes que intentamos desarrollar a nuestra gente y construir equipos más fuertes, la mayoría de nosotros nos centramos en dar retroalimentación constructiva: "así es como puedes hacerlo mejor".

Sin embargo, existe una gran cantidad de evidencia que sugiere que los elogios, cuando se expresan con consideración, pueden ser un factor igualmente poderoso para impulsar el rendimiento, el compromiso y la confianza. Según un estudio de Gallup , los empleados que recibieron retroalimentación significativa la semana anterior tienen una probabilidad significativamente mayor de manifestar un compromiso pleno. De igual manera, los estudios demuestran que el reconocimiento inesperado puede generar mejoras mensurables en el rendimiento posterior.

Los elogios funcionan porque transmiten valor, visibilidad y confianza . Refuerzan comportamientos que se desean ver repetidos, generan seguridad psicológica y fortalecen las relaciones. En un entorno laboral dinámico, donde muchas contribuciones son invisibles y muchas interacciones se perciben como transacciones, un reconocimiento oportuno y bien expresado puede cambiar el mensaje de "Solo estás haciendo tu trabajo" a "Te veo, y tu trabajo importa".

Dicho esto, los elogios requieren discernimiento, especialmente con los de alto rendimiento. No todos buscan el reconocimiento público, y a algunos les motiva más el desafío y la maestría que los aplausos. Los elogios también deben ser genuinos. Recordé esto cuando una vez intenté motivar a mi hijo de 15 años y me respondió con seriedad: "Papá, no tienes que decirme cosas bonitas cuando hago algo que no es muy impresionante". (¡La sabiduría silenciosa de la Generación Z!)

Asociación exitosa
Empresarios dándose la mano en la oficina. Empresarios dándose la mano durante una reunión en una oficina moderna. GETTY

Cuándo los elogios funcionan y cuándo no

Los elogios suelen funcionar mejor cuando son específicos ("Aprecio cómo instó al equipo a anticiparse a ese riesgo del proveedor") en lugar de genéricos ("Buen trabajo"). La especificidad ayuda al receptor a conectar el comportamiento con el impacto. También es importante que los elogios sean oportunos, para que la conexión entre la acción y el reconocimiento sea clara. Y el entusiasmo cuenta: la emoción genuina tiene más peso que el lenguaje refinado pero convencional.

Los elogios suelen ser ineficaces cuando se abusa de ellos o son imprecisos; cuando se perciben como obligatorios o poco sinceros; o cuando no se vinculan con el desarrollo real. El reconocimiento público excesivo también puede ser contraproducente en culturas —o con individuos— que prefieren la discreción. En esos casos, un reconocimiento discreto puede ser mucho más efectivo que la atención pública. (Consejo: Si recibes comentarios positivos que te parecen imprecisos, deberías preguntar: "Gracias por eso, tengo curiosidad por saber qué parte te pareció más interesante, útil o inspiradora". Lo mismo aplica para las críticas imprecisas.

El comentario de mi hijo también capta un importante matiz generacional. Los profesionales más jóvenes, en particular, tienen una gran sensibilidad hacia la autenticidad. Elogiar constantemente el esfuerzo cotidiano puede resultar condescendiente o superficial. Los elogios resuenan mejor cuando son merecidos, específicos y están vinculados a algo significativo.

Equilibrar los elogios con la retroalimentación del desarrollo

El elogio y la retroalimentación para el desarrollo no son opuestos; de hecho, funcionan mejor juntos. Una cultura de retroalimentación sólida integra ambos: "Observé la eficacia con la que gestionaste la conversación con el proveedor; eso generó una confianza real. Vamos a aprovechar eso y te pediremos que dirijas las entrevistas con las partes interesadas la próxima semana". Comenzar con el reconocimiento genera seguridad psicológica y hace que las personas sean más receptivas a las exigencias y los desafíos.

Una estructura simple ayuda

  • Comience con el comportamiento específico y su impacto positivo
  • Reconocer lo que se hizo bien
  • Deje que el elogio penetre y que el destinatario lo disfrute.
  • Si corresponde: pasa a una pregunta orientada al crecimiento o al siguiente paso (“¿Qué haría que esto fuera aún más fuerte la próxima vez?”)
  • Y, por último, si hay un siguiente paso, asegúrese de que el individuo lo responsabilice.

Este enfoque cambia el tono desde directivo a empoderador y colaborativo.

En resumen, el elogio crea las condiciones para el desarrollo.

Cuando se hace bien, el elogio se basa en una base dialógica, de modo que la retroalimentación constructiva se basa en la confianza y el cariño genuinos. Indica que prestas atención, que sabes lo que significa ser bueno y que te interesa el crecimiento de quienes te rodean.

Y debido a que los elogios todavía tienden a ser subvalorados (o mal ejecutados), los líderes que aprendan a usarlos sutil y eficazmente no solo fortalecerán el desempeño, sino que también construirán el tipo de credibilidad que hace que su liderazgo sea aún más influyente con el tiempo.

Con información de Forbes US

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