Con la llegada del 4 de julio, muchos empleados se preparan para sus vacaciones. Algunos esperan con entusiasmo esos días de descanso, pero a otros la idea de interrumpir la rutina les causa estrés. La salud y el bienestar suelen verse afectados una o dos semanas antes de partir, según un estudio de Jeroen Nawijn, investigador de turismo de la Universidad de Breda, y las profesoras Jessica de Bloom, de la Universidad de Groningen, y Sabine Geurts, de la Universidad de Radboud. ¿La razón? Los empleados intentan terminar tareas adicionales antes de irse y están más ocupados en casa con los preparativos del viaje.
Las vacaciones buscan dar a los empleados un merecido descanso del ritmo intenso del trabajo. Pero si sentís más estrés antes de llegar al destino, ¿qué sentido tienen? Hay pruebas claras de que quienes se toman vacaciones con regularidad suelen gozar de mejor salud. Un estudio publicado en Psychosomatic Medicine muestra que las personas con riesgo de enfermedades cardiovasculares pueden reducirlo si toman vacaciones frecuentes cada año.
La pregunta, entonces, no es si debés tomarte vacaciones, sino cómo hacerlo de la forma más provechosa. Antes recomendé optar por descansos frecuentes y breves si te preocupa acumular trabajo. También podés organizar unas vacaciones cerca de casa, o quedarte en casa, si temés las largas filas. Existen muchas maneras de planificar vacaciones más prácticas que te ayuden a evitar el estrés y disfrutarlas de verdad. En su libro You Need a (Better) Vacation, Jennica Day, experta y consultora en vacaciones, presenta principios basados en evidencia para diseñar descansos que reducen el estrés y aumentan la felicidad.
Diseñá unas vacaciones para vos, no para tu círculo
Para planificar un buen descanso, primero tenés que conocerte. Vos sos quien se va de vacaciones, así que la pregunta más importante es qué es lo que más disfrutás vos y las personas que te acompañan. El libro You Need a (Better) Vacation propone ejercicios que te ayudan a vincular tu personalidad con distintos tipos de vacaciones. Por ejemplo, si sos extrovertido, elegir destinos donde puedas socializar te va a dar energía. En cambio, quienes son introvertidos suelen sentirse más a gusto cuando tienen tiempo para estar solos y relajarse.
El nivel de estrés que tengas también influye en la manera de planificar las vacaciones. Las aventuras que implican viajes largos y experiencias intensas pueden ayudarte a desconectarte del trabajo. Sin embargo, si sentís que tu energía se agotó, unas vacaciones tranquilas en un destino sereno pueden ser lo que necesitás para recuperar fuerzas.
Jennica Day aconseja no planificar vacaciones copiando las de otras personas, sean amigos que admirás o influencers conocidos. "Los humanos tendemos a compararnos y a hacer lo que hacen los demás para encajar. Pero si terminas en una isla tropical de fiesta porque ahí vacacionan Beyoncé y Jay Z mientras tú odias las multitudes, perdiste la oportunidad de unas vacaciones que te hicieran feliz", comenta.
Planificá momentos divertidos en el momento justo
Las personas suelen evaluar y recordar las experiencias por dos aspectos: el momento más intenso y el final. Esta idea, conocida en psicología como la regla del punto álgido y el final, tiene un respaldo científico sólido. Por ejemplo, si le pedís a alguien que recuerde una reunión de trabajo reciente, lo que más se le viene a la mente puede ser un comentario ingenioso, gracioso o fuera de lugar de un compañero (el punto álgido), y la sensación triunfal, distendida o tensa con la que terminó la reunión (el final).
Podés usar esta regla a tu favor cuando planifiques tus vacaciones. En vez de llenar cada día con actividades especiales, conviene organizar una experiencia inolvidable y un momento divertido para el final. Esos serán los recuerdos que vas a valorar con más cariño, así que vale la pena prepararlos bien.
La regla del final también te ayuda a no sobrecargar el viaje de planes, algo que puede transformar las vacaciones en una jornada de trabajo con una lista de tareas por cumplir, en lugar de un tiempo para relajarte y estar abierto a lo que venga.
Evitá la búsqueda interminable de las vacaciones perfectas
Es tentador pasar semanas detrás del precio ideal para un vuelo o dedicar horas a leer reseñas con la ilusión de encontrar el alojamiento perfecto. Si de verdad disfrutás esa búsqueda, tiene sentido hacerlo. Pero para la mayoría, comprar pasajes y reservar hospedaje no resulta placentero. Cuestionarte todo el tiempo si conseguiste la mejor oferta o si podrías haber encontrado algo mejor solo sube el nivel de estrés. Reducir el tiempo que dedicás a planificar, investigar y reservar te ayuda a evitar ese desgaste.
Jennica Day propone usar un método de gestión de proyectos al planificar las vacaciones y sugiere asignar tiempos concretos. Parte de la idea de que las personas suelen emplear todo el tiempo que se les da para completar una tarea. Por ejemplo, si organizás una reunión de dos horas para tratar un tema, probablemente ocupen las dos horas. Resulta más útil fijar una hora, ir al punto y dejar una segunda reunión para lo que quede pendiente.
La misma lógica sirve al planificar tus vacaciones. Primero, tomá diez minutos para definir lo esencial, como el destino y las fechas. Después, reservá una hora para ocuparte de detalles como vuelos, alojamiento y actividades que quieras recordar. Si hace falta, agendá otra hora más adelante para terminar cualquier asunto que haya quedado sin resolver.
Reflexioná y ajustá la manera en que diseñás tus vacaciones
No todos los viajes resultan igual de placenteros. Jessica de Bloom, profesora de Psicología de la Salud Laboral en la Universidad de Groningen, junto con su equipo, siguió a cerca de 100 trabajadores durante siete semanas. Les preguntaron sobre su salud, su estado de ánimo y su nivel de energía antes, durante y después de las vacaciones. El 23 % no se sintió mejor tras volver, y el 17 % se sintió peor. Por eso, siempre hay margen para mejorar. Un buen comienzo es aprender de los errores del pasado.
En You Need a (Better) Vacation), Jennica Day recomienda reservar un momento al volver para reflexionar sobre qué salió bien y qué no durante el viaje. Anotar lo que más disfrutaste y lo que te generó estrés puede darte pistas útiles para planificar las próximas vacaciones.
"Si el jet lag te dejó demasiado cansado para disfrutar de tus vacaciones, quizás las próximas deberían ser en la misma zona horaria o en casa", indica.
También sugiere simplificar. "Si tuviste unas vacaciones increíbles, ¿por qué no repetir el año que viene? Sabes qué esperar, lo que reduce el estrés y te da más espacio para disfrutar", señala.
Con una buena planificación, las vacaciones pueden darte todavía más beneficios. La clave está en conocerte bien y organizar un viaje a tu medida, sin darle demasiadas vueltas ni sobrecargarlo de planes. Además, resulta importante aprender de lo que no funcionó en otras ocasiones. Si aplicás estos consejos, esta puede ser la temporada de vacaciones más relajante de tu vida.
*Nota publicada por Forbes US.