La historia de Golden Prague es el ejemplo de un proyecto planificado, que va cumpliendo etapas, que detecta oportunidades y que se expande con inversión inteligente. Esta cervecería nació con la visión de Martin Smetacek, un empresario nacido en la República Checa que estudió Economía, Diplomacia y Política Internacional y que llegó a Ecuador en 2012 para un tema totalmente distinto al mundo de las cervezas y la gastronomía.

Este europeo arribó a Cuenca para hacer una pasantía en el Municipio de Cuenca. “Fui parte de un programa internacional de pasantías para jóvenes extranjeros graduados. Llegué en abril de 2012 y el programa duró un año”. En ese tiempo Smetacek se sintió a gusto en la ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad y decidió quedarse para hacer negocios. La primera idea que tuvo fue importar tecnología de la República Checa para el sector energético. “Tenía 29 años, fundé una empresa y pensé que iba a ser fácil. Además promoví la llegada de una misión comercial de unos empresarios checos que llegaron con el Ministro de Industrias de mi país. Hubo reuniones con empresarios ecuatorianos y autoridades. Además hicimos una feria de tecnología para productores de cerveza en un hotel de Quito a la que llegaron muchos cerveceros artesanales”.

Esa feria en 2015 marcó un antes y un después. El checo se quedó sorprendido por la cantidad de cerveceros que había en el país, incluso recuerda algunas marcas que ya estaban en el mercado. “Empecé a investigar el negocio y encontré que había ciertos beneficios para la producción no industrial de cerveza. Además hay que mencionar que en la República Checa la cerveza es parte de nuestra cultura, somos los mayores consumidores del mundo con 143 litros per capita al año”. Otro dato que cuenta Smetacek es que la cerveza lager se inventó en Pilsen, una ciudad de su país natal.  Además descubrió que un compatriota suyo había traído la cerveza lager al Ecuador y que sería la base de una de las principales marcas de hoy. “Fue una vinculación muy especial y vimos que se podía introducir la lager original checa como una cerveza artesanal”.

Smetacek activó su modo empresario y se reunió con un grupo de siete socios para fundar Golden Prague. Con un español bastante entendible, el checo cuenta cómo empezó esta cervecería que hoy produce 450.000 litros al año. “Quisimos en principio construir un local donde producir y vender la cerveza, tal como pasa en EE.UU. y Europa. Pero las autoridades no dieron la autorización. Entonces instalamos una planta de producción en Ricaurte, en las afueras de Cuenca. La construcción arrancó en enero de 2017 y el local estuvo listo en junio de ese mismo año. La planta se levantó de manera simultánea en un espacio alquilado”.

El primer local de Golden Prague tiene 500 metros cuadrados de construcción y espacio para 230 personas. La inversión en el local y la planta de producción fue de US$ 700.000. Como socio mayoritario, la expectativa de Smetacek era contar con una cadena de cervecerías con sucursales en las principales ciudades. “Esa meta se logró en seis años, ahora que abrimos el local de Quito”.

Para crecer Smetacek y sus socios se dieron cuenta que había que ampliar la oferta y por eso incluyeron una línea de restaurante que incluye desde platos fuertes con carne de res y de cerdo, pasando por pescado, hamburguesas, cocteles, etc. El local de Cuenca recibía muchos clientes de Guayaquil que le pedían que abra una sucursal y tras analizar el mercado los socios de Golden Prague abrieron un local en el Puerto Principal, en el sector de Urdesa. “Era junio de 2020, en plena pandemia. Estaba, logísticamente hablando, cerca a la planta de producción y fácil de manejar en lo administrativo. Pero en Guayaquil no hemos funcionado con la normalidad deseada por la pandemia y la inseguridad”.

El siguiente objetivo fue salir del continente y llegar a Galápagos. Este se concretó en septiembre de 2021. “Vimos que muchos locales cerraron por la pandemia y queríamos ocupar sus espacios, vimos que había una oportunidad, en especial porque ya vendíamos nuestra marca desde 2018 y ya nos conocían”. Ahora Golden Prague tiene un local en San Cristóbal y otro en Santa Cruz.

Pero los planes no se detenían. Los socios de la marca vieron que en Guayaquil había muchas restricciones por la pandemia, mientras que en Samborondón la situación era distinta. Entonces, en octubre de 2021 se inauguró el quinto local de la cervecería, en el centro comercial Las Terrazas.

La cadena que Smetacek había soñado en 2015 había tomado forma. “Con los nueve socios checos que somos ahora nos sentimos orgullosos de lo logrado, fue un tema de mucho trabajo y ahora vemos los resultados y los reconocimientos. Esta semana acabamos de tener una junta de socios y estamos contentos y más con el local que acabamos de inaugurar en Quito”.

Para llegar a este punto las inversiones de los socios suman ya US$ 5,5 millones. La planta donde se elaboran los diferentes sabores de la cerveza ha sido ampliada ya en tres ocasiones y ocupa cerca de 500 metros cuadrados; el equipo de trabajo en las cinco ciudades suma hoy 120 empleados. Además, las ventas del año pasado fueron por US$ 2,5 millones y para este año la meta es duplicar esa cifra con el local de Quito y el crecimiento que experimentan los demás puntos que tiene Golden Prague.

Smetacek y los socios no paran y ya trazan nuevos objetivos. El primero es franquiciar la marca y en 2024 ir a Perú, donde ya tienen registrada la marca y compatriotas checos como socios. En un par de años planean  abrir un local en Colombia. “Siempre con la cerveza de barril como nuestra fortaleza”, dice el checo que viaja todas las semanas visitando los locales y saludando por el nombre a todos los colaboradores.

Finalmente, este empresario reflexiona sobre el país como un espacio para los negocios. “Ecuador es un mercado cerrado, difícil. Entonces no hay muchos empresarios con ganas de  invertir y eso, para nosotros, es una ventaja. Además el dinero está circulando y veo un mercado estable porque hay gente que gasta. En mercados como Ecuador se puede hacer muchos experimentos”, comenta mientras se alista para ayudar a su equipo en el flamante local ubicado en el norte de Quito, donde se invirtió US$ 300.000. (I)