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Restaurante Clara Quito - Ecuador
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El proyecto gastronómico que está ´in´ se llama Clara. La inversión para arrancar bordeó los US$ 120.0000 y este 2024 aspira tener una facturación de US$ 600.000. Los ecos de sus reseñas llegaron a nuestra redacción y ahora les contamos su historia.

28 Marzo de 2024 14.49

Los socios de este restaurante, ubicado en el icónico barrio de La Floresta en Quito, son 'cuatro mosqueteros' gastronómicos: Camila Avellán, Ana Lobato, Felipe Salas y Ángel De Sousa nos abrieron las puertas de su propuesta con la que aspiran romper el tablero. 

A primera vista, Clara parece un secreto bien guardado, con su entrada discreta entre plantas y enredaderas que evoca la atmósfera de un speakeasy. Sin embargo, al cruzar sus puertas, el lugar nos sorprende con su amplitud y modernidad, invitándonos a sumergirnos en un mundo de sabores y sensaciones. Vamos más allá del plato, somos una cocina de autor que te invita a vivir experiencias de manera cotidiana”. Para Felipe, cocinar es todo un arte. 

El nombre, Clara, lo adoptaron de la madre de Felipe, luego de una larga lista de borrones y tachones. Un plato muy popular es la ensalada de tomate con orejas de chancho y en postres, el flan a vapor con chantilly y vainilla se lleva la tarima. La carta, breve pero cuidadosamente seleccionada, ofrece 14 opciones que oscilan entre los US$ 6 y los US$ 30, garantizando una experiencia gastronómica accesible para todos los gustos y presupuestos. 

El espacio de Clara es una fusión entre lo natural y lo moderno. Plantas, arbustos y flores crean la ilusión de un oasis que se fusiona con el dinamismo de una construcción moderna y sostenible en donde antiguamente funcionaba una fábrica de café. 

La primera chispa la encendió Felipe Salas, graduado de gastronomía y negocios en Australia; él tiene otros restaurantes como Banh Mi y es chef ejecutivo de Iche, un restaurante escuela creado por la fundación Fuegos en San Vicente, Manabí.  Los chefs Ana Lobato, española, y Ángel Da Souza, venezolano, llegaron a Ecuador contactados por Salas para ser parte de Iche. La química fue inmediata y durante los últimos dos años, en una olla de cocina lenta, fueron configurando la idea de abrir un restaurante que ofrezca un buen ambiente y un trato cercano.

La otra chispa la encendió Camila Avellán, graduada de Administración de Empresas en la Universidad de Virginia, EE.UU. Su primer emprendimiento gastronómico fue hace 12 años con una pequeña pastelería, luego siguieron los restaurantes. “La primera inversión fue de US$ 200.000 para abrir Terra en 2018 y lo cerré en pandemia. En 2022 intenté nuevamente con Foresta, para el que destiné otros US$ 250.000 en arreglos. No funcionó y puse candado en la puerta en marzo de 2023”.

Con un restaurante totalmente armado y sin saber qué hacer, una tarde recibió la llamada de Felipe y cuadraron una reunión entre los cuatro. Una hora fue suficiente para saber que como equipo funcionarían de maravilla. “Intentamos resaltar sabores potentes, con un precio que te permite volver cotidianamente. Todo es engañosamente simple en nuestra cocina”, dice Ana a lo que Ángel añade que “mi especialidad son los postres. Por ejemplo, el flan es hecho al vapor durante tres horas porque lo que buscamos es que sea como una crema inglesa encapsulada en un flan con textura”. 

Este team se siente en las nubes porque con Clara están cumpliendo un sueño. Las puertas se abrieron el 15 de diciembre de 2023 con 14 colaboradores. En tres meses se han convertido en un ´must´, cautivando a los paladares más exigentes de Quito y más allá. Este año esperan facturar US$ 600.000. (I)

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