El ejecutivo colombiano Santiago Consuegra llegó a Ecuador en 2007 para quedarse. Pronaca, una empresa con 60 años de experiencia, que se dedica a la producción y distribución de productos alimenticios, lo trajo como expatriado. La razón: asumir como Gerente de Cuidado de Mascotas en el país. Antes de llegar, trabajaba en Effem (Masterfoods Colombia). Era el responsable del mercadeo de confitería y alimento para mascotas en Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia y Ecuador.
Desde su posición, actualmente maneja múltiples marcas, es responsable de la calidad y nutrición de los alimentos destinados a mascotas, como perros y gatos, además de caballos. “No hay producto que salga sin que sea evaluado en nuestro Centro de Investigación y Cuidado de Mascotas, a tal punto que son aprobados por las propias mascotas de los principales accionistas: la familia Bakker”.
Casado con una ecuatoriana, tiene una hija, Valentina, próxima a cumplir 10 años, quien nació en Ecuador. Se declara un amante de los perros, antes tuvo un labrador y un pincher. Para él, los perros son miembros más de la familia y siempre han vivido dentro de casa, sin importar cuán traviesos pudieran ser. Desde hace cuatro años, Alma forma parte del hogar y, además, es otro de los filtros de primera línea de los productos Pronaca.
Ella fue un regalo, para que fuese compañía de su única hija. La pequeña se encargó de bautizarla. Le puso el nombre de Alma porque en el edificio había una perrita que se llamaba así y le encantaba. Es una maltés miniatura. Consuegra recuerda que con su esposa buscaron una raza pequeña, que no bote pelo y que no sea destructora, porque ahora viven en departamento. Cuando llegó a casa era tan chiquita que cabía en su mano. Su hija no podía más de la emoción, enseguida la cargó y se puso a jugar con ella. Hoy no supera los 20 centímetros de altura.
“Va con nosotros a todas partes. Los fines de semana, cuando vamos a una propiedad que tenemos en Machachi, es la primera en subirse al carro. También nos acompaña a caminar y ver los caballos. Todos disfrutamos verla saltar entre los matorrales, parece un conejo, es una pequeña que se cree león. Es una parte esencial de la familia, es compañía, alegría y un ejemplo de lo que significa la lealtad. Es un alma pura que siempre está ahí”.
El ejecutivo confiesa que él es quien más la mima, ella es la primera y la única en recibirle cuando llega a casa luego de una larga jornada de trabajo, mueve su colita y salta de alegría, esperando una caricia. Por más mal día que haya tenido, llegar a casa y recibir ese cariño incondicional no tiene precio. Para ella no hay reglas, hasta el punto que se acuesta con la pareja, hasta la hora de ir a dormir en su cama en el mismo dormitorio. Él le da de comer y la tiene 'comprada' con todos los snacks que diariamente le trae de la planta.
“Considero que la tenencia responsable de mascotas es algo supremamente relevante que debemos enseñar a nuestros hijos. Así como a un hijo se le envía al colegio, un perro debe tener una educación básica para que no se vuelva un problema”. (I)
