Forbes Ecuador

Megahallazgo en Brasil de BP: la petrolera británica socia de los Bulgheroni vuelve a entusiasmar al mercado con dividendos

Share

British Petroleum superó las previsiones del mercado y lanzó un ambicioso plan de recorte de costos y recompra de acciones. El nuevo rumbo bajo el mando de Murray Auchincloss deja atrás la era de las renovables y vuelve a poner el foco en los hidrocarburos.

Después de varios años a la sombra de sus rivales —marcados por salidas de ejecutivos, apuestas costosas en energías renovables, rumores de compra y la presión de un inversor activista— BP (LON: BP) finalmente le dio una señal clara al mercado y a sus inversores: se viene un cambio fuerte.

Este martes, la petrolera británica presentó resultados mejores de lo esperado para el segundo trimestre de 2025. Reportó una ganancia neta ajustada de US$ 2.400 millones. Aunque fue un 14% menor en comparación con el mismo período del año pasado, superó con comodidad las estimaciones del mercado, que la ubicaban entre US$ 1.700 y US$ 1.900 millones.

El anuncio llegó apenas un día después de que la empresa informara que hizo su mayor hallazgo de petróleo y gas en 25 años, en la cuenca de Santos, a 400 kilómetros de la costa este de Brasil. Junto con la noticia, el CEO Murray Auchincloss prometió que su compañía "puede y lo hará mejor".

El hallazgo en Brasil —que algunos comparan con el descubrimiento del yacimiento de gas Shah Deniz en el Mar Caspio en 1999, por su potencial para cambiarle el rumbo a la empresa— probablemente le permita a BP seguir retrocediendo en las iniciativas de energía renovable impulsadas por Bernard Looney, el exCEO salpicado por escándalos, y por Helge Lund, el presidente saliente.

Más foco en los hidrocarburos

Desde que asumió como CEO en 2024, Auchincloss viene recortando de manera sistemática la presencia de BP en el negocio de las renovables y volviendo a apostar fuerte por el petróleo y el gas.

El descubrimiento en Brasil, sumado a los avances en Namibia, Egipto, Mauritania, Senegal, Trinidad y Tobago, y a la intención de aumentar la producción tanto en tierra como en alta mar en Estados Unidos, confirma un giro decidido de BP hacia el negocio tradicional del petróleo y el gas. Todo esto ocurre antes de la llegada de Albert Manifold, quien asumirá como nuevo presidente en octubre y se incorporará al directorio el mes que viene, en reemplazo de Helge Lund.

La empresa anunció que planea subir en un 20% la inversión en su unidad upstream —dedicada a la exploración y producción de petróleo y gas—, lo que implicará unos US$ 10.000 millones anuales hasta 2027. El objetivo es ampliar y fortalecer su cartera de activos.

"Realizaremos una revisión exhaustiva de nuestra cartera de negocios para asegurarnos de maximizar el valor para los accionistas en el futuro, asignando el capital de forma eficaz. También estamos iniciando una nueva revisión de costes. BP puede y va a mejorar el servicio a sus inversores", declaró Auchincloss al presentar los últimos resultados financieros.

¿Alivio para los inversores?

Para calmar un poco los ánimos entre quienes vienen esperando resultados, BP subió un 4% su dividendo trimestral, que ahora queda en 8,32 centavos por acción, y anunció que recomprará acciones por US$ 750 millones antes de presentar los números del tercer trimestre. Con eso, mantiene estable el ritmo de recompra que había iniciado.

Ahora, la empresa se prepara para otro "reinicio", luego del que impulsó en febrero. Así lo sugirió Auchincloss en una conferencia con analistas: "Es hora de hacer balance ahora que Albert se incorpora como nuevo presidente y trabajar juntos en este enigma de muchísimas grandes oportunidades, pero solo se pueden elegir un número determinado".

Aquel primer "borrón y cuenta nueva" arrancó después de que Elliott Investment Management, un inversor activista, revelara que había tomado casi el 5% de BP. También circulaban versiones sobre una posible fusión con Shell, que esta última negó públicamente.

BP mantiene firme su estrategia de recorte de costos. Según la propia empresa, ya alcanzó US$ 1.700 millones del objetivo total de ahorro, que está entre US$ 4.000 y US$ 5.000 millones para el período 2023-2027. Además, redujo su deuda neta en US$ 1.000 millones, hasta los US$ 26.000 millones. El objetivo es llevarla a un rango de entre US$ 14.000 y US$ 18.000 millones para 2027.

En paralelo, su programa de venta de activos también avanza con fuerza. Ya concretó desinversiones por US$ 3.000 millones y apunta a llegar a un rango de entre US$ 3.000 y US$ 4.000 millones antes de que termine el año.

Con este escenario, el mercado empieza a mostrar algo de optimismo. Si BP sostiene este impulso de recuperación, no sería raro ver una mejora en su valoración. Tras la suba del martes, sus acciones acumulan un alza del 3,3% en lo que va del año, aunque con una baja interanual del 3,4%. Aun así, el rendimiento de los últimos cinco años muestra una ganancia de casi 45%.

Sin embargo, si se compara el desempeño en los últimos cinco años, BP todavía corre de atrás. Al cierre del martes, las acciones de Shell (LON: SHEL) habían subido un 133%, las de Chevron (NYSE: CVX) un 75% y las de ExxonMobil (LON: XOM) un 146%.

La brecha sigue siendo grande, y tanto Auchincloss como Manifold tienen mucho por hacer si quieren achicarla. Pero por primera vez en mucho tiempo, algo cambió. Ahora habrá que ver cómo sigue la historia.

 

Nota publicada en Forbes US.

10