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kajkao Quito - Ecuador
Movimiento Inspirador
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Claudia Valverde, Carla Anderson, Luca Franzettii y David Granizo son los fundadores de Kajkao, un emprendimiento basado en la economía circular que trabaja con los desechos del cacao. La Semana de Diseño de Milán y la Bienal de Diseño de Londres fueron sus vitrinas en 2020 y 2021. En Ecuador acaban de ganar el premio Retos Circulares.

07 Agosto de 2022 21.44

Un grupo de diseñadores y arquitectos encontró en los desechos del cacao una materia prima que se convirtió en un emprendimiento con enfoque sostenible que cruza continentes. Era 2019 cuando Claudia Valverde, Carla Anderson, David Granizo y el italiano Luca Franzettii juntaron sus conocimientos e ideas para encontrar un problema y plantear una solución. Ellos se enfocaron en el cacao: primero pensaron en los pequeños productores, pero luego decidieron trabajar con los desechos que genera este icónico fruto del Ecuador.

Anderson cuenta que las hojas, las ramas y las cáscaras de la mazorca de cacao que quedan en las plantaciones pueden ser un problema. “Si bien son residuos orgánicos, tienen muchos azúcares y con la lluvia se generan toxinas y eso reduce la productividad”. Entonces el grupo se enfocó en aprovechar esos desechos y así nació Kajkao, que se puede definir como un emprendimiento sostenible que combina restos de cacao, con diseño, más un concepto sostenible e innovación.

El trabajo inició con una fase de investigación, para entender todo el proceso de siembra y cosecha de cacao. Luego vino la etapa del laboratorio para ver qué hacer con los restos del cacao y después llegó el desarrollo de productos. Lo que se dice en pocas palabras es, en realidad, un proceso minucioso que les tomó un par de años a los fundadores de Kajkao. “La etapa de experimentación fue decisiva porque se supo bien las propiedades de los desechos y supimos bien cómo extraer ciertas sustancias”, explica Granizo

También fue importante contar con proveedores que son parte de la cadena de valor. En Esmeraldas cuentan con 150 pequeños agricultores y en Puyo-Archidona son 100 personas de unas 20 familias. 

El resultado de ese trabajo colaborativo ya es tangible. Hasta hoy Kajkao ha desarrollado tres productos: tableros, biocuero y bioplásticos. Estos bienes, que tienen la economía circular como concepto, tienen una apariencia particular y su resistencia es similar a la de la madera o el plástico. “Se los puede usar para un sinfín de actividades, desde alfombras, hasta mousepad, pasando por  tapices para autos, decoración y más”, según Anderson.

En el camino Kajkao ya cuenta algunos hitos. El primero fue en 2020 cuando el proyecto fue tomado en cuenta para ser parte de la Semana del Diseño de Milán, en versión digital por la crisis sanitaria mundial; la llegada a esa vitrina fue por gestión del equipo que se inscribió en la convocatoria que hizo este evento, considerado referente del diseño global. “Estábamos en pleno pico de la pandemia, pero sabíamos que la idea era buena y fuimos aceptados”, indica Anderson. Con ese antecedente, Kajkao volvió a Milán el año pasado ya con una invitación directa de los organizadores y con sus muestras. A inicios de 2021 también fueron parte de la Bienal de Diseño de Londres. “Llegamos a lugares precisos donde la gente está pensado en sostenibilidad y en  economía circular. Allí hay profesionales de la arquitectura y el diseño que ya planifican con productos como el nuestro”, dicen Anderson y Granizo.

Los logros continúan. Kajkao acaba de lograr hace pocos días el premio Retos Circulares, organizado por la Corporación Cedia, con el apoyo de la agencia alemana GIZ  y el Ministerio de la Producción. El premio consiste en capacitación de 10 semanas para buscar inversión y obtener recursos para apuntalar el proyecto. El próximo hito será en pocas semanas, a finales de septiembre próximo, cuando Kajkao participe en la Feria de Diseño de Singapur.

Los voceros de esta iniciativa saben que las mejores posibilidades de crecimiento están en los mercados extranjeros. El sudeste asiático es uno de los objetivos y por eso participar en la feria de Singapur es clave. “En dos años hemos ido creciendo y estamos en una etapa en la que necesitamos un impulso económico para pasar a una fase de comercialización. Estamos buscando fondos de capital de riesgo y con el premio de Cedia estamos en un acercamiento a fondos”.

Para llegar al actual momento Kajkao ha invertido hasta la fecha cerca de US$ 100.000 en desarrollo de muestras, pruebas químicas, compra de materia prima, instalar un laboratorio, viajes, etc. Según Anderson y Granizo el desafío de trabajar con residuos de cacao es gigante. De las 500.000 toneladas, Kajkao puede procesar 610 toneladas al año, para elaborar unos 1.000 tableros, 1.300 láminas de bioplástico y 1.100 de biocuero. Pero queda una cantidad gigante de residuos por ser aprovechados.

El equipo tiene claro que sostenibilidad  y el diseño circular implica trabajo con la colectividad. Por eso la idea para expandir la idea es transferir tecnología y conocimientos. “Sabemos de las necesidades de Ecuador, pero también conocemos que otros países productores de cacao como Ghana o Costa de Marfil tienen similares problemáticas. Por eso queremos desarrollar procesos transferibles para que nuestro trabajo pueda replicarse en otros puntos del planeta. Sabemos que hay potenciales clientes en Asia, por ejemplo, y no tiene sentido enviar el producto desde Ecuador porque se borra todo nuestro esfuerzo de sostenibilidad. Sabemos que es factible replicar el proceso allá. Allí entran los procesos transferibles”, indican los voceros que miran optimistas el futuro. (I)

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