Arquitecto de Internet de la Energía, futurista, emprendedor y experto en singularidades, Arash Aazami es reconocido por su enfoque humanista y por su capacidad para integrar tecnología, finanzas y ética. Trabajó con instituciones como el MIT, la Agencia Internacional de Energía, IRENA y la Comisión Europea. Promueve el Internet de la Energía, una infraestructura digital para compartir energía de forma justa y democrática.
"Ecuador es un importante proveedor y consumidor de combustibles fósiles, pero eso lo hace dependiente del mercado y del comercio internacional", dijo Aazami, en una entrevista con Forbes Ecuador. "La transición a las energías renovables sería disruptiva, pero no por la razón que se podría pensar. Se convertiría en algo igual o más rentable", dice este visionario mitad persa, mitad neerlandés.
Apasionado por la sostenibilidad, usa una metáfora para explicar lo que él llama proveedores de energía. "Es como la estrategia comercial de los proveedores de internet o de señal telefónica. No les preocupa la cantidad de megabytes que ofrecen, ya que representa un pequeño porcentaje de sus ganancias o pérdidas; se centran en la calidad del servicio, como la conectividad, la velocidad y el servicio. Los proveedores de energía renovable funcionarían de forma similar, donde el mejor servicio es el más rentable", comenta Aazami.
Reconoce que en la transición energética existe resistencia por parte de grandes compañías energéticas y por los intereses políticos creados. Y recuerda que sus sistemas funcionaban en los Países Bajos y brindaban un servicio valioso a empresas y particulares. Aazami estuvo en Quito para brindar la charla -organizada por Banco Pichincha- 'De la escasez a la sinergia: el futuro energético que necesitamos'.
¿Cuál es el futuro de la energía?
Podemos estar 100 % seguros de que en las siguientes generaciones vamos a ver un cambio de la energía en base a reservas fósiles hacia un cambio a la energía renovable. Al planeta le tomó 5.000 millones de años crear estas reservas fósiles y a los humanos nos tomó 500 años acabar estas reservas. Entonces, sin lugar a dudas, nos damos cuenta de que los humanos estamos terminando con las reservas fósiles un millón de veces más rápido de lo que el planeta puede volver a crearlas.
Ecuador es un país petrolero y hay muchos debates alrededor de cómo pasar de la era petrolera a la energía renovable. Muchos dicen que los recursos petroleros servirán para dar ese ese salto a las energías renovables. ¿Cuál es su posición al respecto?
Cuando hablamos de energías provenientes de reservas fósiles, no estamos hablando de energías malas y cuando hablamos de energía renovable, no estamos hablando de energías buenas.
Tenemos que pensar que lo logrado hasta el momento con la tecnología y el impacto en la economía es a partir de los combustibles fósiles. En el futuro, con un manejo sabio de este tema, podremos tener un balance entre lo que ganamos con estos combustibles fósiles y cómo reinvertimos este dinero de forma estratégica para empezar a hacer a funcionar el tema del cambio hacia la energía renovable.
¿Existe algún ejemplo en otros países donde se desarrolló esta fórmula de aprovechar el recurso petrolero para caminar hacia la energía renovable?
Esta es una oportunidad para que Ecuador pueda encontrar una estrategia. Hemos visto ejemplos parciales en Europa, el tema es que nosotros estamos en un mercado que quiere que la energía que se utiliza rinda al volumen. El modelo de negocio en este momento tiene un incentivo hacia los productores y vendedores: crear cada vez más y más. El tema aquí es la venta en volumen y no el tema del valor de la venta. Debemos cambiar este modo de pensar, este modelo de negocio para que no se vea el éxito, no se mida el éxito a través de las ventas por volumen, sino a través del valor de cada producto y de esta manera cambiar este pensamiento de manera holística.
En Países Bajos tenemos un ejemplo que se llama Path to Zero. Se convierten los contratos de energía en productos financieros y de esa manera se reduce la cantidad de energía utilizada a través de combustibles fósiles y se aumenta la independencia energética del usuario. De esa forma tenemos productos con mucho más valor, más independencia y más viable en lo financiero.
¿Cómo llevar este mensaje a las grandes empresas? ¿Cómo conversar con grandes corporaciones?
Con Path to Zero logramos que nuestros clientes caminen a las energías nuevas y en pocos años vimos que habían bajado el consumo de combustibles fósiles al 30% de manera estructural. Eso generó mayor ganancia y aumentó tanto la independencia energética de nuestros clientes, así como la protección contra la volatilidad del mercado en general. Además, vimos que las compañías también tenían un margen de ganancia mucho más grande comparado a las empresas que trabajan con combustibles fósiles.
Para lograr este cambio, primero tenemos que entender que las industrias que proveen la energía tienen más incentivo de ganar más dinero cuando venden energía por volumen. Vemos que no hay ningún incentivo para que las industrias productoras de energía dejen de vender por volumen. Tenemos que ayudarles a entender que por cada unidad de energía que venden están otorgando independencia energética y de esa manera se darán cuenta de que van a ganar mucho más dinero del que jamás ganarían vendiendo solo en volumen, entonces lograríamos algo.
Me refiero a la automatización de procesos, a una integración en los sistemas, a generadores locales, a lugares en los que podamos guardar energía de alguna manera, con conversores locales. Si es que los suministradores de energía entendieran que se trata de un producto que ayuda a la industria y si ayudamos a los clientes a mejorar su independencia energética, entonces todas las partes ganan. Si el suministrador de energía entiende que de esta manera no solo gana dinero, sino que seguramente va a mejorar mucho su margen de ganancias, entonces estaría mucho más preocupado por ayudar a que el resto de las industrias se vuelvan eficientes energéticamente. Es el tema de un nuevo modelo de negocio, sé que suena bastante complejo.
¿Como funcionaría esta disrupción a escala local antes de que esté completamente automatizado para un proceso más renovable?, ¿Qué tan grande debe ser el disruptor en el primer intento para el mercado?
Para responder voy a contar una historia. Fundé una compañía que seguía a este modelo de negocio hace 15 años. Nadie realmente entendía cómo funcionaba este tipo de compañías en un inicio, así que luchamos mucho para conseguir nuestro primer cliente y después de un par de meses comenzó a darse cuenta que su consumo de energía empezó a bajar de manera acelerada. Trajimos nuevos clientes y vimos que había mucha más expectativa en el modelo que nosotros proponíamos.
Comenzamos a trabajar para grandes corporaciones, con el gobierno, municipalidades, empresas inmobiliarias y fue una escala de crecimiento proporcionalmente alto. Incluso recibimos un premio. El tema es que en ese momento yo no había comprendido cuál era la realidad de la vida; era una persona que en ese momento llegó a revolucionar el estatus quo energético en Países Bajos. Era joven, con mucha energía y bastante ingenuo y en ese momento muy exitoso para los estándares. No comprendía mucho acerca de la política, no comprendía sobre las agendas privadas de muchos y de los intereses velados de muchas compañías energéticas gigantes. Me di contra la realidad dura: cuando uno revoluciona y viene con algo nuevo, todo el mundo te abraza, está junto a ti, está contento de ver. Pero una vez que comienzas a ser exitoso, todos se voltean y están en contra de ti. Y eso es lo que yo fallé en entender en ese momento cuál es el problema de irse en contra de las grandes industrias.
¿Qué ocurrió entonces?
El gobierno de Países Bajos tachó de ilegal nuestro modelo. Éramos tan exitosos que para los miembros de las compañías energéticas grandes eso no fue favorable, no fue divertido ver cómo sus ganancias se iban, porque ganábamos bastante.
Soy un emprendedor novato y aprendí la importancia de estar consciente de la complejidad del sistema, preguntarse cuáles son los intereses, qué dice el gobierno, qué dicen las industrias. Si uno realmente quiere cambiar algo tiene que tener muy en cuenta estas variables.
Yo soy de una camada de emprendedores que viene del boom de la era del internet que se forjaban solos y a través de foros. Uno llegaba, pedía el dinero para empezar un nuevo venture o una nueva compañía, un nuevo emprendimiento. Se pedía el capital, eran millones de dólares, se los daban, uno llegaba a la industria, te convertías en el disruptor en esa época, cambiaba la industria y todo se daba de esa manera. Yo creí que se iba a dar con el tema energético.
¿Cuál fue el aprendizaje?
La energía es un tema aparte y creo que es muy importante entender y conocer al gobierno, conocer el sistema integrado que se maneja, conocer la estructura, conocer a las compañías. De esa forma se puede iniciar un cambio junto a todos estos gestores y se puede crear el futuro y cambiar el sistema.
Nos dicen que teníamos un negocio ilegal y al mismo tiempo me da daban un premio, realmente fue un momento esquizofrénico y no sabía si hice algo bueno o algo malo, ¿qué sucedió? A mí me falló entender cuáles eran los intereses que estaban detrás.
¿Qué aconsejaría a los emprendedores del mundo de la sostenibilidad?
Traten de inmiscuirse con el gobierno, con los servidores públicos y junto a los innovadores. Eso permite tener una idea amplia y general de cómo se vive este cambio y tener siempre el final en mente, si todos colaboramos juntos de manera integrada, nos vamos a ver ya en este punto final en un en algún momento.
En los últimos años se dio una centralización en la producción de energía, pero una descentralización en el consumo. Y este cambio sucede en los últimos 10 o 15 años realmente y empecemos solo hablando en Países Bajos. Allí se habló de una red nacional de energía, pero que no es bidireccional; eso fue un problema y generó una pérdida de confianza. Ahora estamos empezando a crear algo que se llama hubs de energía, un lugar de almacenamiento de energía y tenemos ya cientos de miles de estos hubs. Estos espacios son utilizados en espacios residenciales, por el gobierno, por la industria. Es energía eólica, geotérmica, etc. También tenemos un sistema de manejo energético digital, es decir, existe ya un software que está integrado no solo a nivel local.
¿Quién será el dueño de estos hubs energéticos?
Son compañías privadas, pero también son cooperativas de emprendedores que ya ofertan este servicio y vemos todos los días como evoluciona esta nueva a esta nueva alternativa.
¿Pudiera este sistema evitar las fluctuaciones comerciales por la tensión geopolítica y de las disputas comerciales? En otras palabras, ¿podría este sistema ser una forma de independencia energética?
El cambio de la energía fósil a la energía renovable es inevitable. Va a suceder en algún punto, obviamente no va a suceder el día de mañana, pero ya estamos en el inicio de ello. Me gustaría regresar nuevamente al inicio de esta entrevista a cuando hablamos acerca de las estrategias para continuar con este modelo. ¿Qué necesitamos hacer? Estrategias que nos permitan continuar utilizando lo que nosotros conocemos y lo en lo que nosotros estamos cómodos, mientras mejoramos nuestra visión y nuestra perspectiva en el manejo de nuevas energías. Una pregunta que deberíamos hacerle a la industria del petróleo es qué porcentaje pueden las empresas destinar las ganancias hacia el desarrollo de nuevas energías renovables.
Entonces, mientras el antiguo negocio sigue proveyendo a dinero y sigue proveyendo ganancias, estas compañías puedan ya sentir la ventaja de las ganancias del nuevo negocio y de esa manera la yuxtaposición haga que los límites entre ambas industrias se pierdan. Lo interesante es cambiar nuestro sistema a que la energía venga de proveedores de servicio, tal como los proveedores de servicio de internet. Poco a poco los proveedores de este servicio se van a dar cuenta de que el futuro está al frente de nuestros ojos, casi en nuestras manos.
Regreso a la primera pregunta ¿cuál es el futuro de la energía en el Ecuador? La energía se va a vender en el futuro más en valor que en volumen, eso es lo más importante. Vamos a cambiar de un sistema basado en la venta del volumen de combustibles fósiles a proveedores de servicio de energía, entendiendo a la energía como un producto de calidad, confiable e ininterrumpido. (I)