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Proalmex
Negocios
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Proalmex tiene 10 años en el mercado; nació en Cuenca con un aderezo para elaborar micheladas que se producía en una planta tercerizada. Con el tiempo amplió el abanico de productos y hoy tiene más de 100, desde sales hasta encebollados, especias y más. La planta de producción está en Conocoto y la actividad no se detiene con objetivos claros y trabajo sincronizado. Este año cerrará con US$ 3 millones en ventas.

28 Noviembre de 2022 06.00

Andrés Coellar no anda con rodeos y cuando habla de Proalmex, la empresa que fundó hace 10 años, junto con unos socios, explica su modelo: “Más que fijarnos en categorías de productos buscamos oportunidades de mercado”. Esa filosofía de negocios la aplica desde que en 2013 lanzó Michelada mix, el primer producto de lo que entonces era un emprendimiento.

Coellar había estudiado una maestría en México y al regresar al Ecuador, en 2011, se topó con el creciente gusto de los ecuatorianos por la michelada. Con sus aprendizajes frescos desarrolló una mezcla que permitía preparar la bebida en casa. Era 2013 y Coellar decidió tercerizar la producción a una empresa en Quito. Además, buscaba inversionistas, hacía eventos de degustaciones y buscaba canales de ventas. “Pegamos fuerte porque era una idea innovadora. Por eso tuvimos una alianza con Cervecería Nacional para que nuestro producto se venda con una de sus bebidas. Fue un buen momento para arrancar”.

Michelada Mix evolucionó y hoy en día tiene cinco presentaciones. Pero Coellar no quería quedarse con un solo producto y durante un viaje de negocios a Perú conoció la sal de Cuzco, con la que pensó en sal ahumada para casa. Así nació la marca Spezia, un segundo hijo de Proalmex, que hoy se ofrece en cadenas de supermercados, en cuatro presentaciones.

Proalmex había dado con la receta para crecer. “Decidimos explorar y probar productos, entender qué quiere la gente, ver hacia donde van las tendencias. Siempre buscamos categorías con potencial, por eso nuestro catálogo tiene productos que no están relacionados: encebollados, carne vegana, etc. Eso de tener varias líneas de alimentos nos ha ayudado a sortear coyunturas complicadas”, resume Coellar.

Pero la empresa también tuvo tropezones y caídas. “Lanzábamos ideas y a veces nos estrellábamos”. Todo eso dejó aprendizajes y en algunas ocasiones Coellar estuvo por lanzar la toalla y darse por vencido. “Pero siempre aparecían oportunidades nuevas y eso nos mantiene activos hasta la fecha”. 

En 2018 Coellar y su equipo decidieron estructurar mejor el negocio con inteligencia de negocios, análisis financieros más profundos, tecnología e inversiones. Además Proalmex elevó su producción directa; para eso tuvo una planta propia en Carcelén, de 150 metros cuadrados. Luego se mudó al Valle de Los Chillos en 2019 a una planta de 600 metros cuadrados  y desde hace menos de un mes tiene una flamante planta en Conocoto, también en Los Chillos, al oriente de Quito. “Son 1.600 metros cuadrados con la posibilidad de expandir la planta. Allí se invirtió un millón de dólares gracias a los incentivos tributarios de la Ley de Fomento Productivo. Gastamos más de lo esperado, pero aprovechamos el acceso a financiamiento, el crecimiento de la empresa y los buenos números”.

¿Cómo dirige la empresa desde Cuenca con la planta en Conocoto? “Viajo una vez al mes a Quito para dar seguimiento. Pero la clave es que cada área está bien estructura, con objetivos claros y todos estamos sincronizados a dónde queremos ir”. Con esa visión las ventas vienen creciendo de manera sostenida: en 2021 la facturación fue de US$ 2,5 millones y este año proyecta cerrar con US$ 3 millones.

Con un equipo de 50 colaboradores, Proalmex está posicionada en el país y un 1 % de sus ventas llega por exportaciones a Panamá. Con la experiencia acumulada, Coellar explica que evita los planes de muy largo plazo porque el escenario es cambiante y muchos planes se van terminan en el agua. “Ante la guerra en Ucrania y los retos por la pandemia, estamos enfocados en líneas accesibles y masivas. Con la inversión hecha necesitamos generar volumen en los productos y por eso apuntamos a segmentos más bajos”. La empresa también importa algunos productos como carne vegana de Estados Unidos. “Nada tienen que ver uno con lo otro, pero son oportunidades de negocios.”

¿Y qué consejos se anima a dar a otros emprendedores? El fundador de Proalmex dice que hay que enfocarse en generar demanda. “Para eso se necesita estar bien estructurado desde el inicio del emprendimiento. También hay que saber que, emprender no es fácil, que es un proceso de tiempo, hay que darle, sufrir y llorar. No pensar que en seis meses ya se logran los objetivos. Además se debe entender que hay cosas que no se pueden controlar. Por eso tenemos que ser resilientes y pacientes”. (I)

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