Forbes Ecuador
Luz María Hidalgo Quito - Ecuador
Negocios
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Emprendedora, ejecutiva y nómada. Luz María Hidalgo ha vivido intensamente el camino de cada experiencia que se le ha presentado. Hoy recorre el país dando a conocer una alternativa para mejorar los suelos y enfrentar el cambio climático.

31 Mayo de 2023 16.15

No puede ni quiere quedarse quieta un solo momento. Su cabeza está continuamente un paso más adelante —pensando ya en el siguiente— y su corazón, dos pasos más. Así era desde pequeña, cuando no le importaba ponerse a cocinar galletas con su abuela y salir a la acera de la casa a venderlas a los transeúntes. Así era de joven, cuando emprendió dentro de las instalaciones de la Universidad de las Américas (UDLA), vendiendo combos de café (compró una máquina automática) con bocaditos en US$ 1. Así era de profesional, cuando, gracias a su pasión por el marketing, paseó sus habilidades por empresas del sector de licores. Así era cada vez que salía del país con un propósito, ya sea a Argentina, a Australia. Y así es ahora, que se encuentra en la cruzada de dar a conocer un producto revolucionario en el mundo, llamado a ser la salvación para los suelos: el biocarbón.

Para comprender mejor y de manera técnica las bondades y el alcance de este insumo, según la International Biochar Initiative, "el biochar es el carbón negro rico en carbono, usado para mejorar la fertilidad de los suelos. Se lo propone como una de las alternativas para enfrentar el cambio climático, debido a su capacidad para secuestrar carbono atmosférico. Sus características físico-químicas están influenciadas por el tipo de biomasa y las condiciones en las que se desarrolla la pirólisis. Posee altos contenidos de minerales. La aplicación de biochar en el suelo puede inducir cambios morfofisiológicos y metabólicos en las plantas y mejorar las interacciones que establecen con los microorganismos del suelo, entre los que se incluyen los hongos micorrícicos arbusculares, las bacterias promotoras de crecimiento vegetal y los hongos antagonistas como Trichoderma. El biochar puede ser enriquecido o combinado con compost, fertilizantes y microorganismos benéficos, lo que promueve el crecimiento y la defensa de las plantas contra diversas plagas. Además, es capaz de suprimir diversas plagas del suelo e inducir resistencia sistémica contra patógenos foliares en algunas plantas".

Luz María Hidalgo, quiteña, la segunda de cuatro hermanos, exestudiante del Liceo Internacional y de la UDLA en la carrera de Publicidad y Marketing, tiene el secreto para explicarlo de manera más sencilla, fruto de su recorrido por el país hablando sobre esta nueva forma de nutrir los terrenos.

"A pesar de que es una práctica milenaria, descubierta en 1970 por un científico europeo en las cuencas del río Amazonas, recién el planeta le pone atención. Este científico identificó una diferencia enorme entre dos sembradíos, uno era más alto y vigoroso que el otro. Cuando hizo huecos en la tierra se dio cuenta de que era más negra, porque era carbón. La diferencia del carbón con el biocarbón es simplemente el proceso de pirólisis, a través del cual se coloca cualquier biomasa (madera, cáscara de quinua, conchas, estiércol) en un horno, a una temperatura muy alta, sin oxígeno, con carbón, y sale el producto final que es idéntico al carbón, pero con las propiedades antes mencionadas".

Y, tal como el biocarbón, Hidalgo es hoy el resultado de una alquimia que prendió su espíritu guerrero desde que su padre quebrara financieramente en tiempos de la crisis bancaria. Para sostener sus estudios superiores, ya que apenas cursaba el segundo año de la carrera, compró, arriesgándose en tiempos difíciles, con la tarjeta de crédito de su progenitor, una máquina expendedora de café, en momentos en que recién estas empezaban a salir al mercado. "La UDLA me dio una beca, no 100 %, pero me ayudaron. Y luego, en la época que llegaron las máquinas de Nescafé, me permitieron poner una isla en la universidad. Mi papá me prestó la tarjeta de crédito, costó US$ 800. El estand lo hicimos en el garaje de la casa. El negocio era muy sencillo. El café, más un bocadito, a US$ 1. Iba a clase y me quedaba trabajando, hacía los deberes ahí. Tuve ese negocio por ocho años. Con eso, hasta logré pagarme mi máster en Marketing y Negocios en Argentina, en la Universidad San Andrés, tenía apenas 23 años".

Permaneció dos años y medio en el sur, dedicándose a los estudios, a trabajos de mesera y al envío de joyas y carteras para proveer a Casa Tosi, de la cual su abuelo italiano fue fundador. A su regreso a Ecuador, ingresó a trabajar en la extinta operadora celular Alegro. Por tres años, estuvo en el área de Marketing, llegó a ser coordinadora de Telemarketing, hasta que Cordovez la incorporó para manejar Absolut Vodka.

Fue la primera gerente de la marca para Ecuador. "Fue increíble, tenía 26 años y me sentía una estrella de cine. Viajé por todo el mundo con ellos, iba siempre en primera fila en el avión, unas experiencias increíbles, aprendí muchísimo. Me enamoré del mercado de licores. Luego, me casé y me fui a vivir a Australia. Allá quería estudiar Diseño, pero era muy costoso e íbamos muy apretados. Me dediqué a trabajar, hice de todo. Trabajé con una familia griega a la que le manejaba un negocio de ropa, pero también limpié baños en el Marriott los fines de semana porque pagaban US$ 50 dólares el día, hasta que fui supervisora de áreas comunales".

Tras dos años, retornó. Se divorció y se vinculó nuevamente a Cordovez. Después se paseó por Madeval, como gerente de Marketing y de Diseño. Maratonista y ciclista, en sus 37 años, sentía que era momento de cumplir su sueño de hacer bikepacking por Sudamérica. Consiguió auspicios y, junto a un novio, se embarcaron en una aventura de siete meses. El proyecto se llamó "Ando a pedal", a través del cual documentaba, en un blog, todas las emociones del recorrido. Salieron de Loja, cruzaron Perú, pasaron por Bolivia, Chile y llegaron a Argentina.

En ese momento, la empresa Proalco la contactó para que se encargara de la marca Ron San Miguel. Voló a Guayaquil y allí se quedó por cinco años. Fue cuando conoció a Antonio Pino, quien la sumergió en el mundo del biocarbón. Y se enamoró. Tres años ya de tocar puertas, difundir, ensayar e investigar sobre las propiedades y beneficios del uso del producto en los cultivos.

Nació Tectocarbón, una empresa especializada en el aprovechamiento eficiente de desechos de bosques plantados de teca para la producción sostenible de biocarbón y enmiendas eficientes para suelos de uso agrícola, acuícola y biorremediación. "La teca es una madera tropical muy dura, tiene muchos capilares y esto se mantiene después del proceso de pirólisis. Los beneficios son que aumenta la porosidad, retiene humedad y fertilizantes, además de ser un hotel cinco estrellas para microorganismos. Somos los pioneros en el biocarbón. Tiene cuatro usos principales: mejorador de suelo, reforestación, descontaminación y hogar y jardín. Si bien, por ahora, el producto es aún costoso, el incremento de la productividad y la vida de los suelos en las fincas supera en mucho esos costos, por lo tanto la inversión, a la larga, es mucho más rentable. Hay que pensar ya en los nietos y bisnietos, qué planeta les vamos a dejar". (I)

*El artículo original fue publicado en la edición impresa No. 8 de octubre de 2022. 

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