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Productos de mascotas Betoven Cuenca - Ecuador
Negocios
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Productos Betoven es una empresa familiar cuencana que tuvo sus inicios en 1996 con una tienda de mascotas. Esta compañía ya está en manos de la segunda generación y hoy produce camas, arneses, champús, desodorantes y más artículos para mascotas. Entre veterinarias y pet shops suma cerca de 400 clientes; este año la empresa calcula facturar algo más de US$ 1 millón y confía en empezar a exportar.

21 Marzo de 2022 20.44

Era 1996 y en Cuenca abría sus puertas un pet shop llamado Comisariato de la Mascota. Luis Saldaña, un empresario del sector textil, tuvo hace ya 26 años el olfato para detectar un negocio que prometía: mimar a las mascotas. La oferta en los primeros años incluía accesorios para el cuidado de perros, gatos, hámsteres y aves. Saldaña sumaba experiencia en el mundo de los negocios con la empresa de confecciones textiles LH; además, era socio de Agrosad, firma enfocada en productos agropecuarios. Allí ya hizo contactos con el sector veterinario y levantó una primera base de clientes, que con el tiempo sería clave para el negocio de las mascotas.

Saldaña fue un pionero y a los pocos años de fundar Comisariato de la Mascota ya sumaba clientes en Cuenca, Quito, Loja, Guayaquil, Manta y Machala. Este empresario supo aprovechar la experiencia en el mundo de la confección para crear productos para embellecer a perros y gatos. La producción de arneses, collares, pecheras y otros artículos se cumplía en un pequeño taller en el centro de Cuenca. La demanda iba en aumento por lo que antes del año 2000 Saldaña decidió crear una marca y se decidió por Productos Betoven, tomando como referencia el nombre de una película sobre perros muy querida en ese entonces.

Con el inicio del nuevo milenio surgió un primer desafío: empezaron a llegar productos para mascotas elaborados en Perú y Colombia. El problema fue que con la dolarización adoptada en Ecuador en 2000 esos artículos extranjeros resultaban más baratos. Para recuperar mercado la empresa apeló a una estrategia que agrupaba calidad, garantía, productos exclusivos y despachos inmediatos. De esa manera, la empresa siguió en el mercado.

Foto: Pavel Calahorrano. 

Para 2009, el negocio pasó a llamarse Productos Betoven y mudó su planta de producción a las afueras de Cuenca. Por asuntos de salud, el fundador dejó la empresa en manos de su hija María José Saldaña y su yerno Santiago Merchán. Este último describe a su suegro como “un empresario ñecoso y con mucho empuje”. La pareja viajó a España para estudiar un MBA y a su regreso en 2012 la empresa no pasaba un buen momento.

La primera acción para enderezar el rumbo fue abrir lo que llamaron Perruquerías, para consentir a los peludos. Fueron tres locales propios en Cuenca y una franquicia en Loja los que generaron liquidez, que a su vez permitió mejorar los indicadores de la compañía. Hoy todavía funcionan en la capital azuaya tres Perruquerías bajo el modelo de franquicia.

Un segundo paso fue renovar al equipo. Merchán cuenta que hace cinco años Productos Betoven vivió una transformación. “Contratamos un buen vendedor, una buena administradora, nos rodeamos de buena gente y empezamos a negociar el ingreso en Coral Hipermercados. Teníamos la capacidad de producción para cubrir los pedidos. Además esta cadena abrió locales en Quito, Manta, Guayaquil y otras ciudades del país lo que nos dio un gran impulso. Hemos crecido de la mano de ellos”.

Luego los  productos de la empresa familiar llegaron a las perchas de Santa María, De Prati, Corporación Favorita y Corporación El Rosado. “Los volúmenes eran mayores y fue necesario una logística más afinada”.

El trabajo se cumple de manera coordinada en la planta de producción. Allí el trabajo empieza con la recepción de la materia prima como espumas, telas, etc. Las líneas de producción trabajan desde las 08:30 hasta las 17:00, de lunes a viernes en la planta de 140 metros cuadrados. Se suman las personas que trabajan en el laboratorio (85 metros cuadrados) elaborando champús y desodorantes. Los equipos administrativos y de ventas complementan las tareas. En total, Productos Betoven suma 25 empleados.

Foto: Pavel Calahorrano. 

Las inversiones en maquinaria, bodega, vehículos para los vendedores y el laboratorio donde surge la línea cosmética suman hasta la fecha cerca de US$ 130.000. 

¿Y las dificultades que han enfrentado? Merchán menciona retos como la falta de liquidez, las ventas a crédito, lidiar con la cartera, empleados que no rindieron según lo esperado, ciertos  insumos que no se consiguen fácilmente y la pandemia (en marzo de 2020 cerraron 15 días y durante unos meses confeccionaron mascarillas y trajes de bioseguridad). Pero también destaca que entre veterinarias y pet shops hoy suman cerca de 400 clientes en todo el Ecuador. “Con trabajo pasamos de vender US$ 250.000 en 2014 a US$ 885.000 en 2021. Este año esperamos llegar a US$ 1 millón. Y si exportamos sería algo más”.

Precisamente, estos días la pareja que dirige la empresa alista un viaje a Orlando. Allí la meta es hacer contactos y en el mediano plazo empezar a exportar. Además, en Orlando es bastante probable que se abran las puertas de otra feria de productos para mascotas en Las Vegas. “La idea es hacer consultas ante dudas que tenemos sobre el mercado estadounidense. Y ojalá en agosto próximo ya tengamos abierto el mercado de Estados Unidos” es el anhelo de María José y Santiago.

Con el fundador ya retirado, esta empresa cuencana sigue creciendo en manos de la segunda generación. Los planes para el futuro incluyen empezar a producir snacks y juguetes. Además acaba de lanzar una línea de batas quirúrgicas que cubren al perro o al gato tras una intervención quirúrgica. Amantes de los animales (la pareja tiene cinco perritos adoptados), Saldaña y Merchán no descansan y siguen mimando a perros y gatos. (I)

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