Forbes Ecuador
Fotos de Wipala  Jaime Santillán
Negocios
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Hace más de una década Jaime Santillán y Mario Torres dieron vida a Wipala Healthy Snacks, un emprendimiento de energizantes orgánicos saludables. Hoy tienen 19 productos que se venden en Panamá, Venezuela, Chile, EE.UU., España y Alemania. Este año aspiran ventas sobre US$ 600.000.

13 Marzo de 2024 10.12

En los pasillos de la Universidad Casa Grande en Guayaquil, dos jóvenes estudiantes se conocieron mientras estudiaban negocios internacionales. Primero fueron equipo en actividades y campeonatos deportivos en los que obtuvieron los primeros lugares. Este clic se consolidó cuando decidieron elaborar juntos su tesis universitaria. Jaime Santillán y Mario Torres tenían claro que sería el inicio de un emprendimiento que les abriría las puertas al mundo de los negocios.

Torres trabajaba en una empresa familiar productora de banano y Santillán en una naviera cuando se les prendió el bichito de querer tener algo propio.  El término superfoods ya estaba de moda a escala mundial y la quinua se definía como un cereal top, porque tiene proteínas y aminoácidos esenciales. Estos jóvenes empezaron por googlear las posibilidades de negocio y se dieron cuentan de que las opciones eran amplias porque poco o nada existía en esta área. “Recuerdo que nos dijimos porqué no hacemos una propuesta que involucre lo mejor de la sierra con lo mejor de la costa, con un potencial de exportación. Empezamos a recorrer supermercados y como buenos deportistas fuimos a la percha de barras y descubrimos que no existía una que llene nuestras expectativas. La mayoría eran muy procesadas”. 

Era el momento de empezar su propia aventura con un propósito real.  “Nos dimos cuenta de que con el paso del tiempo nos habíamos olvidado de cuidar a la Pachamama, de nuestra conexión con el planeta”, cuentan a Forbes Ecuador.

En 2013, estos jóvenes empezaron a dar forma a su plan de tesis, que en realidad era un verdadero plan de negocios. Las fórmulas fueron desarrolladas con un ingeniero de alimentos en la Universidad San Francisco de Quito, incluso realizaron un estudio de mercado, encuestas y con la ayuda de sus profesores y un buen feedback crearon una barra de tres sabores quinua, chocho y frutas tropicales (banano, piña y cacao), siempre pensando en un lanzamiento real y no sólo académico.

El siguiente paso era el nombre. Elaboraron una lista de cien posibilidades en español, inglés, francés, latín y ninguno les convenció. Cansados de pensar y repensar, ingresaron a un diccionario digital quechua y por arte de magia en la parte principal estaba la palabra Wipala, que significa la unión y equidad de los pueblos andinos. El nombre calzaba perfecto en su propósito de rescatar la identidad ecuatoriana. 

Ya con el nombre, el siguiente paso era conseguir los fondos. Acudieron a BanEcuador y obtuvieron un crédito de US$ 30.000 con lo que adquirieron las maquinarias para echar a funcionar su idea. El lugar estaba resuelto, sería en una apiladora que la familia de Torres tenía en Milagro, Guayas. El sueño se estaba volviendo realidad.

“La primera experiencia de venta fue en una feria orgánica. Hacíamos dos mil barras al mes. Nuestros clientes eran familiares, amigos y un par de pequeños delicatesen. En 2014 vendimos US$ 40.000”.

En el tercer trimestre de 2015 una cadena de supermercados les hizo un pedido de 15.000 barras. “Casi entramos en shock, la maquinaria que teníamos era lenta, trabajamos día y noche para conseguirlo. Orgullosos vimos como el pallet era despachado. Horas más tarde nos devolvieron todo, porque habíamos hecho mal unas etiquetas. Un error que para ellos era diminuto para nosotros significó un golpe duro, pero respiramos profundo y lo superamos. Obtener el registro sanitario también fue una lucha dura”.

Wipala Healthy Snacks se iba abriendo camino en otros supermercados. También llegaron a los Duty Free de los aeropuertos de Quito y Guayaquil y a centros turísticos. En 2016 ganaron un premio de capital semilla por US$ 30.000 y con eso renovaron maquinaria, compraron una envasadora y la producción subió a tres tipos de barras, con dos operarios.

“Estar en el Duty free nos abrió a nuestra primera exportación en 2017 a Texas, EE.UU. Casualmente el distribuidor compró un paquete para un amigo y les encantó. Tuvimos un primer pedido de US$ 20.000. Salimos de nuestra zona de confort. Paralelamente fuimos con ProEcuador a ferias internacionales. Ese año terminamos con una facturación de US$ 130.000”. 

El panorama se pintaba maravilloso: sus barras se vendían en California, Nueva York y Chile. Sin embargo, el clima les jugó una mala pasada. “El invierno de 2018 fue muy duro. Se inundó toda la fábrica, literal tuvimos que entrar nadando, el agua nos daba hasta el pecho. Todo se echó a perder. Fue una dura lección porque no teníamos nada asegurado, perdimos más de US$ 30.000, estuvimos fuera del negocio casi cuatro meses. Ese año cerramos en US$ 90.000 y los ánimos por el suelo”.

Los distribuidores mantuvieron los contratos y esa acción les dio la fuerza para levantarse. Fue un nuevo comienzo, dejaron Milagro, se mudaron a Guayaquil y arrancaron con todas las certificaciones y sobre todo con seguro. 

Wipala Healthy Snacks ha ido creciendo como la espuma. A las barras energéticas su sumó una presentación para niños de seis meses en adelante y una específicamente para deportistas. Paradójicamente 2020, año de la pandemia por Covid 19, para ellos fue un boom. Crearon nuevos sabores, integrando las cuatro regiones. Lanzaron dos cereales, una proteína salada en forma de cachito y cuatro bites. Los emprendedores consiguieron un nuevo distribuidor en Florida y las ventas llegaron ese año a US$ 360.000.

Considerados como emprendimiento insignia por el Banco Mundial, la materia prima es comprada directamente a los agricultores, no usan intermediarios. “Actuamos como tribu, juntando ingredientes orgánicos donde la magia de los Andes, los sabores de la costa, los misterios de la Amazonía y las encantadoras Galápagos se convierten en nuestra principal fuente para crear alimentos reales, sagrados y nutritivos”.

Sin titubear aseguran ser 'workaholics', su cerebro va a mil por hora y no dudan que los astros están alineados a su favor. Hace poco sacaron al mercado un gel energético bebible y se están cocinando unos palitos de banano. Ahora su abanico de oferta llega a 19 productos, cuentan con un equipo de 10 personas y exportan a Panamá, Venezuela, Chile, España, Alemania y EE. UU. En este último país sus productos están en Walmart, CVS y Amazon. En 2023 la facturación fue de US$ 560.000 y este año proyectan llegar a US$ 600.000. (I)

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