Transformó sus derrotas en una plataforma de medio millón de dólares
José Antonio Sánchez es el fundador de Lo Simple, una plataforma multidisciplinaria que integra servicios legales, contables, de marketing y ventas para impulsar el crecimiento de pequeñas y medianas empresas. En 2024, alcanzó 2.700 clientes y proyecta cerrar este año con ingresos de US$ 500.000

"Nací en el sur de Quito, en el tradicional barrio de la Villaflora. Desde pequeño, me sentí atraído por los números, la lógica y la física, porque sentía que la ciencia tenía respuestas a las inquietudes que en ese entonces me planteaba. Siempre busco una respuesta para todo". 

José Antonio Sánchez, emprendedor empedernido, estudió en el colegio Técnico Experimental de Aviación Civil (Cotac). Quería ser militar, pero problemas de salud le cerraron esa puerta. Optó por las leyes, aunque nunca terminó de identificarse con esa carrera profesional. En el fondo, se sentía más cercano con el mundo de los negocios quizás, dice, por herencia familiar. Su abuelo vendía camisas en Ambato y Sánchez desde los 19 años ya vendía ropa y frutas en las calles del sur de la ciudad. 

Para él la oratoria, la escritura y la lectura son parte de su esencia. Durante la pandemia se animó a recopilar en 'Cuentos para humanos', una serie de historias cortas que había escrito a lo largo del tiempo. Asegura que en su velador siempre hay un libro. El General en su laberinto, de Gabriel García Márquez, lo marcó porque muestra al ser humano después del mito.

"Profesionalmente, mi vida ha sido un ir y venir. Trabajé en banca, fui abogado corporativo, asesoré empresas. Pero la inconformidad siempre estaba ahí, recordándome que no había nacido para seguir caminos trazados por otros. Abrí un karaoke con apenas US$ 5.000, luego un restaurante que llegó a facturar US$40.000 mensuales"

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Sánchez trajo a Ecuador la franquicia peruana 'Lucha libro' y aunque inicialmente fue exitosa, el terremoto de abril de 2016 truncó su etapa de promotor cultural. Sin rendirse decidió apostar por una plataforma para conectar a productores de alimentos orgánicos con consumidores. "Fue un fracaso total, terminé en la lona, endeudado y con pérdidas de US$ 200.000. Entré a una aceleradora con una nueva idea, quedé último. Este nuevo tropezón me llevó al abismo".

Su crítica situación financiera le obligó a volver a la práctica legal hasta poner las cuentas en orden, aunque en su mente daba vueltas volver a intentar un nuevo emprendimiento.

La oportunidad llegó con el Covid 19. "Con US$ 20.000 creé Closer, una plataforma para facilitar la negociación laboral en pandemia. En un año y medio tripliqué la inversión. La cerré cuando volvimos a la normalidad porque ya no tenía sentido su función".

Este quiteño nunca dejó que el fracaso lo definiera, aprendió que las ideas por más buenas que sean necesitan un timing.  Meses después lanzó Simple SAS una plataforma para constitución automática de compañías SAS. Recuerda que cada cliente era un pequeño milagro. El primer año cerró con una facturación de US$ 9.000. Para 2023 ya habían constituido unas 2.000 empresas y alcanzaron ingresos cercanos a los US$ 200.000. 

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Optimista innato, una máquina para generar ideas y crear oportunidades, Sánchez se dio cuenta de que era el momento de darle un giro al negocio. "Los clientes me pedían que les ayude con temas complementarios como contabilidad, facturación electrónica y aumentos de capital entre otros. 

Así nació Lo Simple, una plataforma que no solo constituye empresas, sino que las acompaña a escalar, integrando otros servicios legales a través de una experiencia amigable impulsada por inteligencia artificial. Nuestra promesa de valor es acompañarlas hasta que facturen su primer millón de dólares. Los programas de Endeavor y Victoria de Impacto me abrieron al mundo de los inversionistas. Estoy preparando la primera ronda de inversión para ejecutarla en 2026 por US$ 1 millón que servirá para refundar la plataforma, dejar lo tradicional y romper los esquemas con algo novedoso que nos permita internacionalizarnos". En 2024 cerraron con más de 2.700 clientes activos y este año proyectan una facturación de US$ 500.000

Mirando hacia atrás, asegura que todo lo vivido tuvo un sentido, cada fracaso, cada error, cada éxito, cada reinvención. La disciplina, la resiliencia y la pasión marcan su personalidad. 

Este emprendedor nada tres veces por semana, disfruta cultivar un huerto con sus pequeños hijos y está aprendiendo a tocar guitarra, porque cree que en un mundo dominado por la IA lo que le queda al ser humano es regresar la mirada a lo que esta no puede ofrecerte. (I)