Forbes Ecuador
Ximena Wagner
Nómades
Share

La colombiana Ximena Wagner llegó a Ecuador en abril de 2021 como General Manager de Alpina Ecuador, empresa que tiene 27 años en el mercado nacional y factura ventas por US$ 65 millones. Destaca como un plus de los ecuatorianos su capacidad de resiliencia. Considera que las leyes laborales deben ser menos rígidas para incentivar el empleo.

09 Agosto de 2023 10.59

Comenta que poco o nada conocía de Ecuador cuando le propusieron dirigir las operaciones de Alpina en este país. Por cuestiones puntuales de trabajo en 2018 estuvo por dos días en Quito, pero del hotel a la oficina y luego al aeropuerto de regreso no pasó. Ahora luego de vivir dos años y medio aquí, abiertamente, declara que Ecuador la enamoró, vive feliz y sobre todo se siente realizada profesionalmente.

Esta ejecutiva de 35 años señala que lo que más admira de los ecuatorianos es su poder de resiliencia. “Todo lo hacen tan sencillo, nunca pierden la esperanza y el ñeque para enfrentar las adversidades. Tenemos mucho que aprender de ustedes, saben manejar muy bien las prioridades. En estos dos años y medio hemos pasado estragos de una pandemia, paros nacionales e inestabilidad política y siempre recibo de respuesta de mi equipo de trabajo un sí se puede, vamos adelante. El paro indígena de junio de 2022 paralizó todo el país. La 'berraquera' que demostraron todos nuestros alpinistas (así los llaman a los colaboradores) nos permitió no dejar de comprar leche ni un solo día a nuestros proveedores y apoyarnos con nuestra competencia. Ese mes perdimos casi US$ 1.5 millones en ventas”. 

Wagner graduada de ingeniera industrial de la Universidad de Los Andes, con una maestría en Administración de Negocios (MBA) de la Universidad de Mánchester en Inglaterra, inició su carrera profesional en el mundo de las finanzas corporativas, en el área de inversiones. En 2016 ingresó a Alpina como Corporate Develop Manager, dos años después asumió un cargo como Director Corporate Finance y desde 2021 es la cabeza de Ecuador. “Somos la tercera compañía más grande del grupo (son 12), luego de Colombia y EE.UU. En 2022 cerramos con ventas de US$ 65 millones. Este año las expectativas son superar los US$ 68 millones, aun cuando este primer semestre ha sido muy volátil. La inestabilidad política y la inseguridad hace que el consumidor tenga miedo y contraiga sus gastos. A nivel mundial Alpina factura alrededor de US$ 1.000 millones”.

De una simpatía desbordante, con ganas de crecer a pasos agigantados y de un entusiasmo que contagia, Wagner señala que el dólar es una fortaleza y un atractivo para la inversión extranjera. En este período la compañía ha efectuado inversiones por US$ 2 millones en innovación, empaques, nutrición y sostenibilidad porque el proyecto en este país es a largo plazo, explica. 

Alpina cuenta con dos plantas de producción en San Gabriel en Carchi y Machachi en Pichincha, compran y procesan 140.000 litros de leche al día, manejan nueve marcas y 150 productos. Cuenta con 570 colaboradores, más de 190 proveedores e impacto indirecto en 2.000 familias.  “Algunas leyes deben ser menos rígidas, sobre todo en el ámbito laboral. Debería existir flexibilidad en las normas con el fin de incentivar la generación de empleo”.  

Al preguntarle cómo ve la situación actual, sin titubeos responde:

"Bogotá, de donde yo vengo, es peor la delincuencia. Mi ritmo de vida no ha cambiado y la empresa tampoco me ha puesto restricciones. Me muevo mucho por las tiendas y supermercados para ver cómo van las ventas. Voy continuamente a las plantas de producción y a Guayaquil. Hemos tomado algunas precauciones, pero nada más”. 

¿Y la situación política? 

“Sabemos que va a seguir inestable, pero no es un fenómeno único de Ecuador. En Colombia y Perú la situación es aún más complicada. Pienso que no se le está dando la importancia debida a la Asamblea en estas elecciones de agosto”.

Pese a este panorama, Wagner considera que Ecuador tiene todas las herramientas para impulsar la competitividad. Recuerda que, a las dos semanas de llegar a Quito, la ciudad se confinó y se declaró toque de queda por un rebrote de Covid-19. El encierro la estaba volviendo loca, entonces unos compañeros de trabajo le propusieron escaparse a Archidona, en Tena por unos días. “Fuimos a Misahuallí, visitamos algunas comunidades, navegamos por los ríos. Quedé encantada, he ido tres veces a la Amazonía. En mi check list está pendiente el Cuyabeno, espero hacerlo este año. También he estado dos veces en Galápagos. En el Cotopaxi he estado varias veces, la caminata nocturna por la laguna del Quilotoa fue fascinante. Este fin de semana estuve en el cerro Morurco. Me conozco casi todo el país, porque por trabajo viajo mucho y aprovecho siempre para quedarme unos días turisteando en la zona”.

Esta bogotana se siente una embajadora turística del Ecuador. En estos dos años y medio su familia y amigos han venido varias veces y cada vez se van más cautivados de los encantos naturales de este país. Nos cuenta que aquí aprendió a comer cangrejo, que le fascinan los mariscos, especialmente el camarón. “En Colombia los mariscos solo se los come en eventos especiales, aquí son igual de deliciosos en una hueca o en un buen restaurante. De la sierra mi plato favorito es el hornado, sobre todo el de Sangolquí.  Todos los que me visitan no pueden irse de Ecuador sin probarlo”.

Su día a día es de locos, cuando no está en las oficinas, está viajando por los puntos de venta o plantas de producción. Además, es vicepresidenta de la Cámara de Comercio Ecuatoriana-Colombiana (CAMECOL), parte del directorio del Centro de la Industria Láctea (CIL) y de la Cámara de Industrias y Producción (CIP), por eso asegura que no tiene tiempo para aburrirse. No sabe cuánto tiempo va permanecer aquí, pero lo va a disfrutar al máximo porque para ella Ecuador es un paraíso. (I)

loading next article
10