Con el humo blanco elevándose sobre el cielo de Roma y el canto del Habemus Papam resonando en la Plaza de San Pedro, la Iglesia Católica presentó hoy a su nuevo líder: Robert Prevost. Elegido tras dos días de deliberación en la Capilla Sixtina, el nuevo pontífice asumirá el reto de guiar a más de 1.300 millones de fieles en un tiempo de cambios profundos tanto dentro como fuera del Vaticano.
Nacido en Chicago en 1955 y naturalizado peruano, Robert Francis Prevost, Orden de San Agustín, fue una figura clave del círculo de confianza del papa Francisco. Como prefecto del Dicasterio para los Obispos, tuvo un rol central en la renovación del liderazgo eclesial global. Con una sólida formación agustiniana, experiencia misionera en Perú y un perfil pastoral, su elección representa una continuidad del pontificado anterior, con énfasis en la descentralización, la sinodalidad y la promoción de líderes comprometidos con las realidades locales.
En América Latina, África y Asia, donde el catolicismo sigue creciendo en número de fieles y vocaciones, la elección fue recibida con expectativa. El nuevo pontífice deberá atender los retos de la nueva época.
Por su parte, en Europa el reto será reavivar la fe sin imponer una visión rígida ni perder el diálogo con otras corrientes culturales y religiosas. Desde los salones del poder político en Bruselas hasta las comunidades amazónicas o los campos de refugiados en el Mediterráneo, el papa Robert Prevost ya es una figura clave para el equilibrio espiritual y geopolítico del siglo XXI. (I)
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