Confucio
La doctrina confuciana parte de la premisa de que el hombre es bueno por naturaleza, y de que por ende es de su esencia tanto dar beneficios como recibir provechos. Está convocado a ser indulgente y a recoger afectos.
La doctrina confuciana parte de la premisa de que el hombre es bueno por naturaleza, y de que por ende es de su esencia tanto dar beneficios como recibir provechos. Está convocado a ser indulgente y a recoger afectos.
Sócrates inquirió: ¿Lo que me comentarás, es útil para mí? La réplica fue que la información a entregarse le será inútil. Pues bien, así el de Atenas concluye en que si el informante no tenía certeza sobre la data, la misma era mala y además inservible, no tenía sentido alguno recibirla. Fin al rumor.
Todavía oímos voces destempladas contrarias a la secularización estatal, provenientes de sectores iletrados que sin siquiera entenderla manifiestan su oposición... al pensar que si la defienden terminarán en el infierno.
La Revolución Francesa debe ser entendida bajo el precedente político que significó la independencia de los Estados Unidos. En la formación de la Unión participaron representantes de la monarquía francesa no solo con fuerzas militares. Intervinieron también, intelectualmente, célebres pensadores que abogaban por un estado democrático muy disímil del autocrático que gobernaba Francia por más de un siglo.
El grande yerro de la religión, que ha condenado al culto a ser cuestionado intelectualmente, radica en la reclamación de que la fe se la asuma como resignación frente a propuestas contrarias al discernimiento en lógica.
El método de Descartes confluye en el imperativo de "no omitir nada" en el proceso del discurso. Este debe ser completo y general. Solo así llegamos a un conocimiento irrebatible en el tiempo, y certero.
En la duda cartesiana, no podemos dejar de resaltar al demonio como creación contradictoria por un dios que "se dice" perfecto ante los hombres irracionales. La irracionalidad es una tara mental origen de la mediocridad intelectual.
La interpretación tergiversada de la realidad, propia de la posmodernidad conforme lo expusimos, juega en contra, por igual, de los perjudicados y de quienes pretenden beneficiarse de ella. El resultado es caos social, materializado cuando el placer y el goce de unos es dolor y padecimiento de otros. Lo es en tanto, filosóficamente, la negación de lo negativo no es afirmación.
La [in]sensibilidad es producto de la manifiesta incapacidad del ser humano y del consorcio social para responder a las demandas contextuales del escenario. Así la sociedad refleja anomalías e incoherencias estructurales harto peligrosas para el buenvivir.
Dejémonos de tanto sinsentido y sentemos las bases de una sociedad en que prime la sensibilidad desechando la [in]. De no hacerlo seguiremos cavando en la [in]conciencia, sinónimo de ensimismamiento e irreflexión, dañino en toda su extensión.
Cuando el populismo de corte socialista va ganando cancha, también se gesta en el mundo un populismo de extrema derecha con rasgos de totalitarismo "nazi-fascista" igual de peligroso. No nos dejemos engañar por ninguno de los dos.
El calvinismo parte de rechazar toda y cualquier pretensión de otorgar a los hombres cualidades de iluminados, habilitantes de facultades interpretativas de las Escrituras al antojo vaticano.
La religión de Comte es una devoción científica, en la cual no hay cabida para lo incorpóreo o volátil. Su aporte al desarrollo del pensar humano es profundo, pues al margen de que coincidamos o no con el sociólogo, sí que tiene validez analítica.
Cuando se pretende emprender en reformas del quehacer estatal -de todo y cualquier orden: sociales, económicas, orgánicas- sin antes definir el ámbito superestructural en que deseemos movernos, el resultado será el fracaso.
Acomodar las verdades a conveniencias, así como desatender los hechos verídicos con propósitos de obtener ventajas en perjuicio de terceros, es manifestación de inmundicia ética.
En su proyección racional, la justicia va más lejos que la sola aplicación de la ley. Es una avenencia y armonía entre la norma como enunciado y las particularidades sobre las cuales va, o entra, a regir. Cualquier adaptación que en esencia represente injusticia es inmoral y la desmerece.
Consideramos que no es herejía cuestionar el dogma... sí es apostasía otorgar a un hombre el privilegio de autocalificarse de infalible
Pío IX llega a la extravagancia de prohibir a los católicos participar en la vida política italiana. Lo mismo hace con ciudadanos de otros países europeos. Haciendo hipócritamente de mártir, se declara prisionero del Estado italiano en los aposentos vaticanos hasta su muerte.
Si el capitalismo deja de reflejar compromiso y responsabilidad sociales, solidaridad y equidad, debe ser reorientado.