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Una universidad creada en el desierto
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Una universidad creada en el desierto es potencia ambiental

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Investigar en medio del desierto es todo un reto, más aún cuando se trata de sostenibilidad y cambio climático. La Universidad Ben Gurion de Neveg desafió todo pronóstico y, desde la parte más árida de Israel, se ha convertido en una potencia internacional en la lucha contra el cambio climático. Daniel Chamovitz, presidente de la institución, habla de los ambiciosos proyectos de investigación que mantiene la universidad y comenta los logros que ha obtenido a través de los años.

13 Febrero de 2023 10.41

Ben Gurion del Neveg fue fundada en el desierto israelí hace más de 50 años, con el objetivo de retar a las mentes más brillantes de este país a descubrir y desarrollar tecnologías que no solo les permita sobrevivir en este inhóspito ambiente, sino prosperar. Chamovitz está convencido que la presión de estar asentados en un país donde el 60% de su territorio es desierto, les ha enseñado que todo es posible, pero también les ha dado el entendimiento de que para sobrevivir y crecer el éxito es su única opción. 

Está convencido de que los más grandes logros en la investigación y desarrollo se dan cuando los empresarios y la academia se juntan para trabajar por grandes objetivos. Es así como hoy en día, esta universidad es sede del Instituto de Investigación del Agua, del Instituto para Investigación del Desierto, también acogen al Centro Nacional de Seguridad Cibernética de Israel, al Centro Nacional de Investigación de Autismo y a la primera y más importante a la Escuela de Medio Ambiente y Cambio Climático.  

Orgulloso de que la universidad sea parte de los logros medioambientales de Israel, señala que está en camino a convertirse en un país independiente del clima, donde han innovado hasta llegar a reutilizar el 93% del agua, donde el 75% del agua que consumen es desalinizada con tecnología desarrollada localmente y donde han logrado con gran éxito sembrar viñedos en el desierto, algo que en su momento era considerado imposible. Y es que según Chamovitz si entendemos el problema entonces la solución está a nuestro alcance y el cielo es el límite. 

Mira a las islas Galápagos como un espacio de no solo para investigar sino de innovación. Puede ser un elemento fundamental ya que es un medio ambiental privilegiado, pero tiene un problema de seguridad alimentario, en el que indica que se puede implementar agricultura vertical, extraer agua del aire y evitar la importación de comida a las islas. “Todo es posible y ¿si en Israel lo podemos hacer, porque en Ecuador no?”. Chamovitz considera que Ecuador puede posicionarse estratégicamente como un espacio líder para investigación medio ambiental por sus sistemas ecológicos tan especiales y únicos en el mundo. Es por esto, por lo que es tan importante la visita que realizaron a Ecuador con 17 investigadores de alto nivel de la universidad. 

Cuando se habla de la posibilidad de proyectos de investigación en Ecuador confiesa que tuvo que aprender sobre el país; hoy encantado con el Ecuador está convencido que se debe aprovechar las oportunidades que presentan para generar nuevos proyectos de investigación y fortalecer algunos existentes donde pueden apoyar con los conocimientos y tecnología para aplicarlos en un país tan mega biodiverso como Ecuador. 

Pero esta visita no solo se concentra en investigación científica, la universidad Ben Gurion busca apoyar el emprendimiento ecuatoriano. “Consideramos que el emprendimiento no es un campo de estudio, es una forma de vida, y esto infecta la manera en la que pensamos y actuamos”. Está seguro de que todavía tiene mucho que aprender sobre Ecuador, pero afirma que las oportunidades de crecimiento y desarrollo no tienen límite y que hay que fortalecer las estructuras para emprendimiento en el país. Mira a las mujeres y quiere apoyarlas, pues ha demostrado que son ellas quienes identifican la necesidad en su familia y en su entorno.

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