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En las últimas décadas no se ha encontrado al Ecuador en una posición tan preponderante en la región como un centro de atracción de inversiones, tanto para la órbita pública como privada.

30 Julio de 2021 12.55

En las últimas décadas no se ha encontrado al Ecuador en una posición tan preponderante en la región como un centro de atracción de inversiones, tanto para la órbita pública como privada. La situación de América Latina en las actuales circunstancias no es la mejor, pues un grupo de países se encuentra en una coyuntura de debilidad económica y de incertidumbre política, lo que conspira para la capacidad de atraer nuevas inversiones. Se tiene a Venezuela, nación rica en recursos naturales y con reservas petroleras que lidera la esfera mundial pero que lamentablemente el caos en el manejo de la política económica desde 1999 a la fecha, unido a una crisis política expresada en la violación a los derechos humanos, a la propiedad privada y a la libertades, ha empobrecido y ubicado a ese país en una encrucijada y en una ruta casi sin salida. Colombia se encuentra atravesando una coyuntura de protestas callejeras muy agresivas con incertidumbre de quién ocupara el gobierno en la próxima elección. El caso del Perú con la ganancia de Castillo ya ha empezado a registrar salidas de capitales a otros países, consecuencia de la incertidumbre del futuro económico de esa nación. Chile no está ausente de la crisis, pues a pesar de haber sido en las últimas 3 décadas el ejemplo del manejo económico, las desigualdades sociales, la inconformidad en ciertos beneficios ciudadanos como los montos de jubilación y las críticas al modelo educativo, también la alejarían de opciones de inversión. El caso de Brasil genera también muchas preguntas sin respuestas, pues el tamaño de ese país y la posibilidad que regrese al poder el ex Presidente Lula abre de igual manera mucha incertidumbre.  El caso de Argentina con la conducción Peronista del Presidente Fernández y la presencia de la Sra. Kirchner en la Vicepresidencia, en una economía que registra una fuerte crisis macroeconómica tampoco muestra señales claras de atracción de inversiones. Bolivia no brinda señales claras de estabilidad económica y política, la pérdida de reservas internacionales, su cercanía con la corriente del Socialismo del Siglo 21, hacen evidente un ambiente poco propicio de atracción de nuevos proyectos de inversión.

En esta situación, probablemente Paraguay, Panamá y Uruguay, conjuntamente con Ecuador, son los que lucirían las mejores condiciones para atraer inversión extranjera, la misma que está ávida de venir a América Latina por la clara abundancia de liquidez en los mercados internacionales. 

En el caso ecuatoriano, la presencia de un gobierno con un discurso amigable con la empresa privada, abierto a cerrar acuerdos internacionales de libre comercio, decidido a la aplicación de políticas ordenadas del manejo de las finanzas públicas, convencido en el respeto de acuerdos suscritos con los organismos multilaterales y con la frescura y oxigenación que le otorga su reciente elección, hace que se tenga un ambiente muy propicio para atraer nuevas inversiones.

Las opciones para atraer inversiones en el campo petrolero, minero, en la administración de empresas hidroeléctricas, en la concesión de empresas de telecomunicaciones y de ciertos servicios públicos, en la venta de instituciones de propiedad estatal en el ámbito financiero, más las alternativas del sector turístico y de la agroindustria, hacen del Ecuador una gran alternativa internacional de inversiones. Es un gran momento que debemos aprovecharlo. Será siempre el entorno político el que ojalá respalde estas opciones que le podrían abrir al país grandes posibilidades de recuperación económica y progreso. (O)

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