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disciplina en los negocios
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La suerte es como una chispa. Pero la disciplina es el combustible que mantiene el fuego encendido.

4 Junio de 2025 15.21

Vivimos en un mundo donde muchos hablan de suerte. 

"Tuvo suerte de estar en el lugar correcto",  "tuvo suerte de conocer a la persona adecuada",  "su negocio despegó porque tuvo un golpe de suerte". 

Pero hay algo que pocas veces se menciona: la verdadera suerte es el resultado de una paliza de disciplina. Detrás de cada historia de éxito que parece casual, hay un trasfondo de trabajo constante, sacrificios silenciosos y decisiones tomadas con una visión clara. Pero en una cultura que celebra el resultado y minimiza el esfuerzo, pocos entienden que la suerte se fabrica, y su materia prima es la disciplina.

Disciplina es hacer lo que otros no están dispuestos a hacer:

Cuando observamos a personas que parecen "afortunadas", rara vez vemos las horas que dedicaron a prepararse cuando nadie las observaba. No vemos las madrugadas, los fines de semana trabajando, las decisiones difíciles que tuvieron que tomar.

El empresario exitoso no llegó ahí solo por suerte; llegó porque mientras otros descansaban, él estudiaba su negocio, mejoraba su producto y algo muy importante, fortalecía su red de contactos.

El deportista que brilla en la competencia no solo nació con talento; pasó incontables horas entrenando, incluso cuando nadie lo veía.

El profesional que escala posiciones no solo tiene carisma; tiene la constancia de mejorar sus habilidades, de resolver problemas y de aprender de los errores.

La disciplina no es glamorosa, al contrario, es repetitiva e incómoda. Pero es la única forma de construir una suerte real y sostenible.

La suerte favorece a los que están preparados:

Si alguna vez has escuchado a alguien decir "tuvo suerte", pregúntate: ¿qué tan preparado estaba para aprovechar esa oportunidad?

En los negocios, las oportunidades aparecen para muchos... pero solo las aprovechan los que están listos, esta parte es fundamental debes prepararte. No es suerte recibir una gran oferta si has pasado años demostrando tu valor. No es suerte cerrar una gran negociación si has construido relaciones de confianza durante años.

Estar preparado es haber desarrollado las habilidades antes de que se necesiten.

Es tener un plan cuando los demás apenas están reaccionando.

Es ser constante cuando otros son inconstantes.

La disciplina también se ve en lo que evitas:

La disciplina no solo es hacer más. A menudo, es saber qué no hacer.

Decir "no" a propuestas que no están alineadas con tu visión. No dejarte llevar por la recompensa inmediata y esperar el resultado que realmente quieres. No sacrificar tus valores por ganar más rápido.

Muchos de los llamados "afortunados" simplemente fueron disciplinados en evitar errores que otros cometieron por impaciencia, por ego o por falta de claridad.

La disciplina también es adaptarse con velocidad:

Algunos dirán que "suerte" es estar en el lugar correcto en el momento adecuado. Pero incluso eso requiere disciplina: la disciplina de adaptarse, de ver las señales, de moverse rápido.

Durante mi carrera, he visto industrias transformarse de la noche a la mañana. Empresas y familias que parecían intocables pero cayeron porque no pudieron adaptarse. Otras que surgieron de la nada, crecieron porque sus líderes tuvieron la disciplina de anticiparse, de reinventarse.

La suerte de un emprendedor muchas veces es simplemente haber sido disciplinado y estar atento a las nuevas tendencias. La suerte de un inversionista es haber tenido la disciplina de investigar antes de apostar. La suerte de un líder es haber construido un equipo sólido que responde ante las crisis.

La "suerte" sin disciplina es efímera

Sí, existen momentos de verdadera suerte: ese golpe de buena fortuna que llega de la nada. Pero sin disciplina, esa suerte se desvanece.

Ganar una lotería no te hace rico; manejar ese dinero con disciplina sí.

Conseguir un cliente grande no garantiza éxito a largo plazo; gestionarlo con disciplina y consistencia sí.

Ser promovido por una oportunidad inesperada no te convierte en un buen líder; liderar con principios y disciplina sí.

La suerte es como una chispa. Pero la disciplina es el combustible que mantiene el fuego encendido.

No te hablo desde la teoría, te hablo desde la experiencia. A lo largo de más de 30 años, he aprendido que cada paso hacia adelante ha sido producto de disciplina. No siempre fueron momentos brillantes. Hubo horas de trabajo silencioso, decisiones que costaron, aprendizajes nacidos de errores y más mudanzas de las que podría contar. Pero también fueron años de construir relaciones auténticas y apostar por el largo plazo.

Lo que realmente hizo la diferencia fue tener la claridad y el coraje para decir "no" a lo que parecía fácil, pero que no estaba alineado con mi visión. Elegir con conciencia y coherencia me permitió construir una carrera sólida, evolucionar, y eventualmente dar el paso hacia liderar mi propio negocio. No fue suerte, fue decisión.

He visto a muchos a los que la suerte parecía favorecerles... hasta que la pierden porque no tienen la disciplina para mantenerla. También he conocido a otros que, sin ser los más brillantes, han construido carreras extraordinarias porque nunca se rindieron. Porque su verdadero secreto no fue la suerte, sino la perseverancia.

Si al leer esto sientes que otros tienen suerte mientras tú sigues esperando tu oportunidad, es momento de cambiar de perspectiva. No te quedes esperando que la suerte llegue. Créala tú mismo

Empieza enfocándote en lo fundamental: tu rutina diaria, tus hábitos de aprendizaje y tu forma de trabajar. Para profundizar en este enfoque, te recomiendo leer "Hábitos Atómicos" de James Clear, un libro que revela cómo pequeños cambios puede generar grandes transformaciones.

Para que cuando otros te digan "tuvo suerte", tú tendrás clara la verdad. ¡Tuviste disciplina¡ (O)

 

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