Lo más importante de lo menos importante
Pedro Maldonado Ordóñez Editor
Pedro Maldonado Ordóñez Editor
Hay una frase que se repite con frecuencia cuando se enciende el debate sobre la importancia o relevancia del fútbol en la vida de las personas. Hoy, a menos de dos semanas del inicio del Mundial de Fútbol Catar 2022, el tema genera defensas apasionadas entre los fanáticos de la número 5 y críticas de toda clase de parte de quienes aseguran que es solo un deporte y que hay asuntos que merecen más atención.
La frase en mención dice: “El fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes”. En un principio esta reflexión se atribuyó al ex técnico de Italia y del imbatible AC Milán de los años 90, Arrigo Sacchi, aunque otros dicen que fue el ex campeón del mundo, el argentino Jorge Valdano quien recitó esa oración en una de sus charlas. Más allá de quién fue el primero en lanzar tremenda frase, queda claro que es una manera de resumir lo que para algunos significa la vida y el fútbol.
Para alimentar el debate me permito compartir unos pocos datos para entender que el fútbol, el rey de los deportes, ese juego de 22 loquitos corriendo tras un balón, sí tiene un peso en la economía global y de cada país en donde se practica este bello deporte que une y separa, que emociona y entristece, que enamora y que duele, que mueve billones y no siempre es justo.
A estas cifras hay que sumar el movimiento comercial que se genera en todo el planeta alrededor del Mundial. Solo veamos cómo se reactiva las ventas de televisiones, las ofertas y promociones en bares y restaurantes durante el mes que dura el campeonato, la venta de camisetas de las selecciones (oficiales y copias) y una larga, larguísima lista de actividades vinculadas con 'la cosa más importante de las menos importantes'.
Y falta sumar lo que no tiene precio: los abrazos, las risas y las bromas con los amigos y la familia, y, por supuesto, la emoción de gritar gooooool, que en Catar se pronuncia ¡Hadaf! (O)