El liderazgo estratégico de una institución, se caracteriza por tener una visión prospectiva, con previsión de los escenarios futuros, porque si no se pueden controlar los acontecimientos externos, en un momento dado, al menos se puede controlar la respuesta adecuada para los diferentes eventos que se produzcan y así evitar ser desbordados.
En la publicación de la Revista Forbes de Abril del presente año se destacó la necesidad de estructurar un acuerdo de cooperación regional de los países directamente involucrados en la protección de su soberanía y de combatir el narcotráfico.
En vinculación con esta apremiante necesidad de seguridad nacional, en estos días, se emite la Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, precedida por la política exterior a la que se califica de “enérgica” sin ser “agresiva” y de “moderada” sin ser “pacifista”.
El propósito concreto es la protección de los intereses nacionales, entre los que se destaca proteger la soberanía, para lo cual Estados Unidos trazara su propio rumbo y determinara su propio destino, libre de interferencias externas.
Los objetivos de esta estrategia se concretan en restaurar la preeminencia en el Hemisferio Occidental, proteger el territorio nacional y el acceso a geografías clave en toda la región. Y negaremos, dice, a competidores no hemisféricos la capacidad de posicionar fuerzas u otras capacidades amenazantes, o de poseer o controlar activos estratégicamente viales en nuestro Hemisferio.
Los planteamientos son calificados en el mismo documento como el Corolario Trump a la Doctrina Monroe, emitida en 1823 según la cual, la declaración presidencial consideraba peligroso para la paz y seguridad cualquier intento de las potencias europeas de extender su sistema a cualquier parte de este Hemisferio.
El presidente Roosevelt con una gran visión geopolítica, logro la construcción del canal de Panamá, luego de impulsar la independencia de Colombia integrando la comunicación de las costas y puertos del Atlántico y del pacifico, dándose inicio al comercio, transporte y de la economía global.
El Corolario Roosevelt de 1904, fue entonces, ante las intenciones de países extra continentales advertir que “Ninguna potencia, intervendría en América bajo nuestros ojos”. Advertencia que se anticipaba que el Pacifico se convertiría en un escenario estratégico por lo que la previsión geopolítica debía manifiestas e forma anticipada.
Los acontecimientos de entonces tienen una similar conclusión y también gran tensión por la disputa geopolítica y comercial por la posible venta exigida por los estados Unidos de los puertos Balboa y San Cristóbal operados por empresas chinas.
La administración del presidente Trump apoya la venta a empresas occidentales, en vista de la trascendencia geopolítica del Canal de Panamá, en donde desde la ampliación de Canal ha sido de gran influencia de China en vista de la significación que tiene dentro del megaproyecto chino Iniciativa de la Franja y la Ruta BRI, o Ruta de la Seda, que al llegar a Panamá, conecta en su proyección con el puerto de Chancay y otros Puertos para el desarrollo económico regional.
Los Corolarios mencionados en esencia, tiene el mismo significado geoestratégico, a pesar de las nuevas circunstancias que no modifican los intereses nacionales de los países y que resultan claves para la seguridad internacional y la paz regional.
La pregunta es entonces como una Política Exterior y la Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos influye en los países del Hemisferio Occidental, considerando los diferentes planteamientos, los intereses nacionales manifiestos y la estrategia planteada para su implementación.
Por principio debido a la interdependencia, toda política exterior es crucial y solo puede ser lograda en interacción con los demás estados, en función de las afinidades y similitud de objetivos, para su cumplimiento.
Esta interdendencia exige una evaluación de intereses y de la propuesta abierta, para de ser necesario realizar un reajuste considerando la afinidad de intereses como los ya planteados y la propuesta de alianza establecida en la estrategia para controlar la migración, detener el flujo de la droga, fortalecer la estabilidad e incrementar la capacidad de seguridad en tierra y mar.
Una agenda precisa y oportuna es la oportunidad para una clarificación de la política exterior del Ecuador y el rediseño de una estrategia de seguridad común regional ESCR; cuyos componentes deberían ser incorporados a los varios acuerdos firmados: interdicción aérea, interdicción y control de actividades ilegales en la tierra y el mar.
Los Memorándums de Entendimiento MOU firmados por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas con el Comando Sur de Estados Unidos y los acuerdos firmados con la Secretaria de Homland Security y con el Secretario de Estado Marco Rubio.
La estrategia de Seguridad Nacional emitida por Estados Unidos, es la oportunidad para concretar la Seguridad Cooperativa Regional agregándose a la propuesta de la estrategia, nuestra visión sobre el narcotráfico, por la corresponsabilidad ante amenazas comunes transnacionales, la imposibilidad de afrontar en solo una amenaza geoestratégica.
La Diplomacia y Defensa deben articular los acuerdos alcanzados y desde las instancias ministeriales deberían recomendar al Presidente de la República la determinación de políticas oportunas para la agenda propuesta a los países del Hemisferio Occidental, en los momentos más acuciantes de nuestro país. (O)
