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los asesinos de la luna
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La historia está muy bien escrita, adoptando una forma envolvente y trepidante que no da tregua en su lectura. Además, el desarrollo de los personajes, sean estos criminales o víctimas, es muy profundo y exhaustivo, dándole a un trabajo periodístico un muy bien logrado aire de novela sin ficción o “true crime”.

22 Noviembre de 2023 15.42

Entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la tribu nativa Osage fue obligada por el gobierno estadounidense a mudarse a un árido y poco amigable condado dentro del estado de Oklahoma. Lo que no sabía el gobierno es que debajo de ese desolador paraje, bautizado con el nombre de la tribu, había millones de dólares en petróleo que harían inmensamente ricos a muchos miembros de sus miembros. Pero también, a partir del descubrimiento del petróleo, muchos blancos, con ayuda por acción u omisión del gobierno, se trasladaron al condado de Osage para tratar de hacerse con esas fortunas. 

Así, en Los asesinos de la luna David Grann narra la historia real, pero que parece sacada de la ficción más malévola, de una serie de asesinatos de nativos Osage durante la década de 1920 y los esfuerzos por descubrir a sus autores y sus razones. Tantos, que a pesar del desentendimiento del gobierno por la suerte de la tribu, la voluntad de sus miembros y lo horrendo de los crímenes llamaron la atención del recientemente creado FBI, al mando del tristemente célebre J. Edgar Hoover, que intervino en su investigación y resolución.

De esta forma, el libro, dividido en tres partes, que nos presentan las perspectivas de la nativa Osage Mollie Burkhart; la del agente del FBI, Tom White; y, la del propio autor, David Grann, desde su óptica de periodista; hace una examen a fondo y minucioso de estos eventos, destacando la corrupción, el racismo y la lucha por la justicia en un periodo bastante oscuro de la historia de EEUU. Al mismo tiempo, nos cuenta también sobre la creación del FBI, las motivaciones de Hoover para ordenar resolver esos crímenes, conformando un equipo de primera, y como eso le sirvió como trampolín para convertirse en uno de los hombres más poderosos de ese país, temido por presidentes y políticos de toda laya. 

La historia está muy bien escrita, adoptando una forma envolvente y trepidante que no da tregua en su lectura. Además, el desarrollo de los personajes, sean estos criminales o víctimas, es muy profundo y exhaustivo, dándole a un trabajo periodístico un muy bien logrado aire de novela sin ficción o “true crime”.

En comparación con la adaptación cinematográfica dirigida por Martin Scorsese, si bien ésta es muy buena (como casi todas las películas de Scorsese), el libro ofrece un enfoque más justo con personajes como Mollie Burkhart o el agente White, a diferencia de la película que da más protagonismo a Ernest Burkhart y a William “El rey de las colinas” Hale, interpretados magistralmente (como no podía ser de otra forma) por Leonardo DiCaprio y Robert De Niro respectivamente. Otra diferencia importante es la velocidad que se le imprime a la narración, que en el caso de la película es bastante más lenta que en el libro. Sin embargo, es una película que vale la pena ver, así como esta es una obra que vale la pena leer. (O)

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