Sin inteligencia artificial Magos y Genios
El Mago del Kremlin y Los Genios tienen aspectos en común. Tratan de relaciones y amistades profundas, narran hechos reales mezclados con ficción, desarrollan conceptos o valores como la lealtad, o incluso la obediencia irracional y el temor, para luego, dejar un espacio, tal vez menor, para la gratitud y el perdón, o la ausencia de ambos, sobrepasados por la traición.

Verdad y ficción. Ficción y verdad. Verano o invierno (depende desde donde se vea). Todo es relativo.

Tiempos intensos. Ecuador jamás aburre. Lo dejamos descansar. 

En cuanto al mundo, los hechos han sido variadísimos. Feroces incendios en Hawái, elecciones históricas en España -y sus efectos indeterminadamente sorprendentes-, Florentino y su elegante silencio, motín en Rusia, Argentina y las PASO, golpe de estado en Níger, y claramente, y no menos importante, la conquista de Miami por Messi y el triunfo de Alcaraz en la Catedral del Tenis, han hecho de estas últimas semanas tiempos inéditos. 

Afanoso por alejarme de la ventosa procrastinadora que es el móvil, acudí a uno que otro libro (de preferencia en papel). Consciente del riesgo de que Chiqui diga "lo perdimos", encontré dos buenas obras. Entretenidas, de aquellas "page-turners", y que no dejan más opción que buscar cada minuto disponible para continuar con la tarea.

El Mago del Kremlin y Los Genios tienen aspectos en común. Tratan de relaciones y amistades profundas, narran hechos reales mezclados con ficción, desarrollan conceptos o valores como la lealtad, o incluso la obediencia irracional y el temor, para luego, dejar un espacio, tal vez menor, para la gratitud y el perdón, o la ausencia de ambos, sobrepasados por la traición. 

La primera obra que disfruté fue El Mago del Kremlin, del académico italiano especializado en estudios de Rusia, Giuliano da Empoli (Seix Barral, 2023). Fui a mi librería de siempre en busca de Los Genios, la cual estaba agotada. Así que, acogí la recomendación del librero -llévese El Mago, es diferente, dijo-, y me puse con ello esa misma tarde de un sábado andino, llevado por la curiosidad de la guerra en Ucrania y los eventos recientes suscitados por el grupo Wagner y su fundador, Yevgueny Prigozhin, un expresidiario y empresario de catering, que luego es elevado a las altas esferas del poder ruso.

La segunda obra, Los Genios (Galaxia Gutenberg, 2023), la tenía en mente y me atraía no solo por la crítica positiva sino además por la curiosidad de saber que escribió el irreverente, agudo e inteligente Jaime Bayly sobre Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. Grato saber que aún se agotan libros de papel (los que huelen, los que podemos manosear e impregnar de nuestras sensaciones), en nuestra comunidad inapetente de cultura y adicta al morbo imparable de las redes. ¿Será la falta de seguridad? ¿La inseguridad nos hace más lectores? ¿Tal vez cuando la gente sale menos, lee más? ¿O es que la política nos hastía y hace que volvamos a los hábitos básicos? En fin, el libro estaba agotado, así que, tocó recurrir al insípido y salvador Kindle.                                  

Ya puestos a la tarea, entre trabajo y viajes de familia, esquilmando momentos a la tropa y al correo electrónico, pude devorar ambas obras. El Mago del Kremlin, que luego compartí con Charlie (que anda dejado de la lectura, chochando), narra sobriamente, entre ficción y verdad, o viceversa, la historia de un nuevo Rasputín -ficticio pero aparentemente inspirado en un personaje real de nombre Vladislav Surkov- y de un actual zar de la Rusia de este siglo, a decir del autor. Hasta bien entrada la novela, el autor no da nombre a ese zar, para luego presentárnoslo como el actual presidente de Rusia, a quien sirve este ser oscuro que mueve, por instrucción del zar, lo hilos -o más bien tentáculos- de la política rusa, y que es además, el instrumento literario para conocer a diversos personajes reales que han pasado por la vida de la Rusia post Yeltsin, hasta llevarnos a los actuales eventos políticos cercanos al inicio de la guerra en Ucrania. Asi, pasan por el libro personajes como los intelectuales Kasparov y Limonov, Kodorkovsky, quien fuera dueño de la petrolera Yukos, o Berezovsky quien fuera controlador de televisión rusa, o el mismo Prigozhin, quien además fallece hace pocos días, mientras estaba por terminar El Mago, dándole un toque profético a da Empoli, y afortunadamente, sin dañar el final.

El Mago nos presenta a Vadim, obediente, implacable, creador de una forma de hacer política, quien acompaña al zar, para luego, salir del círculo de confianza y afincarse en el ostracismo. El lenguaje entretiene con un vaivén de verosimilitud histórica que da color a los eventos de la Rusia actual. Mas aún, considerando que El Mago se publica en abril de 2023, a solo meses del motín del grupo Wagner y su intento de avance a Moscú, la posterior rendición de Prigozhin, su exilio a Bielorrusia, sus posteriores viajes a África, y luego, la súbita interrupción de su vida por una explosión en vuelo a San Petersburgo de un ala de su Embraer, el que cae convertido en una masa ardiente, todo aquello nos pone en una cercanía penetrante con los tiempos actuales y da a da Empoli un halo de autoridad mundial en el tema, sin mencionar el abundante material para un segundo libro, futuro análisis sobre las interioridades del Kremlin -dentro y fuera del claustro universitario-, y quien sabe, tal vez un screenplay de espías. Le Carré fliparía. 

Pasando a Los Genios, ésta nos trae a Iberoamérica, a un tiempo distinto. Al Boom latinoamericano y sus tiempos de formación y madurez, entre los sesentas y ochentas tempranos del siglo pasado, y a dos de sus principales exponentes: Vargas Llosa y García Márquez. Mario y Gabo. Bayly nos pasea, con gran soltura e irreverencia, por el origen de la amistad de estas dos mentes deslumbrantes, sus egos, fobias y fijaciones, desde su primer encuentro personal en el Aeropuerto de Maiquetía, luego de una amistad epistolar, hasta la entrevista final a Vargas Llosa, pasando por la trompada que Mario le propinó en un auditorio de Ciudad de México a Gabo, por aquello "que le hiciste a Patricia". Junto con Gabo, Gabito, y Mario, el Cadete, están siempre presentes Mercedes Barcha, o la egipcia, la sempiterna compañera de Gabo, y Patricia Llosa, la segunda mujer de Mario, pero además, su prima y sobrina de Julia, la Tía Julia, que fue la primera mujer del escribidor. Ellas, presentes en las vidas es estos nobeles, son además, puntales de su existencia, de sus amores, pero además, factores incuestionables de su amistad, y de su posterior rompimiento, violento y final. 

Ciertamente Los Genios es una novela brillante que nos traslada a la cotidianidad familiar, al día a día, sea en Lima, CDMX, Barcelona o Nueva York, pero además, nos sumerge con humor en su convivencia como escritores profesionales en proceso de consolidación, dando al lector contexto de sus obras, de su vida posterior, y de sus relaciones con otros escritores como Fuentes, Cortázar, Benedetti y otros del Boom que seguro han disfrutado ustedes. Por ejemplo, las anécdotas de Plinio Apuleyo sobre el Gabo harán más sentido luego de la lectura de Los Genios, al igual que la propia evolución actual de Vargas Llosa hasta el día de hoy, incluyendo sus propios exilios, físicos, políticos y literarios, hasta asentarse en el Madrid de hoy (incluyendo su afición por el Real, lo cual lo hace más grande aún, sus consabidas amistades con otros genios, léase Perez Reverte y Marías) o su relación y reciente separación con la Preysler. 

Por otro lado, el Mago del Kremlin es una novela de intriga brutalmente actual, con datos y análisis, sea con subterfugios o no, que nos traslada a un momento crudo, y a un proceso sensible para aquella Rusia, no solo la de da Empoli, sino la potencia mundial. 

En general, en ambas piezas de fácil y gentil lectura, nos encontramos ante historias, o tramas, ricas en lenguaje, fluidas en hechos, pero con una línea transversal que se une en la confianza como eje, y que muestra, de maneras íntimas, la lealtad versus la traición como antípodas constantes de las relaciones humanas.

En El Mago, Vadim decide preservar la relación, abstenerse de la traición, y pasar al silencio (el que rompe solo mediante tuits encubiertos en un seudónimo). El motivo podrá ser el miedo o la lealtad. El fin: la supervivencia.

En Los Genios, Mario decide extinguir la relación, enfrentar a su amigo, satisfacer su ira y resentimiento, con una acción violenta e inesperada. Final.

En ambos casos, hay un distanciamiento tajante. Los caminos son distintos. El lector sabrá escoger cual de aquellos es mejor. 

O como dijo el Mario de Bayly, "eso nunca se sabe… La amistad, como todo, es tan relativa, ¿no?". 

Nashville, agosto de 2023  (O)