En 2019, Michelle Gomberoff estaba en un intercambio en Australia cuando conoció un modelo de aplicación para rescatar comida que no se vendía durante el día. "Le conté la idea a Jimmy (su esposo y su socio), investigamos y decidimos lanzarnos en 2020. Ambos veníamos de trabajar en startups y conocíamos las dinámicas". Cirkula no es un delivery. Tampoco es "beneficencia". Es una plataforma en la que los negocios pueden vender, a precios reducidos, productos que no se comercializan y aún son aptos para el consumo. Los usuarios compran directamente desde la app y recogen en el local.
"Esta idea ya existe en países más desarrollados, como un pack sorpresa, donde tú sabes de qué tienda estás comprando, pero no el producto. Eso no iba a funcionar en Latinoamérica porque hay mucha desconfianza. Teníamos que tropicalizar el modelo, publicando los ítems exactos" explica Gomberoff, quien visitó las oficinas de Forbes Ecuador en compañía de su dupla, Jimmy Baudts.
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Cada artículo tiene una fecha de consumo recomendada para la tranquilidad del usuario. "En Lima ya estamos ayudando a toda la industria, no solo a restaurantes, pastelerías o cafeterías, sino también a distribuidoras, importadores o tiendas de conveniencia". De acuerdo con el Índice de Desperdicio de Alimentos de la ONU, publicado el año pasado, más de 1.000 millones de toneladas de comida que, en realidad, aún es apta para el consumo acaba en la basura en todo el mundo. Este organismo señala que China, India y Estados Unidos son los países que más desperdician.
Bajo esta premisa, decidieron atacar un problema económico, ambiental y social, que ocurre en todos los continentes. Statista afirma que, en 2022, República Dominicana tuvo el porcentaje más alto de desperdicio de alimentos en los hogares: 160 kg per cápita, en la región. Colombia, con 70 kg per cápita, se ubicó en el extremo contrario; mientras que, Ecuador ocupó el cuarto lugar con 96 kg per cápita.
Estos dos soñadores decidieron reducir estas cifras, primero, en su país natal, Perú, y luego en la región. La pandemia no los detuvo y fue una época para desarrollarse y buscar aliados. "Ganamos un fondo de US$ 20.000 del Estado peruano en 2020, que nos permitió sobrevivir. Luego, levantamos una ronda ángel por US$ 100.000, que nos ayudó a salir al mercado". Su inversión inicial fue de US$ 30.000.
Con el viento a su favor, relanzaron Cirkula en 2022. Hoy, tiene más de 400.000 descargas en Lima y cuenta con 800 establecimientos. En 2024, triplicó sus ingresos respecto a 2023 y está creciendo un 10 % mensual, según Baudts. En Ecuador, opera más de dos meses, con 15.000 descargas y 50 aliados. "Queremos lograr en un año y medio lo que nos demoró cuatro años en Lima: alcanzar entre 700 y 800 afiliados" dice Gomberoff. La inversión total de este nuevo proyecto es de US$ 500.000. El 70 % está destinado a la expansión en Quito y el resto servirá para reestructurar la tecnología y preparar su crecimiento regional.
Sus aliados en el país incluyen marcas como: Pacari, Dunkin' Donuts, Cassolette y Pollos de la Kennedy. "Arrancamos con pequeños y medianos negocios y, mientras vamos consolidando la idea, entraremos con actores más grandes". Cobran una comisión por cada transacción al comercio y una tarifa fija de 20 centavos al usuario. "El 85 % de los pedidos son para recoger en tienda. Cuando le sumas el costo del delivery, el usuario no percibe el descuento. Ahí es donde generamos la mayor retención, cuando encuentras locales cerca de tu casa, trabajo o universidad" manifiesta Baudts.
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Cirkula está conformada por 14 personas en Lima y cuatro en Quito. Su nombre alude directamente a su visión. "Queremos que la comida circule, que los productos ya preparados terminen siendo consumidos. Somos un eslabón de introducción al círculo" termina Gomberoff, enfatizando que no planean moverse aún fuera de la región andina. "Vamos a estabilizar Lima y consolidar Quito antes de pensar en otra ciudad. El que mucho abarca, poco aprieta" concuerdan estos empresarios.
En su hoja de ruta están Guayaquil, Bolivia y Colombia. Todo dependerá del contexto y de los cambios de cada economía. Nunca se olvidan de que casi 783 millones de personas se ven afectadas por el hambre a nivel mundial. Su objetivo es comer, ahorrar y ayudar. (I)