Daniela García Noblecilla Editora digital
Alexandra Chamba tiene 49 años y nació en Quito. Desde pequeña, tenía claro que quería dedicar su vida a las leyes. Se apasionó por la justicia y por cómo podía ser una herramienta real para ayudar a las personas. A sus 18 comenzó a estudiar Derecho en la universidad SEK y financió sus estudios trabajando en un almacén. La disciplina y la constancia que mostró desde esos primeros años marcaron el inicio de una carrera que hoy la coloca en el mapa de altos cargos femeninos.
Luego de graduarse, inició su carrera en la firma de abogados Bustamante & Bustamante, un estudio jurídico donde exploró diversas áreas del derecho, desde lo penal hasta lo societario. Sin embargo, fue el derecho ambiental el que capturó su atención. Esa especialización la llevó a asumir un rol como asesora en la petrolera canadiense Encana Corporation, donde fusionó sus conocimientos legales y la interacción directa con comunidades locales. Fue allí, viajando a los territorios donde operaba la empresa, que descubrió que quería crear puentes entre las poblaciones y las compañías, generar valor compartido y relaciones sostenibles.
La experiencia en la petrolera le permitió observar de cerca las tensiones históricas entre el desarrollo económico y el cuidado ambiental. Esta ejecutiva vio que era posible buscar un equilibrio. Sus jefes canadienses respaldaron sus propuestas y reconocieron que un enfoque colaborativo podía generar resultados más sólidos y duraderos.
Luego, fue becada por el Gobierno y estudió una maestría en Energía y Derecho Ambiental en la Universidad de Lovaina, Bélgica. Chamba cuenta que enfrentó un nivel académico que le exigía dominar varios idiomas y adaptarse a métodos de enseñanza completamente distintos a los de Latinoamérica. Se dio cuenta de que el camino del aprendizaje era interminable, y que la formación constante y la apertura a nuevas aventuras eran importantes para marcar la diferencia en Ecuador.
Al regresar al país, retomó su puesto en la petrolera, pero con una perspectiva completamente nueva. Ahora dominaba la ley ambiental y también traía consigo una visión global sobre sostenibilidad, energías y crecimiento de entornos. Cada proyecto que lideraba se convertía en un ejercicio de integración y allí permaneció por un año más. "Siempre he dicho que hay que estudiar, entrenarse, salir de tu zona de confort, compartir experiencias, tener mentores, hacer alianzas, escuchar y ver qué están haciendo las demás personas".
Poco tiempo después, Alexandra recibió una oferta de Ecuador Bottling Company, su segundo gran paso profesional. Esta era la embotelladora, en esa época, de Coca-Cola Company. Su perfil fue determinante para que los directivos confiaran en ella y para que í ocupara el cargo de gerente legal a los 29 años, una edad en la que pocos profesionales alcanzan ese nivel de responsabilidad. Su equipo era de 10 personas.
Para Alexandra, es fundamental la preparación y la valentía. Abordaba cada reunión y decisión con información y análisis, y se aseguraba de que sus intervenciones fueran siempre fundamentadas. "Yo siempre levanto la mano y doy mi punto de vista. Me preparo muchísimo, con mucha información, antes de ir a un directorio". En ese contexto, los retos de género nunca fueron un obstáculo; más bien, su desafío era demostrar capacidad y conocimiento en entornos exigentes.
Esta ejecutiva empezó a involucrarse en iniciativas sociales. Percibió que muchos colaboradores no tenían educación formal y diseñó programas para que pudieran graduarse de bachilleres, capacitarse y avanzar dentro de la compañía. Además, creó relaciones de beneficio mutuo con las comunidades cercanas a la planta. Logró apoyar al vecindario y, al mismo tiempo, fortaleció la operación.
Institucionalizar el área legal fue duro y demandante. Alexandra debía ordenar la casa, establecer mecanismos de permisos y firmas, y enfrentar "incendios" corporativos mientras buscaba aportar con valor real. Durante un año y medio logró estructurar el departamento para la expansión regional.
Esta reestructuración coincidió con la adquisición de la embotelladora por Arca Continental, por un valor de US$ 340 millones, según un comunicado emitido por Coca-Cola Company de entonces. Esta empresa de origen mexicano tiene presencia en varios países de Latinoamérica y Estados Unidos. En 2024, en Ecuador, tuvo ingresos por US$ 264 millones, según la Superintendencia de Compañías.
Con la llegada de esta multinacional, esta experta amplió su participación a escala regional. Gestionaba su unidad en Ecuador, e interactuaba con...
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