Incluso después de 32 años de ejercicio profesional, Sylvie Rodrigue admite que aún experimenta episodios de síndrome del impostor. La galardonada abogada, socia directora y autora de Own It! Lessons Every Woman Should Know afirma que esto demuestra que incluso las mujeres más exitosas no son inmunes a la inseguridad. Lo importante es cómo reaccionas ante ella.
Own It se adentra en las luchas silenciosas que enfrentan muchas mujeres profesionales: sentirse inmerecedoras, subestimadas y creer que tienen que demostrar su valía el doble. El mensaje de Rodrigue es contundente: la confianza no es la ausencia de inseguridad, sino la capacidad de superarla.
Entendiendo el Síndrome del Impostor
Para Rodrigue, el síndrome del impostor no es abstracto. Al crecer adoptada, en la pobreza y desconectada de sus raíces, a menudo sentía que no estaba hecha para el éxito. "Cada mujer tiene una causa raíz diferente", explica. "Para mí, fue la profunda impresión de que no encajaba en ningún sitio".
Y lo tiene claro: la confianza y el síndrome del impostor no son lo mismo. «La confianza es lo que la gente ve. El síndrome del impostor es aquello contra lo que luchas en privado».
Incluso las mujeres con grandes logros aún lo sienten. Nora Jenkins Townson, fundadora de Bright + Early y veterana de startups con una década en tecnología financiera, coincide. Desarrolló su carrera sin un título universitario, a menudo rodeada de hombres con pedigrí de las Cuatro Grandes. "Constantemente estás aprendiendo el lenguaje de un mundo que no fue diseñado para ti", dice. "Eso por sí solo puede despertar sentimientos de impostora".
Ambas mujeres enfatizan que el síndrome del impostor prospera cuando hay falta de representación. Jenkins Townson añade que ver a los líderes modelar la vulnerabilidad no los desacredita; fomenta la confianza y la empatía. "Las personas directas que admiten su aprendizaje fortalecen a los equipos", afirma.
El costo financiero del síndrome del impostor
Las mujeres no solo pagan el síndrome del impostor emocionalmente, sino también económicamente. Rodrigue y Jenkins Townson han visto cómo la duda se refleja en dinero:
- subcotización,
- dudando en negociar,
- evitando oportunidades de estiramiento,
- realizar trabajo extra sin compensación, y
- permanecer en silencio en habitaciones que requieren autodefensa.
Jenkins Townson observa esto constantemente en su trabajo de consultoría con fundadores y ejecutivos. «A las mujeres se les inculca el perfeccionismo, y el perfeccionismo es caro», afirma. «Ralentiza la toma de decisiones, reduce la visibilidad y suprime directamente el potencial de ingresos».
Advierte que un solo salario subnegociado o años de " jugar a lo pequeño " se acumulan con el tiempo en importantes déficits financieros. "El miedo, la incertidumbre y la duda impiden que las mujeres exijan lo que valen".
Rodrigue coincide: «Si no crees que mereces estar ahí, tomarás decisiones que reflejen esa creencia». En este contexto, superar el síndrome del impostor se convierte en una estrategia financiera, no solo emocional.
Ética laboral, resiliencia y crianza de la próxima generación
La ética laboral de Rodrigue proviene de haber crecido con responsabilidad y haber afrontado las consecuencias desde una edad temprana. "El éxito rara vez es una línea recta", afirma. "Se aprende más del fracaso que de cualquier otra cosa".
Se pregunta, como muchas madres, si la generación de su hija ha sido demasiado protegida. Sin embargo, su hija, una atleta de competición, desarrolló una determinación innata. «Quizás esté en nuestro ADN», dice.
Jenkins Townson extiende esta idea al ámbito laboral: las organizaciones que solo premian la perfección refuerzan el síndrome del impostor. ¿La solución?
- Prácticas salariales transparentes.
- Marcos claros para la progresión profesional.
- Celebrando tanto las victorias como las derrotas.
- Modelar el fracaso como herramienta de aprendizaje.
- Seguridad psicológica.
- Flexibilidad y medición de resultados, no de horas.
"Estos sistemas eliminan la subjetividad", afirma. "Permiten que las mujeres triunfen gracias a su impacto, no a su percepción".
Encontrar campeones
Ambas mujeres reconocen el mérito de sus campeones por impulsar sus carreras. Rodrigue recuerda que los jueces la llamaban "cariño" y que el abogado contrario la desestimaba. Durante un tiempo, se excedió con su agresividad hasta que encontró su ritmo. "Hay que encontrar el equilibrio sin perderse a uno mismo".
Jenkins Townson coincide y añade que construir redes fuera de la organización es tan importante como dentro de ella. «Las redes diversas amplían tu perspectiva y amplían tus oportunidades. Necesitas gente de tu lado que vea todo tu potencial».
Rodrigue ahora defiende activamente a las mujeres dentro y fuera de su empresa. «Impulsar a otros garantiza que la próxima generación alcance un nivel superior al nuestro».
Ser dueño de tu camino
Ambos líderes coinciden en el antídoto contra el síndrome del impostor:
1. Documente sus contribuciones.
2. Construya redes dentro y fuera de su organización.
3. Rodéate de personas que normalicen la vulnerabilidad.
4. Encuentra mentores y patrocinadores que aboguen por ti.
5. Buscar entornos donde el éxito se defina de forma clara y transparente.
"Estás aquí porque te lo has ganado", dice Rodrigue. "Razona contigo mismo. Reconoce el miedo, pero no te dejes vencer por él".
El resultado final
El síndrome del impostor no sólo roba confianza; también roba ingresos, oportunidades y poder financiero a largo plazo.
La historia de Rodrigue destaca el trabajo interno necesario para superar las dudas sobre uno mismo. La experiencia de Jenkins Townson subraya los sistemas externos: transparencia salarial, seguridad psicológica y expectativas claras que permiten a las mujeres prosperar.
Cuando las mujeres empiezan a reconocer que la mentalidad y el dinero están vinculados, todo cambia. "No necesitas permiso para pertenecer", dice Rodrigue. "Ya te has ganado tu lugar".
Reconocer tu propio valor no es presumir; es estratégico. Es la forma en que las mujeres rompen barreras, aumentan sus ingresos y transforman el concepto de liderazgo.
Con información de Forbes US.