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Este azogueño crea fármacos contra el cáncer

Daniela García Noblecilla Editora digital

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A los 34 años, David Pesántez dirige en AstraZeneca el desarrollo de fármacos contra el cáncer. Él y su equipo realizan ensayos de precisión genética para transformar la supervivencia de esta enfermedad, desde España.

La vida profesional de David Pesántez parece el guion de una historia que nadie vio venir. Nació en la ciudad de Azogues, Cañar. Tiene 34 años. La medicina no había estado en la ruta de su destino. Incluso, antes de entrar a la universidad, su plan era estudiar leyes y convertirse en abogado.

Pero el amor cambió el curso de todo. Su novia (hoy su esposa) se mudó a Cuenca para estudiar medicina en la Universidad de Cuenca y David la siguió. Motivado más por el impulso que por la convicción académica, postuló. Fue el último admitido entre 200 aspirantes. "Fui detrás de ella y pues me puse a estudiar".

En el colegio, cuenta Pesántez, "era el vago". Pero al pisar la facultad de medicina, algo hizo clic. Descubrió que le apasionaba y, sobre todo, que tenía un talento natural para ello. Esa chispa lo impulsó a especializarse como oncólogo y abrirse camino fuera del país.

En 2015, luego de cerrar su etapa universitaria, tomó la decisión de ir a España. Al llegar, se enfrentó a un nuevo desafío académico y personal. Durante un año, su vida se estructuró alrededor de la disciplina. Más de 12 horas de estudio al día para preparar el examen nacional de admisión a la especialidad médica, una prueba donde apenas el 3 % de cupos está disponible para profesionales extranjeros. 

Este crack obtuvo el puesto 811 entre 16.000 aspirantes. Un resultado que le permitió elegir la ciudad, hospital y especialidad. Su destino fue Barcelona y el Hospital Clínic, reconocido entre los mejores centros médicos de Europa y afiliado a la Universidad de Barcelona. Ocupa la cuarta posición en la lista de mejores hospitales de 2024, según Forbes España. También está en la posición 59 a escala global en el ranking World's Best Hospitals 2025 de Newsweek. 

David Pesantez
David Pesántez (centro) junto a sus compañeros en el Hospital Clinic de Barcelona. Foto: cortesía. 

David construyó su trayectoria europea y permaneció ocho años en este lugar. La especialidad que eligió demandaba cinco años de formación intensiva. Pero su vínculo con la institución no terminó allí. Decidió quedarse tres años más. Durante ese tiempo realizó su doctorado en la Universidad de Barcelona. 

Su proyecto buscaba responder cómo identificar mejores biomarcadores que ayudaran a predecir qué pacientes tendrían mayor beneficio de tratamientos específicos basados en fármacos anti-HER2. "Básicamente lo que hice es aplicar una plataforma de expresión génica y evaluar la expresión de un gen que se llama ERBB2 y otros muchos genes, para predecir la supervivencia". 

Así se integró a la unidad especializada Early Drug Development. Allí pasó inmerso en el funcionamiento de los ensayos clínicos de Fase I y en la selección de pacientes ideales para nuevas terapias. Miró la medicina desde una vitrina distinta. Y fue ese aprendizaje —entre datos, pacientes y moléculas— el que encendió la siguiente etapa de su carrera, el puente para su llegada a AstraZeneca en España.

Hace casi dos años, el recorrido de David dio un nuevo salto cuando un reclutador lo contactó a través de LinkedIn. Había visto su perfil y le habló de la apertura de una sede de investigación clínica de AstraZeneca en Barcelona, enfocada en desarrollo temprano de medicamentos. Buscaban oncólogos con experiencia en ensayos clínicos, un perfil difícil de encontrar y que encajaba en la trayectoria que ya había construido durante años dentro del hospital. Luego de la inauguración de la sede, volvieron a buscarlo. Esta vez, la invitación incluía conversar con líderes médicos de alto nivel y la posibilidad de sumarse a un equipo donde la ciencia se discutía desde la primera línea de innovación.

Entre octubre de 2023 y febrero de 2024, atravesó un proceso de selección largo y de altísima exigencia que abarcó entre seis y siete entrevistas, cada una con conversaciones con mucho análisis, más técnicas y preguntas más complejas. La prueba final fue una presentación de una hora frente a un panel de seis directores globales provenientes de Estados Unidos, Reino Unido, Australia, China y Japón, seguida de otra hora de interrogantes sin descanso. 

El panel buscaba comprender cómo pensaba, cómo resolvía problemas y qué tan sólido era su criterio bajo presión, explica. David llegó a esta multinacional a ocupar el cargo de director médico (Medical director Early Global Development en inglés), una de las áreas más importantes en el desarrollo global de fármacos contra el cáncer.

Esta big pharma reportó ingresos, hasta septiembre de 2025, de US$ 43.236 millones, según su página oficial. De esa cifra, en esos primeros nueve meses, la división de oncología —en la que opera David— generó US$ 18.590 millones. 

Este ecuatoriano lidera uno de los departamentos más estratégicos de esta firma, dedicado a crear fármacos oncológicos con mecanismos de acción completamente nuevos, rutas científicas hoy más ágiles que hace una década, pero no menos complejas. Su equipo coordina cada paso del desarrollo clínico. Tiene gente en su equipo que está en Cambridge, Boston, Nueva York, entre otros lugares.

David Pesantez
David con parte de su equipo en AstraZeneca. Foto: cortesía. 

Participan desde el hallazgo de la molécula hasta la definición del perfil genético y clínico que deberían tener los pacientes para beneficiarse del tratamiento, diseñan el plan de investigación médica y posteriormente activan ensayos "First in Human", estudios en los que un medicamento se administra por primera vez a una persona. En la actualidad, encabeza tres proyectos enfocados en cáncer gástrico, de colon, de mama y tumores cerebrales. 

"Ahora nos está ayudando mucho la inteligencia artificial a entender. El cáncer es una enfermedad que ataca al sistema inmune y se necesita de mucha tecnología". 

Cuando le pregunté por qué los tratamientos de última generación tardan en llegar a Sudamérica, su respuesta fue: "no es desinterés, es infraestructura". En Ecuador y Colombia, aún no existen unidades de Fase I, explica. Asegura que países como Brasil y Argentina recién empiezan a dar pasos, pero con capacidades aún limitadas, muy lejos de la escala que requiere el desarrollo temprano de fármacos. Esa brecha tecnológica es actualmente el mayor freno para que la farmacéutica aterrice en la región, pese al alto número de pacientes oncológicos, comenta. 

 "Estar en esta especialidad de oncología es complicado, no todo son alegrías, al contrario, hay pocas alegrías. Sin embargo, la parte de investigación es muy gratificante, ya que se hacen proyectos y se descubren cosas nuevas que pueden ayudar a los pacientes (...) Es una de las áreas con mayor potencial para transformar vidas. Hoy somos capaces de mejorar de forma notable la supervivencia de los pacientes y estamos cerca de convertir el cáncer en una enfermedad potencialmente curable. Sigan siempre la ciencia, piensen en grande y mantengan la convicción de que, con esfuerzo y dedicación, es posible marcar una diferencia real". (I) 

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