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Liderazgo

Por qué la cronémica, la comunicación no verbal del tiempo, es clave para tu carrera y para la vida

Daniel Colombo Facilitador y Máster Coach Ejecutivo

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En la era de la pandemia y pospandemia se estima que la sobrecarga de tiempo dedicado a cuestiones laborales aumentó en un promedio de 2 horas diarias. En contraposición, son más países los que empiezan a debatir sobre la conveniencia de jornadas laborales más cortas.

18 Septiembre de 2022 10.43

Cuando se trata de comunicar con eficacia, el tiempo lo es todo. El papel del tiempo en la comunicación a menudo se pasa por alto y se infravalora. Sin embargo, tiene un impacto significativo en cómo nos comunicamos con los demás y cómo las demás personas lo hacen con nosotros

Hay un aspecto poco conocido a nivel masivo acerca de la comunicación no verbal del tiempo, denominado cronémica. En palabras sencillas, implica el uso del tiempo como forma de comunicación. 

Si te preguntas cómo es eso, es ni más ni menos que el modo en que las personas utilizan el tiempo como señales sociales para reconocer quién tiene prioridad en una relación, qué actividades son apropiadas en un momento dado o quién debe marcharse primero después de una reunión social. 

En otras palabras, la cronémica se refiere a cómo utilizamos el tiempo como forma de comunicación para entender el nivel de importancia de alguien y las interacciones preferidas; por ejemplo, si debemos irnos pronto después de conocer a alguien nuevo o quedarnos más de una hora allí. E incluso la mala costumbre de llegar tarde, y lo que expresa acerca de ti.
 

Dime cómo manejas tu tiempo, y te diré qué perciben los demás
 

Uno de los conceptos erróneos más comunes sobre el uso del tiempo en la comunicación es que la persona que tiene más prisa es la que tiene más poder. Se da por supuesto que una persona con un cargo alto debe estar siempre apurada y que está a tope de tareas y compromisos. 
 

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Sin embargo, no siempre es así. Aunque tener prisa puede ser un signo de aparente importancia, también puede ser un signo de falta de confianza en uno mismo, de ansiedad, e incluso de desorganización de su gestión del tiempo.

Volviendo al hecho de llegar tarde, los estudios demuestran que la puntualidad es la marca de una persona organizada. Una persona puntual es consciente de los límites, de los compromisos asumidos, y confía en su capacidad para gestionar el tiempo, lo que puede traducirse posiblemente en una mejor capacidad para gestionar bien otros aspectos de la vida. 

En cambio, una persona recurrentemente impuntual no solo deja entrever poco interés en las demás personas, sino que este comportamiento se decodifica como alguien de personalidad inconstante, desorganizada, poco fiable.
 

La cronémica en tu día a día 
 

Para que puedas verificar el efecto de la cronémica en tu agenda cotidiana, aquí van algunos ejemplos que tenemos tan incorporados que muchas veces son inconscientes:

  1. El horario de los correos electrónicos y las invitaciones o citas: 

Si tienes que enviar un correo electrónico a un colega, es mejor que lo hagas a una hora en la que probablemente esté en su ordenador. Enviar un correo electrónico a las 3 de la madrugada puede tener una respuesta negativa porque puede despertar al colega e invadir su tiempo de descanso
 

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Del mismo modo, enviar una invitación a un evento especial a las 3 de la mañana puede considerarse una desconsideración, ya que puede despertar a la persona invitada si es que tiene sus dispositivos activados.

¿Y qué hay de los jefes o líderes disponiendo del personal a cualquier hora? 

En Portugal, por ejemplo, el parlamento sancionó una ley que prohíbe a los directivos de empresas enviar mensajes de Whatsapp y hasta correos electrónicos laborales fuera del horario establecido; una política que busca regular la cantidad de horas que pasamos trabajando. 

En la era de la pandemia y pospandemia se estima que la sobrecarga de tiempo dedicado a cuestiones laborales ha aumentado en un promedio de 2 horas diarias. En contraposición, son más países los que empiezan a debatir sobre la conveniencia de jornadas laborales más cortas, o de cuatro días a la semana, incluso mejorando el rendimiento y resultados. 

Para llegar a estas políticas corporativas resulta necesaria una transformación total de la cultura de las empresas, las modalidades laborales -que pasarían a ser por objetivos, y no por “horas sentados en la silla”, entre otros aspectos. 
 

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2) Reuniones y conversaciones:  

La cronémica también se manifiesta en la planificación de la agenda diaria, por ejemplo, en las reuniones del trabajo y las actividades con la familia y amigos. Hay un tiempo para todo, y, dependiendo de la cultura del país, esto va cambiando. 

La tendencia actual de reuniones en empresas es a reducir a lo mínimo posible todas las reuniones, incluso concentrándolas en uno o dos días de la semana. Además, con justo sentido común, se acota también la cantidad de invitados: ¡basta de listas quilométricas de personas copiadas en las citaciones! 

Recuerdo hace apenas cinco años que un encuentro de seguimiento en una empresa llevaba en promedio dos a tres horas de reunión. Por eso en América Latina se pierde aproximadamente un 40% del tiempo en reuniones improductivas.

Actualmente muchos de mis clientes implementan las micro reuniones de diez minutos, y son suficientes; y sesiones de coaching empresarial -mi especialidad- de no más de 20 minutos, y funcionan de maravillas. 

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Entonces, como una buena práctica, las compañías pueden trabajar en encontrar el timing adecuado para todas las personas intervinientes. En general, si son temas que requieren de mucho análisis y debate, sería conveniente hacerlos cuando la mente está más activa y presente -aunque esto depende de otro factor: el cronotipo personal, que es el momento de la mañana, tarde o noche en que funciona mejor una persona-.

3) El valor del tiempo en las negociaciones:

Otra muestra de aplicabilidad diaria de la cronémica se da en el marco de las negociaciones, donde el factor tiempo es una de las variables fundamentales. 

Por ejemplo, al negociar determinadas cosas, puede aparecer alguna concesión, que puede significar resignar algo para obtener otra cosa a cambio. 

Y aquí viene lo interesante: el momento de las concesiones puede ser tan importante como las propias concesiones. Si haces una concesión demasiado pronto, puedes parecer desesperado y perder tu poder de negociación. Por otro lado, esperar demasiado tiempo para hacer una concesión puede hacer que parezcas obstinado y poco dispuesto a colaborar. 

4) El uso del silencio:

Ya sabemos que la comunicación no es solamente transmisión de datos e información, sino que es un proceso complejo entre dos o más personas, un mensaje de por medio, y las percepciones e interpretaciones subjetivas de cada quien. 

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Es así como otra forma de darnos cuenta del valor de la cronémica consiste en analizar el espacio de silencio versus el espacio de hablar. 

Un entrenamiento ideal para mejorar la comunicación interpersonal es habituarnos a escuchar el 80% del tiempo y a hablar el 20%. No es lo más frecuente en el mundo actual, lleno de estímulos y casi sin posibilidad de interrupción alguna. Se trata de fomentar más la escuchatoria versus la oratoria y la verborragia.

Entonces recuerda que el silencio es una forma de comunicación no verbal del tiempo. Imagina el caso de un silencio en medio de una conversación: tiene significado; puede ser incómodo, o conflictivo, o marcar una instancia antes o después de ese espacio. 

5) Practicando la cronémica para aumentar la productividad

Como observas, puedes utilizar la comunicación no verbal del tiempo en los más variados aspectos de tu vida. Aquí tienes algunas ideas para que tomes consciencia de tu posibilidad, real y concreta, de desacelerar tanta vertiginosidad, y quizás, encarar con más calma y menos ansiedad los frenéticos ritmos del mundo:

  • Decide la cantidad de tiempo que esperarás antes de responder un correo electrónico o mensajería: esto puede indicar a la otra persona que estás pensando y tomas el tiempo para responder adecuadamente. Como opción, responde en pocas palabras que tomarás determinado tiempo, y que responderás antes de determinado día y hora (así calmas las ansiedades ajenas).


 

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  • Marcos temporales: Una costumbre arraigada es la ausencia de referencias concretas y específicas de lo esperable frente a tareas y acuerdos. Por ejemplo, es importante resaltar estos marcos de tiempo cuando trabajas coordinando acciones con los demás. En lugar de decir "Te enviaré el informe la próxima semana", sugiero expresar: "Te enviaré el informe el próximo martes a las 15:00 horas". Debo confesarte que este es uno de los principales problemas por los que son muy pocas personas las que saben delegar en forma efectiva. 


 

  • Lo que prometes, lo cumples: esto no significa ser rígidos, sino responsables, entendido como la habilidad para responder ante lo que te has comprometido. Si dices que harás algo a una hora determinada, asegúrate de que realmente puedes cumplir ese plazo. Cuando hables de un acontecimiento futuro, utiliza el plazo que la otra persona ha sugerido, o, si sabes que no podrás cumplir -y esto afectará tu reputación-, no avises a último momento: notifica a tiempo y renegocia. 
     

El tiempo es un bien no renovable: no podemos comprarlo, ni existe la manera de volverlo atrás. De allí que el análisis de la cronémica como aspecto de la comunicación no verbal, te ayudará a tomar más consciencia de su valor que, junto con la atención, hoy cotiza en valor oro. 

 


*El autor, Daniel Colombo, es facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 32 libros. LinkedIn Top Voice América Latina 2019. Coach certificado ICF en su máximo nivel; coach certificado y Miembro de John Maxwell Team. www.danielcolombo.com. 

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