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Miguel Angel Reigosa dueño del museo de whiskey Quito - Ecuador
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¿Existe un guardián del whisky? Conozcan a Miguel Ángel Reigosa

Daniela García

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El Keeper of the quaich llegó a Ecuador para decirnos que crear una cultura del whisky es posible y que él lo consiguió en Argentina. Forbes Ecuador lo visitó en Calacalí.

06 Octubre de 2023 15.32

¿Keeper of the quaich? Este título que significa guardián del whisky y que es originario de Escocía, se le otorga a aquella persona que ha proporcionado un vínculo entre el comercio y los aficionados para promover la venta y cultura del whisky escocés en todo el mundo. Este premio lo tiene el argentino Miguel Ángel Reigosa y es el más importante de esta industria que para el 2027 moverá alrededor de US$ 33.000 millones. 

Reigosa es también dueño del museo de whisky más grande del mundo, ubicado en Buenos Aires, y llegó Ecuador para reunirse con más de 50 aficionados de diferentes partes del mundo y que coleccionan este licor. 

El equipo de Forbes Ecuador visitó Caravaca Farm, una hacienda en donde se guarda la colección del whisky Ardbeg más grande de Latinoamérica (más de 300 botellas). Allí nos encontramos con Reigosa y le preguntamos por qué decidió venir a nuestro país. 

Nos respondió que no es un hombre de muchas visitas, pero que dos ecuatorianos -Lino Armijos y Patricio Endara- alineados a su pasión, le enviaron una invitación que llegó con una inyección de hospitalidad. “El único motivo es que conocí a dos personas que me parecen maravillosas. Son personas humildes, como yo y me siento muy cómodo y no hay nada más lindo que sentirse cómodo con un país que te recibe bien”. 

En la conversación contó varias anécdotas. Por ejemplo, relata que en su adolescencia había salido a un bar en donde, para muchos, las bebidas alcohólicas son de la peor calidad. Llegó a su casa con sus amigos, a la sala de música de su papá y en mal estado.

Miguel Angel Reigosa dueño del museo de whiskey Quito - Ecuador
Fotos : Daniela Muñoz

“Mi padre nos escuchó y bajó a vernos. Nos dijo que hablaría con todos los papás de mis amigos, pero también nos sorprendió”. Él les había regalado unas cajas de un whisky para que, en lugar de beber mucho con licor malo, beban poco pero con whisky. Esa fue la primera vez que lo probó y una de esas botellas fue la primera de su colección y aún la tiene.

Desde ese momento empezó, “paso a pasito”, su colección y aunque el poder adquisitivo no le acompañaba, en un tiempo llegó a tener las primeras 50 botellas y las colocó en la que fue “la mejor barra de Buenos Aires”, creada por él, en el Café de Los Incas. Pasaron 21 años y Reigosa fue invadido por otra ilusión: tener su propio museo. 

Cedió el 50% de este establecimiento y luego de varias reformas de una antigua casa, en 2014, abrió el Museo del Whisky. Para ese entonces, visitó el que en la época era el museo más grande de whisky del mundo, en Edimburgo. “Te digo la verdad no me llamó la atención, y entonces me propuse igualar las 3.374 botellas que tenía este lugar. Pero no solo eso, las superé y llegué a las 4.012 y me dieron un récord Guinness”. 

Hoy, en su museo permanecen alrededor de 4.800 botellas. Este año espera cerrar su colección con 5.000. En la actualidad, el museo cuenta con 8 franquicias en Argentina. Este lugar también es sede de su club de coleccionistas y cuenta con más de cuatro mil integrantes. 

Reigosa nos confesó que en Francia quisieron comprar su museo en US$ 5 millones, él ya había invertido US$ 4 millones así que lo rechazó. Pero, la propuesta más potente llegó de Dubái. Le ofrecieron US$ 35 millones por su colección, una casa y también un Lamborghini. Le invitaron a mudarse al otro lado del continente, pero este argentino “ni loco” vendería lo que él considera su vida. 

“El museo es mi vida, es como si mañana te levantaras y dejarías de hacer tu trabajo, pues para mi es eso”, dice Reigosa, quien asegura que vende 2.500 cajas de todas las etiquetas que tiene en el museo. 

Este aficionado que en su vida imaginó que viajaría por el mundo y brindaría con la Reina Isabel en su cumpleaños, convirtió su afición en su estilo de vida. Asegura que todas las botellas especiales que consigue para su colección ha merecido el esfuerzo de endeudarse. Sobre Ecuador, Miguel Ángel Reigosa asegura que tiene dos guardianes en el país que van por el buen camino para impulsar grandes colecciones. (I)

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