Forbes Ecuador
7 Noviembre de 2025 22.00

David Paredes Periodista

Un menú que cuenta historias del cine

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El chef ecuatoriano Alejandro Acosta y su esposa Ellen Byun crearon un espacio único en el país, donde las películas de la infancia cobran vida en forma de alta cocina. Magia, efectos visuales y una explosión de sabores se combinan en Taste The Filme, una experiencia para saborear.

¿Y si el cine pudiera olerse, probarse y sentirse al mismo tiempo en el que los personajes de las películas lo hacen en pantalla? Esa fue la pregunta que llevó al chef ecuatoriano Alejandro Acosta y a su esposa Ellen Byun a crear Taste The Filme. En este restaurante las películas cobran vida en forma de alta cocina y llegan a los comensales como un banquete multisensorial en ocho tiempos. 

La idea nació cuando esta pareja emprendedora scrolleaba por Instagram y Tik Tok. Un video de 30 segundos en una de estas plataformas captó su atención y les mostró un universo de posibilidades: trasladar el cine a la mesa a través de una experiencia gastronómica inmersiva.

Las referencias eran escasas. Según sus investigaciones, apenas existían tres restaurantes similares en todo el mundo. Por eso, trasladar de la pantalla a la mesa platillos únicos, a través de una inmersión gastronómica, parecía una utopía para Acosta. Por su parte, Ellen lo veía más sencillo. Para ella era cuestión de diseñar un menú, instalar unas cortinas como pantalla y montar unas mesas en el patio de su casa, en Cumbayá. 

Restaurante Taste The Film Alejandro Acosta Quito - Ecuador
La Cajita Medieval Feliz sale de la pantalla y llega a la mesa de los comensales de Taste The Filme. Foto: Pavel Calahorrano Betancourt

"No podíamos hacerlo así. Un restaurante como el que tenía en mi mente requería una logística especial. Se necesitaba precisión en tiempos y una coordinación para presentar una verdadera experiencia", recuerda Acosta, quien se formó como chef en España.

Luego de meses de planificación, la pareja dio forma a su proyecto. Nostalgia, alta cocina y una narrativa visual fueron los ingredientes que dieron vida a Taste The Filme. Antes de la primera función hubo momentos de duda, pruebas fallidas y ajustes constantes hasta encontrar la fórmula correcta.

"Diseñar la propuesta culinaria nos tomó meses. Ver las películas, coordinar los tiempos y preparar un menú de ocho tiempos que encaje con cada escena fue todo un reto", cuenta Acosta. Pero no solo es el menú. Cada detalle, como la decoración, la música, la iluminación, están pensados para que los comensales vivan la película desde que ingresan al local.

El restaurante abrió sus puertas en noviembre de 2024 con una inversión de US$15.000. Un año después, ya factura más de US$110.000 y emplea a 15 personas en cocina, servicio y logística.

Con ingredientes ecuatorianos

El restaurante arrancó sus operaciones con Ratatouille, el éxito de Disney Pixar que tiene como protagonista un ratón chef y toda la historia gira en torno a la comida. Eso le daba a Acosta y a su equipo la posibilidad de experimentar. Era la 'peli' ideal para arrancar. 

Cada platillo que aparece en la cinta fue reinterpretado con ingredientes ecuatorianos. Algunos fueron deconstruidos para que los comensales descubrieran sabores inesperados, mientras otros se mantuvieron fieles al espíritu original.

Restaurante Taste The Film Alejandro Acosta Quito - Ecuador
La galleta de jengibre y un vaso de leche para disfrutar una velada de cine y alta cocina. Foto: Pavel Calahorrano Betancourt

"Este filme está lleno de comida, de cosas que uno quiere probar, sobre todo el Ratatouille, que la mayoría de gente no ha probado. Mucha gente ama esta película, es preciosa, es divertida y es de nuestra infancia. Era perfecta para que la gente entendiera el concepto y poder probar", recuerda Acosta. 

La función arranca cuando se apagan las luces y en la pantalla se proyecta la película completa. La sala tiene ocho mesas con sillas para dos personas cada una. Cada noche, de jueves a domingo, reciben a 16 comensales que disfrutan de cada platillo que aparece en escena.

Mientras Remy, el personaje central de la historia, prepara su primer platillo con queso y champiñones, a la mesa llega un Voul au vent con los mismos ingredientes y una limonada de frutos rojos. 

El chef juega con las escenas y presenta su propuesta culinaria. Ese primer menú contempló ensaladas, tabla de quesos y frutas, burrito de carne, el famoso ratatouille, muslitos de pollo y una tarta de manzanas laminadas acompañado de crema batida. Todo acompañado de su maridaje.

El menú cambia según la película. En octubre se proyectó Shrek 2, con una propuesta divertida. Los clientes pudieron degustar de la famosa galleta de jengibre, beber la poción Felices por siempre (un cocktail con gin, curaçao, arándano, limón, hierbabuena, cardamomo y agua tónica) y comer la famosa Cajita Medieval Feliz.

Su esposa Ellen Byun es la creativa del proyecto. Es la encargada de transformar el restaurante cada mes. "La idea es que te sientas dentro de la película desde el momento en que cruzas la puerta", explica Acosta. Taste The Filme es un espacio vivo: cambia su estética, música y menú con cada largometraje.

No todas las producciones cinematográficas tienen comida en sus escenas o la trama gira en torno a ella. Es ahí cuando se presentan los retos más interesantes para este creador gastronómico y su equipo.

"En diciembre hicimos un menú en torno a la película El extraño mundo de Jack. En ninguna parte hay comida y lo que hicimos fue llevar a la mesa las escenas. Planificamos para darle al comensal platos de los momentos emblemáticos de la película", dice. 

Por ejemplo, llevaron a la mesa los cánticos de los protagonistas y le dieron formas a las escenas con los ingredientes. Querían que cada tiempo sea sugestivo a lo que sus clientes veían en la peli. 

"En El extraño mundo de Jack hay una escena de unos niños que cantan sobre cómo cocinar a Santa Claus. Hice una pasta fresca con un pescado a baja temperatura cocido con mantequilla, sal y limón, los ingredientes que se escuchan en el cántico", recuerda.

Para diseñar el menú mensual, Acosta y su equipo ven el filme elegido durante semanas. Apuntan ideas, ven cada detalle para luego transformar las imágenes en sabores. Juegan con colores, especias, texturas y vajillas. 

Cada preparación que llega a la mesa debe ser en el momento exacto. Ni un segundo antes, ni un segundo después. Trabajan con cinco relojes que marcan el tiempo del servicio. Acosta, obsesivo con la perfección, es quien controla todo lo que pasa en su local, como si se tratara de un gran director de cine detrás de cámaras. 

"La experiencia debe vivirse todo el tiempo. No podemos fallar. Coordinamos los emplatados y el servicio. Desde que ponemos play a la película medimos los tiempos y sacamos los platos justo en el momento en el que los personajes están comiendo lo mismo en pantalla", afirma Acosta.

La atención al detalle también marca la diferencia. La música, la decoración en cada mesa y el servicio son el complemento para que los amantes de la gastronomía y el séptimo arte vivan lo que pasa en pantalla. 

Taste The Filme funciona en un espacio compartido. En la mañana los salones reciben oficinistas y se sirven almuerzos bajo el nombre de otro restaurante. Desde las 16:00 los espacios se transforman. La función arranca a las 19:00.

"El local es mío, pero lo comparto con otro restaurante que funciona de 8:00 a 16:00. Vimos que logísticamente funcionaba bien tener espacios compartidos. Así nos evitamos las horas muertas del espacio", dice Acosta.

No solo comparte el local, también gastos administrativos. Como dueño tiene ciertas licencias para modificar la decoración a su gusto, o más bien al de su esposa.

Desde su apertura se han proyectado 11 películas: Ratatouille, El extraño mundo de Jack, El Menú, Sin Reservas, Alice in Wonderland, La princesa y el sapo, Lluvia de hamburguesas, Coraline, Kung Fu Panda, Shrek 2 y en noviembre se presenta Coco.

Acosta y una formación de estrellas Michelin

La historia de Alejandro Acosta parece salida de un guión. Su vocación por el servicio nació en su juventud, cuando fue voluntario y luego director de comunicación en la fundación Techo Ecuador. 

Esta pasión por servir la traslada a la cocina. Pero su primer acercamiento con el mundo de los restaurantes fue en su infancia. Su tía Ceci era dueña del restaurante Stop, en el mismo local donde hoy funciona Taste The Filme.

Creció observando el trato cercano con los clientes. Ese ejemplo de cordialidad lo aplica en su propio negocio. Antes de que empiece la función, sale a escena para explicar el menú y desear a sus comensales una gran experiencia. 

Se formó como chef en España. Estudió alta cocina en la Escuela Bellart, donde hizo prácticas en cocinas de restaurantes con estrellas Michelin. Ahí aprendió que en el arte culinario siempre hay que buscar la perfección.

"En las cocinas de Lasarte y ABaC vi cómo funcionan los restaurantes con estrellas Michelin y su fijación a los detalles. Era increíble ver cómo planchan los manteles y los miden a 10 centímetros de la base de la mesa. Aprender cómo manejan cada detalle me abrió la mente", afirma Acosta.

Se define como exigente, pero un líder que escucha, que le gusta que su equipo le aporte ideas. Así ha manejado Taste The Filme y ese modelo de gestión le ha permitido ser reconocido en este primer año.

"Hemos tenido buena acogida y es grato ver cómo nuestros clientes salen del restaurante con otra visión", afirma.  

Tras un año de funcionamiento, Taste The Filme se ha posicionado como un espacio donde la creatividad y la gastronomía se encuentran. "La cocina es el arte más completo: activa los cinco sentidos al mismo tiempo. No hay otra expresión humana capaz de hacerlo", asegura Acosta.

En su restaurante, cada cena es una escena y cada plato, una historia servida con precisión cinematográfica. (I)

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