Alberto Dahik hace un análisis del escenario global de la guerra comercial tras los 100 días del presidente estadounidense, Donald Trump, y el (probable) coletazo que llegará a Ecuador. El exvicepresidente de la República también pone sobre la mesa cuáles son los temas urgentes que deben estar en la agenda del nuevo mandato del presidente Daniel Noboa, que arrancará el 24 de mayo de 2025.
Considera que el país se enfrenta a un "grave riesgo" con una Constituyente, porque puede perderse en las urnas la aprobación de una nueva Constitución. Cree que se debe privilegiar la agenda económica sobre la política y debatir, como sociedad, y encontrar una salida a la creciente crisis del sistema de pensiones del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), por ejemplo.
Atendió a Forbes en sus oficinas en el Centro de Convenciones de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), en Samborondón, donde dirige la Facultad de Posgrados, desde hace siete años, y el Centro de Estudios Económicos y Sociales para el Desarrollo (CESDE), hace una década.
La economía global está convulsionada por los primeros 100 días del presidente Trump, ¿cuál es su análisis después de ver estos primeros meses?
La política arancelaria del presidente Trump ha sido el factor o el elemento central del desconcierto, la incertidumbre que se ha generado en el mundo. Desató obviamente una guerra comercial. Y en una guerra comercial solo hay perdedores. La propuesta arancelaria surge de un modelo teórico totalmente equivocado. El déficit de la balanza comercial no tiene explicación en malos acuerdos comerciales, sino en una profunda crisis fiscal de los Estados Unidos y en especial en la falta de ahorro interno que ha producido un gran incremento en su deuda pública. Mientras Japón ahorra casi el 30% del PIB y China, más del 40 %, Estados Unidos ahorra alrededor del 18%. Y ese es el problema fundamental. El ahorro no alcanza para las necesidades de inversión y de gasto del gobierno y, por lo tanto, el gobierno emite bonos que han elevado la deuda.
¿Por qué Trump tiene esta visión equivocada que le lleva a aplicar aranceles a todo el mundo?
Porque ha tenido unos asesores que le han vendido esa idea y no es una persona de suficiente cultura económica o entendimiento de la historia para valorar lo que le han dicho y, seguramente, compró el argumento de quienes le han sostenido que es necesario generar un superávit comercial. Singapur es una de las economías más boyantes del mundo y siempre tendrá un gran déficit en su balanza comercial. Países como Costa Rica, que es de los que mejor están en América Latina, tiene un déficit de balanza comercial, pero una muy buena balanza de servicios y una extraordinaria balanza de capitales. No se ha entendido que no se puede ver aisladamente un déficit de balanza comercial sin analizar qué pasa en la balanza de servicios y de capitales y en la economía en general.
¿Es decir que este modelo de aranceles no va a resolver la crisis fiscal en Estados Unidos?
Obviamente que no la va a resolver. Para nada.
En el primer trimestre ya se reportó una contracción en la economía estadounidense.
Es obvio que va a existir una contracción en esa economía y en el mundo entero. Ya tuvo que dar marcha atrás con computadoras y teléfonos celulares porque le dijeron los fabricantes norteamericanos 'nos vas a quebrar' y lo mismo va a pasar con la industria automotriz.
El presidente Trump anunció una reducción en algunos aranceles que le pidió la industria automotriz en Michigan, ¿qué significa?
Definitivamente. Él no ha entendido lo que es un esquema global de producción, pero lo más grave de esto no es el impacto económico que generará. Es la pérdida de credibilidad de los Estados Unidos en el mundo. Diría que este es el segundo gran engaño. El primero fue el sistema monetario internacional que se sustentaba supuestamente en que el gobierno de los Estados Unidos garantizaba a cualquier país que tuviese reservas en dólares, que si le traía US$ 35, le daban una onza de oro. Llegó 1971, si mal no recuerdo, el presidente Nixon dijo, "No, no hay esa convertibilidad". Y el mundo estaba repleto de reservas en dólares bajo el supuesto de que podían ser convertidas en oro. Pero ahora que los Estados Unidos impulsa al mundo como líder de la economía libre, a una producción globalizada, a tener una gran interconexión y mucha eficiencia en la producción multinacional, resulta que con un plumazo la desbaratan. Entonces, esa pérdida de credibilidad yo creo que es muy grave para el liderazgo de los Estados Unidos en el mundo.
¿En la práctica resultó más proteccionista?
Resulta que el partido que supuestamente debe promover la economía de mercado efectivamente resulta ser el proteccionista.
Entonces, ¿este nuevo orden comercial hasta dónde va a llegar o va a tener que ir moderando los aranceles y otras medidas?
Se desmontarán porque no podrá resistir el impacto que va a tener en la economía de los Estados Unidos y en el mundo es muy duro y el más grande perdedor será Estados Unidos. Por lo tanto, creo que con el paso del tiempo se tendrá que desmantelar. Y sí, ha producido nuevas alianzas, por ejemplo, enemigos irreconciliables históricamente como China, Corea y Japón. Tanto la China cuanto Corea enemigos de Japón y Corea del Sur muy enemigo de China. Bueno, ya se han unido para formar una gran alianza en Oriente. Y esto lo que puede producir es que finalmente se busquen alternativas a que la moneda internacional sea el dólar y eso sería muy costoso para los Estados Unidos que han tenido este privilegio de ser la moneda vehículo, con lo cual han podido tener el privilegio de emisión que cada país tiene respecto de su propia moneda, Estados Unidos la ha tenido para el mundo.
¿Es decir, qué va a pasar en la práctica?
El hecho de que haya sido la moneda vehículo ha producido que todo el tráfico de transacción financieras internacionales se muevan a través de los Estados Unidos, siendo un peaje muy importante en la balanza de servicios de ese país. Y eso está arriesgándolo esta política comercial. Ahora se buscarán alternativas para pagar en otra moneda, que el sistema de pago no sea el Swift, Visa, que son medios de pagos internacionales básicamente de los Estados Unidos.
En ese escenario de alianzas, ¿qué papel juega la Unión Europea? Porque es totalmente contraria a las decisiones de Trump.
La Unión Europea ha visto que poco a poco el euro se ha ido transformando en una moneda internacional, no del nivel del dólar, pero ha ido participando cada vez más como moneda de reserva. El mundo va a tratar de buscar en el euro una alternativa porque la economía de la Unión Europea es ciertamente muy grande también.
En los mercados globales se ha visto una reconfiguración. Apple ya no va a fabricar en China, anunció que se va a India, la llegada de carga a los puertos estadounidenses cayó en 50 %. ¿Se avecina una recesión?
Claro que habrá un impacto global, eso no hay duda. Pero lo que tenemos que recordar es que el 14 % del comercio de la China es con los Estados Unidos, el 86% va a otros países. China ampliará sus relaciones con otros países. Y lo que va a suceder es que otros países van a empezar a confiar, lamentablemente, más en la China que en los Estados Unidos. Y esto es muy grave.
Eso sería un boomerang, ¿en lugar de Estados Unidos que quiere limitar la presencia de China en varios aspectos, más bien sería lo contrario?
Las guerras comerciales no van a resolver los problemas geopolíticos, como cree el gobierno americano.
Usted dijo que en una guerra comercial solo hay perdedores y es el modelo económico equivocado, ¿hay un modelo económico de Trump?
Respecto de la guerra comercial, sí hay un modelo, está escrito, lo he leído y es una compleja articulación de ideas equivocadas que dice que al haber déficit comercial circulan dólares, el dólar se aprecia, la apreciación del dólar afecta las exportaciones, aumenta las importaciones, lo que hay que hacer es revertir eso, pero son supuestos equivocados.
En economías pequeñas como la ecuatoriana, ¿cómo llega el coletazo? ¿qué tanto nos afectan las convulsiones globales?
Si al Ecuador le ponen el mínimo impuesto y otros países que exportan hacia los Estados Unidos lo mismo, tienen un impuesto mayor, hay lo que se llama trade diversion, redireccionamiento del comercio. Ecuador tiene en el mercado americano un mejor precio, por ejemplo, del camarón que, en otros mercados, va a exportar hacia allá. Pero otros países que dejan de exportar a Estados Unidos van y vender a donde Ecuador ha dejado de exportar. En ese escenario, lo único que nos beneficiaría es lograr, hipotética o teóricamente, un mejor precio para una parte de nuestras exportaciones que no compensa la caída de la demanda global que pone todos los precios hacia la baja y que demanda menos banano, cacao, camarón, atún, menos todo lo que lo que exportamos. De hecho, el precio del petróleo se ha caído. Entonces, ahí está el neto y el neto negativo.
¿Todas las exportaciones ecuatorianas tendrán impacto?
La recesión lleva a que haya menos demanda de las exportaciones ecuatorianas en cantidad y o menores precios.
En ese escenario, ¿cuáles podrían ser las medidas o estrategia como país?
Tratar de diversificar y de diversificar cada vez más los mercados y los productos. Pero eso es una política de mediano y largo plazo. Usted no puede abrir mercados de la noche a la mañana. Esos son procesos largos. Alcanzar los niveles actuales del camarón nos ha tomado más de 50 años hasta transformarnos hace muy poco en el primer productor mundial. Sí, fuimos el primer exportador mundial, pero ahora además somos el primer productor mundial.
Se viene un nuevo mandato del presidente Daniel Noboa, ¿cuáles son las medidas económicas urgentes que debe asumir?
He expresado en foros y artículos, veo un país que necesita una total reingeniería económica en forma urgente. No se puede seguir sosteniendo el régimen de subsidios que tiene Ecuador, un sistema de pensiones que está actuarialmente quebrado y además ilíquido. La reforma al sistema de pensiones es urgentísima porque en los próximos años cercanos se corre un altísimo riesgo de que no se pueda pagar pensiones, y cuando se dice que eso se resuelve con más empleo, no es verdad. Si usted emplea más gente, el hueco de la Seguridad Social aumenta. Sí, genera más liquidez, pero el hueco actuarial, que es el problema fundamental, se vuelve más grande porque con los actuales parámetros y la arquitectura financiera del fondo de pensiones, cada jubilado recibe mucho más de lo que aportó y consecuentemente hay un hueco y el Estado no puede seguir pagando ese 40% de las jubilaciones que además es un subsidio regresivo que no debe existir.
Entonces, ¿cómo se soluciona esta crisis del sistema de pensiones?
Es una reforma integral que la tiene que discutir la sociedad ecuatoriana. Entre las opciones: aumentar la edad de jubilación, subir las aportaciones en una manera gradual, hacer que haya una aportación del Estado con un techo, evitar que con los cinco mejores años de jubilación de aporte me jubilo, reducir la tasa de reemplazo, son reformas que implican varios parámetros. Además, cuando se diseñó el sistema, la esperanza de vida de la sociedad eran 65 años. Hoy la esperanza de vida está en más de 75.
¿Qué más hay que resolver?
Hay que resolver el problema de los subsidios, de pensiones, de las tasas de interés, el apoyo decidido a la minería legal, la inversión extranjera, que hoy está limitada por absurdos constitucionales que hacen la excepción y no la norma que se pueda invertir.
¿Qué reforma hay que hacer para impulsar la inversión extranjera?
Quitar de la Constitución la exclusividad del Estado como quién debe invertir en sectores estratégicos. Eso tiene que facilitarse como en cualquier otro país. Hay que resolver el problema de tasas de interés que ha sido nefasto para el Ecuador, tasas controladas en una dolarización es absolutamente incompatible en dolarización.
¿Eso se toma con una resolución de la Junta Bancaria o con qué tipo de reformas?
Sí. Regular el tema de las tasas hay que hacerlo a través de la Junta Bancaria, pero requiere un respaldo político, una decisión del país para entender el problema, aceptarlo y resolverlo. Se requiere una reingeniería de muchas empresas del Estado. Petroecuador tiene el doble de empleados que tenía cuando fui vicepresidente de la República y está produciendo la misma cantidad de barriles.
Y ha caído la producción...
Y la producción va a seguir cayendo porque no hay plata para invertir porque el Estado se la gasta en subsidios. Entonces, eso es urgente, como es urgentísimo una legislación laboral más moderna y una política salarial realista, no la absurda política salarial que combinada con la legislación laboral se vuelven sinérgicamente devastadoras para la generación de empleo formal en el país.
¿El concepto de los sectores estratégicos debe cambiar para permitir inversión privada?
Usted puede ver algo más estratégico, por ejemplo, que un bombardero nuclear que los fabrica la empresa privada en los Estados Unidos. Algo más estratégico que un software para controlar hackeos. Empresas privadas le dan ese servicio a Fuerzas Armadas, a la CIA, a gobiernos. Este concepto realmente surgió en la dictadura militar de los años 70 y fue reforzado por el socialismo siglo XXI de la revolución ciudadana y son parte del atraso que tenemos en el Ecuador.
¿Cuáles son los subsidios que deben eliminarse?
Hay que focalizar el subsidio de los combustibles y el subsidio eléctrico que todavía va a sectores altos. Hay que focalizar una serie de subsidios no explícitos, pero que lo son en lo que se llama el gasto tributario. Soy ciudadano de la tercera edad (71 años) y me devuelven US$ 90 mensuales del IVA, no deberían por mi declaración de impuesto a la renta devolverme en base a mis ingresos, es injusto.
Sumando todo lo que me ha dicho, eliminación de subsidios, la reingeniería, el sistema de pensiones, ¿hablamos de un paquete de medidas fuertes?
Bueno, ¿usted ha visto al Ecuador crecer en los últimos 10 años?
No, ha decrecido, y las proyecciones no son tan buenas.
¿Y qué es lo único que no hemos hecho? Esas cosas. Hemos hecho todo lo demás, nos hemos endeudado irresponsablemente. No hemos reducido el tamaño del Estado, hemos sostenido un fondo de pensiones quebrado, una legislación laboral irresponsablemente sin cambiarla y el resultado está ahí. Entonces, este no es un paquete fuerte. Es necesario y cuando necesita algo para vivir, no es fuerte, es lógico, necesario y si no se hace el Ecuador seguirá sin crecer, aumentando su pobreza, sin aumentar el ingreso per cápita y produciendo cada vez más una situación social explosiva y en la cual es obvio, evidente, que la gente busca el crimen organizado como una opción porque la economía no le da una opción de trabajo y no se la va a dar mientras esas distorsiones se sostengan.
Son decisiones políticas que muchas veces los gobiernos no las toman.
Las reformas a la seguridad social son decisiones de la sociedad. Para usted reformar un sistema de pensiones, porque el problema salud es otro, son decisiones fundamentalmente administrativas. Pero el fondo de pensiones requiere la aceptación de los jubilados, de los afiliados que están cerca a jubilarse, que deben tener un cierto tratamiento. Los afiliados que están más lejos de jubilarse que deben tener otro tratamiento. La gente que tiene que ser obligada a afiliarse, que debe tener también un cierto tratamiento. Empresarios, partidos políticos, Asamblea y Gobierno, entonces son muchos los actores y eso requiere un diálogo que no se ha iniciado lamentablemente en el Ecuador. Países con una gran capacidad de diálogo, como, por ejemplo, Uruguay, produjeron en casi tres años la reforma que salió de un acuerdo político en la Asamblea Nacional del Uruguay. Yo no veo que aquí en 6 meses logremos esos acuerdos. Y sí le voy a decir que en el sistema de pensiones estamos realmente contra reloj.
¿Esos acuerdos políticos son necesarios no solamente en la seguridad social, sino también en otros temas?
Lo son. Porque las grandes decisiones deben volverse objetivos de Estado, políticas de Estado, y eso requiere acuerdos políticos. Ecuador, como Argentina, es un país donde no se sientan los políticos en una mesa frontal y transparentemente a llegar a acuerdos en bien del país. Por ejemplo, estamos hablando de una Asamblea Constituyente. De nuevo, agenda política. ¿Y dónde está la agenda económica que derive lo social? Los grandes problemas sociales del Ecuador son de origen económico. Cuando me habla del suicidio en el Japón o el alcoholismo en Suecia, le diré son problemas sociales. Pero cuando me habla de falta de vivienda en el Ecuador, no es un problema social. Eso es un problema económico, no hay la plata para hacer las viviendas. Cuando me habla de falta de agua potable, es un problema económico, cuando hay falta de infraestructura estamos hablando de un problema económico, no se invierte y la falta de empleo es un problema de una economía que no crece. Entonces, cuando se habla de problemas sociales, hay que entender que una economía enferma deriva en problemas sociales y que la gran mayoría de los problemas sociales del Ecuador tienen su origen en la economía. Hay que entender que un país pobre no puede postergar su agenda económica bajo el pretexto de que hay una agenda política porque va a derivar en crisis social. Hemos privilegiado las agendas políticas por encima de la agenda del desarrollo, de la del crecimiento y eso no es dar discursos ni sacar leyes. Eso es tener una economía transparente, sana, lógica, libre que no lo hemos hecho en el Ecuador.
En un escenario de posible Constituyente, ¿se debe privilegiar la agenda económica o ponerla al nivel de la política?
¿Para qué queremos una Constituyente? Se pueden hacer cambios a través de la Asamblea Nacional y una Constituyente, que debería llamarse más bien Constitucional, porque Constituyente es para constituir un Estado de Derecho que sí existe al menos en lo legal, y cada vez decimos que se va a refundar el Ecuador. En 2008, no se refundó en Montecristi, se refundió que es otra cosa. Lo refundimos al Ecuador, lo licuamos e hicimos una de las peores amalgamas, de las peores aleaciones y terminamos con una Constitución que tiene muchas perversidades. Creo que en estos momentos lo ideal sería entender los graves problemas económicos y llegar a acuerdos sobre esos graves problemas económicos.
Hasta lograr esos acuerdos hay urgencias económicas que al Gobierno le corresponde cubrir, déficit fiscal, deuda externa, el aparataje estatal y no hay suficientes recursos, ¿qué debe hacer?
Tanto no hay que el Estado está debiendo más de US$ 5.000 millones de pagos pendientes, US$ 3.000 y algo de millones de convenios de liquidez que le quitan la plata a la Superintendencia de Compañías, a la de Bancos, a la Dirección de Aviación Civil, a Petroecuador, que le van quitando la liquidez porque el Estado no tiene plata. Suman US$ 8.000 millones. Cetes que se colocan, que deberían ser cero a fin de año y no quedan en cero, bonos del Estado que no se pueden negociar y que le quitan liquidez al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. Está cargado de bonos del Estado, de hipotecas que no se pueden vender, que son ilíquidas y una deuda de US$ 5.000 millones que el Estado no se la va a pagar. ¿Con qué va a pagar las pensiones? Estas son las reformas urgentes. Cuando se piensa en una Constituyente que será un proceso político extenso, mínimo corriendo a toda velocidad de un año y que hay que ir a un referéndum que puede perderse es una posibilidad. La Constitución aprobada puede perderse. Y postergamos por eso la agenda económica, creo que se está tomando unos riesgos realmente impresionantes.
¿Cuándo se posesione el nuevo el nuevo Gobierno del presidente Noboa debería decirle al país por dónde va el modelo económico y la agenda urgente?
Debería, y también hacer entender que no es una agenda del Gobierno, debe ser una agenda del país. Mientras Ecuador no entienda que la política no es tratar de destruir como oposición al Gobierno de turno, para con eso tratar de ganar la siguiente elección, mientras eso no se entienda es muy difícil la salida. (I)