El próximo parque temático de Disney en Abu Dhabi podría sumar hasta US$ 2.300 millones a sus ganancias durante los primeros diez años de actividad, según un nuevo análisis.
Tal como había anticipado el autor en una publicación en redes sociales y en un informe posterior, Disney confirmó en mayo que su nuevo resort se levantará en la capital de los Emiratos Árabes Unidos. El anuncio generó una reacción inmediata: las acciones del gigante del entretenimiento pegaron un salto.
El valor de las acciones de Disney venía en baja desde que alcanzaron un pico de US$ 201,91 en marzo de 2021. Las fuertes pérdidas en su negocio de streaming, sumadas a varios fracasos taquilleros, empujaron el precio hacia un mínimo en casi una década: US$ 81,72 en abril de este año. Incluso quedó por debajo del nivel que tenía cuando arrancó la pandemia. Pero la magia volvió más rápido de lo esperado.
El 7 de mayo, tras el anuncio de Disneyland Abu Dhabi, las acciones treparon un 10,8% y hoy se ubican en unos saludables US$ 115,17. Solo ese día, el valor de mercado de Disney creció en US$ 18.000 millones. Y esto, según los analistas, podría ser apenas el primer paso.
Los parques temáticos, más que las películas, son el verdadero motor de ganancias para Disney. Buena parte de eso se explica por los márgenes altos que deja la venta de comida, bebida, productos y pases para evitar las filas. El área de Experiencias Disney —que abarca los parques y la línea de productos de consumo— generó poco más de un tercio de los US$ 91.400 millones en ingresos de la compañía durante el año pasado, pero aportó casi el 60% de los US$ 15.600 millones en ganancias operativas.
Y esa tendencia sigue firme. Ayer, Disney informó que en el tercer trimestre de este año, el segmento de Experiencias volvió a liderar: fue responsable de la mayor parte de los US$ 4.600 millones en beneficios y explicó un 38,4% de los US$ 23.700 millones que facturó en total.
Entonces, ¿por qué las acciones venían tan golpeadas hasta que se conoció el proyecto en Abu Dhabi?
Para sostener el interés del público, los parques temáticos tienen que sumar nuevas atracciones, y eso cuesta caro. En este momento, Disney está metido de lleno en un plan de inversión de US$ 60.000 millones para su división de Experiencias, que incluye la ampliación de sus seis complejos turísticos. El problema es que estas obras llevan años y todavía no está claro cuánta gente va a poder pagar para visitarlas una vez que estén listas.
El compromiso de invertir US$ 60.000 millones no cayó bien entre los inversores, como ya lo señalaba un informe publicado en julio del año pasado. Desde entonces, el panorama para el sector turístico no mostró mejoras concretas, en parte por la amenaza de nuevos aranceles impulsados por el presidente Trump. En mayo, Airlines Reporting Corp. (ARC) informó que las ventas de pasajes de avión a través de agencias de viajes en Estados Unidos bajaron un 4% interanual en abril. Fue el tercer mes seguido con caídas y la más pronunciada en los últimos diez meses.
Un mes después, la firma de análisis financiero Morningstar informó que la plataforma de reservas Expedia estaba viendo una caída en la demanda dentro de su principal mercado, Estados Unidos, producto de la incertidumbre que generan los aranceles. En paralelo, las cadenas hoteleras Hilton, Hyatt y Wyndham también ajustaron a la baja sus proyecciones anuales. Argumentaron que el contexto económico es complejo y que la demanda se está enfriando, porque muchos consumidores prefieren postergar sus viajes.
Pero lo que más preocupa es otro dato: el mes pasado, la reconocida encuesta de la Universidad de Michigan sobre confianza del consumidor marcó 61,8 puntos, un 16% menos que en diciembre de 2024 y muy lejos del pico de más de 100 que tuvo a comienzos de 2020.
Tal vez ahí esté la razón por la cual los inversores se venían mostrando tan escépticos con las acciones de Disney, a pesar de los buenos números. Lo cierto es que casi todas las áreas del segmento de Experiencias registraron en el tercer trimestre más ingresos y mejores márgenes que en el mismo período del año pasado. Pero hubo una excepción.
Las ventas de productos de consumo subieron un 2,9% y las ganancias operativas en ese rubro avanzaron apenas un 0,9%. En los parques de Estados Unidos, los ingresos treparon un 10% y las utilidades operativas lo hicieron aún más: 22,5%. Sin embargo, el panorama fue distinto en sus complejos internacionales de París, Shanghái, Hong Kong y Tokio. Aunque la facturación de esas sedes subió un 5,6%, hasta llegar a los US$ 1.700 millones, las ganancias operativas combinadas cayeron un 3,1%, hasta los US$ 422 millones.
Disneyland Abu Dhabi podría cambiar ese panorama. De hecho, esa transformación es lo que explica el fuerte impacto que tuvo el anuncio en el valor de las acciones, a pesar del contexto incierto que atraviesa el turismo.
A diferencia de casi todos sus otros parques —que Disney posee y gestiona directamente, asumiendo tanto las ganancias como los riesgos y costos de inversión—, el complejo en Abu Dhabi será distinto. Lo construirá y operará Miral, una empresa con respaldo estatal que, como detalla un informe reciente, es la principal operadora de parques temáticos del mundo fuera de Disney y Universal. La clave está en el modelo de negocio: Disney cobrará regalías por licencias, pero no tendrá que poner plata para desarrollar ni construir el parque.
Este esquema no es nuevo. Se parece mucho al del Tokyo Disney Resort, que pertenece a Oriental Land Company (OLC), una empresa japonesa especializada en entretenimiento y que cotiza en la bolsa de Tokio. OLC contrata a la división Imagineering de Disney para diseñar las atracciones y hoteles, y a cambio Disney cobra regalías por los ingresos que genera el complejo.
Los detalles sobre el porcentaje de regalías siguen siendo confidenciales, y ni Disney ni Miral hicieron comentarios al respecto. Sin embargo, documentos presentados por otros parques internacionales de Disney indican que "la tasa de regalías que cobra The Walt Disney Company a los complejos fuera de Estados Unidos es prácticamente la misma: entre un 5% y un 10% de los ingresos, según la fuente (productos, comidas y bebidas, entradas, etc.)".
Esto coincide con lo que contó el ex CEO de Disney, Michael Eisner, en sus memorias Work in Progress. Allí explicó que el contrato final con Tokyo Disney establecía que Disney recibía "el 5% de los ingresos brutos por comida y productos, y el 10% de los ingresos brutos por entradas".
Morningstar estima que la tasa de regalías ronda en promedio el 7% de los ingresos totales. Por su parte, un informe de 2017 de la consultora Skift señaló que la tasa efectiva de regalías de Disney —basada en ingresos de parques y hoteles— promedió un 6,1% durante once años.
Si tomamos esa cifra más conservadora para el ejercicio fiscal que termina el 31 de marzo de 2025, el resultado sería de US$ 269,7 millones. Eso equivale al 2,9% de los ingresos operativos anuales del segmento de Experiencias de Disney. Según datos que se desprenden del informe, un 6,1% de los ingresos de parques y hoteles le generó a Disney regalías por US$ 3.500 millones en los últimos 15 años, lo que representa un promedio anual de US$ 232,6 millones. Si Abu Dhabi llega a niveles similares, Disney podría recibir US$ 2.300 millones en una década.
Los acuerdos de regalías como este suelen incluir garantías mínimas, por lo que Disney no debería salir perdiendo si los ingresos terminan siendo más bajos que los de OLC, que gestiona dos parques frente al único que se construirá en Abu Dhabi. Sin embargo, según The Wrap, se espera que Disneyland Abu Dhabi reciba 32 millones de visitantes en su primer año, una cifra superior a la que alcanzan los dos parques de Tokyo Disney, según el ranking de asistencia elaborado por la Asociación de Entretenimiento Temático.
Ese número convertiría a Disneyland Abu Dhabi en el parque temático más visitado del mundo. Puede sonar exagerado, porque no hay antecedentes similares, pero hay una razón detrás de esa proyección: el objetivo de Miral no se limita a la venta de entradas. El gobierno de Abu Dhabi está impulsando grandes proyectos de entretenimiento, como este, para diversificar su economía y reducir su dependencia del petróleo, en un contexto donde las reservas ya no son lo que eran. Cuanto más grandes sean los parques, más turistas atraerán, y más amplio será el tejido económico que buscan construir.
Por eso Abu Dhabi apunta a convertirse en el principal destino mundial de parques temáticos. Para lograrlo, necesita atraer visitantes de todas partes del mundo, lo que pondrá a su parque Disney en competencia directa con el resto. Para estar a la altura, tendrá que superar a todos los demás. Esa ambición quedó clara en las palabras del CEO de Disney, Bob Iger, quien aseguró que será "el parque temático tecnológicamente más avanzado que jamás hayamos construido". Tal vez esa apuesta también explique por qué podría convertirse en el más grande, como analizó este autor, y por qué podría atraer más público que cualquier otro parque.
Cuanta más gente lo visite, mayores serán las ventas y, con eso, las regalías para Disney. Lo clave es que, como la empresa no tiene que poner un centavo en el desarrollo ni en la operación del parque en Abu Dhabi, esas regalías van directo a sus balances y suman de lleno a los ingresos operativos del negocio de parques internacionales. Esa es, en buena parte, la razón por la que las acciones de Disney pegaron un salto tras el anuncio del nuevo parque. Y si todo sale como se espera, cuando abra sus puertas, las caídas trimestrales en la división internacional de parques deberían quedar atrás.
Y eso es solo una parte de todo lo que este nuevo proyecto podría significar para Disney.
"Desde el punto de vista de la inversión, posiciona a Abu Dhabi como un destino global de primer nivel capaz de atraer marcas de clase mundial, lo que probablemente catalizará inversiones internacionales adicionales en entretenimiento y hospitalidad en la región", dijo Josh Gilbert, analista de mercado de eToro, en una entrevista reciente con Forbes Middle East.
Tener un resort Disney en Medio Oriente le permite a la compañía extender su presencia a una región donde hasta ahora no tenía un parque. Eso podría traducirse en un impulso para su negocio de productos de consumo y medios, y aumentar las suscripciones a Disney+, las ventas de merchandising y el interés por sus películas en Medio Oriente y el norte de África.
El parque podría abrir tan pronto como en 2030. Así que los accionistas de Disney, si todo avanza según lo planeado, no tendrían que esperar tanto para ver ese final feliz.
Nota publicada por Forbes US