El origen de las empresas no siempre es ordenado o lineal. En el caso de Bemart un siniestro vehicular fue el inicio de una etapa que marcó el presente y el futuro de esta compañía que oferta soluciones médicas. Una mujer tenía la frente hundida tras un accidente de tránsito.
La empresa nació en 2015. Comercializaba equipos e insumos médicos. "Conectábamos empresas y sus productos para cirugías e implantes. Conocíamos el medio, trabajábamos con hospitales, clínicas y centros de salud", explica Belén Martínez, gerente y fundadora de la empresa.
Con estudios en Gestión hospitalaria y nuevas tecnologías, Martínez desarrolló con el equipo de la empresa una serie de productos para la industria de la salud. Recuerda que luego de un impasse con un cliente se tomó la decisión de tomar un nuevo rumbo. "Teníamos toda la información, la data y sabíamos cómo hacerlo".
Bemart apostó por los 'cementos para cirugía', materiales médicos especializados utilizados para fijar implantes, estabilizar fracturas o proteger heridas quirúrgicas. La empresa empezó a ofertar cemento importado de Italia para cirugías de rodilla y de cadera. Se coloca entre el hueso y la prótesis y cuando se endurece queda un solo cuerpo, explica Martínez.
La empresa se involucró en el tema quirúrgico y los productos que ofrecía se usaban en todo tipo de cirugías. Sin embargo, tuvo un pedido que cambió su enfoque de negocio. "Un hospital recibió a una mujer de unos 60 años con la frente totalmente hundida. Nos contactaron para ayudarles con un implante a medida que en ese entonces solo se importaba desde Alemania, pero demoraba entre 20 y 30 días".
Martínez recuerda que estar junto a los familiares de la paciente fue difícil porque sufrían mucho. "Estuvimos ahí, ayudando, pendientes y eso nos hizo un clic, ¿por qué tenemos que esperar 30 días para un implante? ¿por qué esta gente tiene que sufrir tanto para mejorar su calidad de vida?, ¿por qué no hacemos nosotros los implantes?".
El equipo de Bemart empezó a contactar con profesionales en el tema biomédico, con neurocirujanos y con traumatólogos. Así Martínez y sus colaboradores fueron entendiendo cómo funcionaba la elaboración de prótesis, el uso de materiales y la maquinaria adecuada.
El proceso dio resultado y desde hace dos años Bemart tiene las máquinas para fabricar implantes de titanio. El camino no fue sencillo y la curva de aprendizaje fue intensa, según cuenta la vocera de la empresa. La firma tiene la certificación ISO 13485: 2016 que avala la fabricación, distribución y transporte de dispositivos médicos e implantes a medida.
La manufactura de implantes en titanio es una de las fortalezas de esta empresa. "Son personalizados y hechos a la medida. Tomamos una tomografía de un paciente, puede ser la parte de cráneo, un maxilar. Los elaboramos en un máximo de cinco días y en emergencias hasta en 48 horas. Estamos muy felices de poder contar con esta ayuda para nuestro país, es cambiar una vida y una innovación por donde se la mire".
Martínez detalla la elaboración: se planifica, se diseña con 3D, se utiliza inteligencia artificial y luego se llega a una impresora láser para obtener las piezas de titanio. "Hay que hornear, pulir, arenar, cumplir estándares de limpieza. Cada implante dura más de 20 años".
¿Cuánto se invirtió en este en este desarrollo? La gerente de Bemart indica que se requirió casi US$ 2 millones entre la impresora, materia prima y el software. Además, está el equipo: dos biomédicos son los encargados de la planificación quirúrgica y del diseño de implantes; tres auxiliares y tres técnicos, más el equipo directivo complementan el trabajo de esta empresa que tiene su sede en Guayaquil. En nómina están 12 personas.
La empresa ya planea cruzar fronteras con sus implantes. Por eso, está en conversaciones y acercamientos con México. Pero primero debe cumplir con los permisos sanitarios respectivos. Mientras tanto continúa desarrollando otros productos como las campanas hechas a medida para pacientes de pectus excavatum, una deformidad de la pared torácica en la que el esternón y las costillas crecen hacia adentro.
Con este enfoque y el desarrollo de productos Bemart tiene una facturación anual de US$ 3 millones. Para el 2026 la expectativa es dar el salto a nuevos mercados y crecer un 30 %.
¿En estos 11 años cuáles fueron los momentos difíciles, los hitos y qué sensaciones quedan? "Tuvimos que luchar cada día, cada año porque no es fácil. El mundo de la medicina aún es un bastante masculino y aún hay dificultad para una mujer que dirige una empresa del sector. El camino fue un poco difícil, pero no imposible. Las adversidades nos motivan". (I)