En un sector donde la mayoría de ecuatorianos no mira, opera una de las compañías más grandes del país. Está presente en 92 países, transporta más de 90 millones de kilos al año y mueve más de US$ 200 millones en fletes. Se trata de Logiztik Alliance Group, una empresa que nació en Ecuador y que hoy se consolida como una plataforma clave para las exportaciones del país: flores, frutas, pescado, plásticos, cacao, entre otros.
Esta historia tiene dos protagonistas. Uno representa el inicio, la fundación. El otro, la evolución y la gestión profesional de una industria tan exigente.
"Yo empecé en este negocio trabajando en una plantación de flores", dice Jorge Garcés, socio fundador de la compañía y actual vicepresidente de ventas. Nació en Quito en 1967, en una familia ambateña. "Mi papá era militar, se me ocurrió entrar al colegio militar, pero estuve dos años, obviamente no me gustó". Luego estudió en el colegio San Gabriel y se graduó como abogado en la Universidad Católica. Pero nunca ejerció: "Más me gustaba la parte comercial y de negocios".
Fue en la plantación donde empezó a entender la operación exportadora. De ahí saltó a una agencia de carga. Aprendió todo. "Después de algunos años puse mi propia agencia con mi papá. Empezamos en el 94".
Cuatro años más tarde, su padre falleció de un infarto. "Entró mi mamá a ayudarme en el tema financiero, que es contadora de profesión, ella manejaba la parte financiera y una hermana mía también me ayudó en la parte comercial".
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En 2014, junto a otros tres socios con experiencia en el sector, decidieron fusionar sus operaciones. "Nos sentíamos un poco amenazados por las multinacionales y por eso decidimos juntarnos cuatro empresas, que éramos las más grandes del mercado en ese momento, para formar Logiztik Alliance Group."
Hoy, esa decisión demostró ser estratégica. "Tenemos muy buenas relaciones con las aerolíneas. También manejamos temas marítimos y de importaciones. Nuestro fuerte es la exportación aérea y principalmente las flores". Garcés lo resume así: "Ningún lugar es muy lejos".
Además del mundo de la logística, Garcés vivió durante más de quince años una pasión paralela: el automovilismo. "Lo que me gustaba era obviamente la adrenalina, la velocidad. Siempre me encantaron los carros", recuerda. Empezó a correr a los 36 años, en 2002 y participó en más de un centenar de competencias. La más significativa, dice, fue la Vuelta a la República de 2008, donde ganó su categoría conduciendo un Peugeot del equipo de Auto Francia. "No era solo las carreras, sino también lo personal y familiar que teníamos en ese grupo", explica. Dejó las pistas hace una década, coincidiendo con la fusión empresarial. Lo suyo siempre fue el vértigo, ya sea en la pista o en la bodega de carga.
Por su parte, Eduardo Almeida nació en Quito en 1978. Su carrera fue marcada por un recorrido en grandes empresas. "Estuve en British American Tobacco, después me fui al diario El Comercio (...) y luego trabajé en Adriana Hoyos."
Su formación como ingeniero comercial en la PUCE y su paso por áreas logísticas y comerciales lo prepararon para asumir el rol de gerente general de Logiztik Alliance en 2024. "Para mí, está siendo una experiencia realmente superior a lo que me esperaba en términos profesionales".
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Almeida llegó a una estructura consolidada. "Actualmente estamos llegando a cerca de 250 destinos, a través de conexiones. Tenemos una nómina de 290 colaboradores". Las operaciones principales están en Quito, Guayaquil, Miami, Colombia y Holanda.
En volumen, la empresa transportó más de 90 millones de kilos en 2024. En términos de negocio: "Anualmente movemos más de US$ 200 millones en fletes de aerolíneas. Ese es nuestro movimiento anual intermediando entre las aerolíneas y nuestros clientes". Además, cerraron el año pasado con ingresos por US$ 21,4 millones.
El modelo de negocio es claro: "Lo que nosotros principalmente hacemos es negociar con las aerolíneas espacios en cada una de sus frecuencias y revendemos esos espacios a nuestros clientes del destino. El productor normalmente no es nuestro cliente, sino el importador".
La empresa mantiene su centro de innovación en el país. "Tenemos un equipo de desarrollo de tecnología localizado aquí en el Ecuador que da soporte a todas las operaciones", explican. "Ese desarrollo también se deriva en aplicaciones que están disponibles para todos nuestros clientes a nivel mundial".
Logiztik Alliance también apuesta por la sostenibilidad: "El año pasado implementamos paneles solares en nuestras instalaciones de Tababela. Generaron cerca de 130.000 kWh, lo que equivale a una reducción de CO2 de 15.600 kg".
También participan en el programa SAF (Sustainable Aviation Fuel). "Fuimos la primera empresa en América en sumarse al proyecto SAF de Air France, KLM, Martinair Cargo".
La competencia es intensa. "Donde nos pregunten, allí podemos llegar", dice Garcés. "Hay una red de agentes que siempre te ayudan... pero lo que hay que buscar es que la cadena de frío no se pierda. Eso es lo que realmente mantiene el producto y hace que llegue en buenas condiciones".
Con presencia en mercados como Estados Unidos, Holanda, Alemania, Italia, España, Rusia, Japón, Australia y más, la empresa sigue proyectando crecimiento: "Nuestra idea es expandirnos en Centroamérica, en España y en África", detalla Garcés.
Para ambos, la fusión de las cuatro empresas fue clave. "Aquí sí lograron que cuatro sumen cinco o seis", dice Almeida. "Cada uno se posicionó más fuerte en un mercado que otro. Al unirse, lograron una sinergia que es la que nos sostiene ya más de 10 años".
Garcés, desde la experiencia de haber construido una empresa familiar, es claro: "Echen para adelante. Si tienen una idea, hay que trabajar duro. Nada se da de un día para el otro. En cualquier negocio en el que se le pone mucho trabajo y persistencia, se logra".
Almeida complementa desde la visión de gestión: "Normalmente las cosas funcionan cuando hay convicción y pasión. Eso es lo que he visto en cada uno de los empresarios a los que he tenido la oportunidad de servir desde el aspecto de colaborador".
Logiztik Alliance Group demostró que una empresa local puede convertirse en un puente global. Su historia es testimonio de lo que puede lograrse cuando la visión empresarial se une con trabajo sostenido y colaboración inteligente. Un sueño que en cada vuelo y en cada destino, lleva un pedazo de Ecuador al mundo. (I)