Con ventas anuales de US$ 34 millones La Holandesa continúa innovando en la elaboración de quesos mozzarela, frescos, maduros, rallados, untables, entre otros. Diariamente la empresa procesa 100.000 litros de leche cruda con los que obtiene más de 20.000 quesos.
Esta industria familiar está ubicada en Puembo, a unos 30 minutos de Quito. El negocio comenzó en 1954 cuando Benigno Escudero hizo realidad su sueño de tener una hacienda en las faldas del volcán Chimborazo. Compró unas cuantas vacas que producían cerca de 300 litros de leche al día. Al no tener un lugar donde vender la leche, empezó a elaborar quesos artesanalmente y los traía en bus a venderlos en Quito una vez a la semana. Llegaban en gavetas y la familia los enfundaba y sellaba para venderlos a los vecinos.
Años más tarde, en 1980 su hijo Enrique Escudero, graduado de Ingeniero de alimentos en la Universidad Estadual de Campinas (UNICAMP) en Brasil, y su esposa Cathy Janssen, brasileña de ascendencia holandesa o neerlandesa (de ahí el nombre de la empresa) vieron una oportunidad de negocio cuando Nestlé decidió salirse del negocio de quesos y yogures. Sin dudarlo se acercaron a Corporación Favorita para ofrecerles un queso de similares características.
En ese entonces Escudero manejaba Snob, dedicada al procesamiento de productos alimenticios y Jassen trabajaba como gerente de Calidad en Pasteurizadora Quito. Para iniciar, la pareja montó una pequeña planta en un terreno de su propiedad en Puembo, al nororiente de Quito, donde continúa funcionando. Se contactaron con ganaderos de la zona y empezaron procesando 200 litros diarios, que representaban unos 50 quesos.
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Ellos se encargaban de la producción, elaboración y distribución del producto. En 2003 empezaron con quesos mozarela. Compraban 8.000 litros de leche diarios, con lo que elaboraban más de 1.500 quesos. La facturación llegó en ese entonces a US$ 1 millón.
En los años siguientes, dos de sus tres hijos, Alex y Diego, se unieron al negocio familiar. En 2010 los propietarios empezaron un proceso de divorcio y al no lograr un acuerdo decidieron vender todos sus negocios. Sus hijos, que habían nacido y crecido en este entorno pensaron que no podían permitir aquello. Obtuvieron un crédito y con facilidades de pago adquirieron la empresa. En 2016 cerraron con ventas de US$ 9,7 millones, 40 clientes, 50 colaboradores y 30 proveedores.
En 2022 Maryelis Chacón, se unió al equipo como gerente General. Su objetivo fue darle un enfoque más corporativo a esta empresa familiar. "Siempre pensamos a muy largo plazo en este negocio. Eso nos permite hacer inversiones y seguir creciendo".
Ahora, con una inversión de US$ 5 millones, la empresa implementa proyectos que fomentan un uso más sostenible de los recursos naturales renovables, la protección del medio ambiente y la competitividad. "Somos una empresa con huella de carbono cero, 98% automatizada minimizamos las emisiones de gases de efecto invernadero, optimizamos la cadena de suministro, reducimos la generación de residuos y utilizamos energías renovables. Hemos remplazado el cartón por jabas. Todavía no podemos hablar de empaques ecológicos, pero hacía allá nos estamos enfocando".
Las ideas no se detienen en La Holandesa. En 2025 la meta es tener listo un parque solar en Itulcachi, al suroriente de Quito. La inversión es de US$ 1 millón y se generarán 1,1 megavatios.
Para ser más competitivos e impulsar las ventas los hermanos Escudero planificaron una estrategia de transición enfocada en un modelo de gobernanza, porque entendieron que son necesarios cambios de fondo y no de formas para trascender en el tiempo.
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Hoy en día La Holandesa cuenta con 259 colaboradores y 80 clientes. Se abastece de 65 haciendas de la sierra y 15 comunidades indígenas a las que brindan apoyo y asesoramiento técnico.
La empresa suma más de 200 items entre los que destacan quesos mozarella bajos en grasa, para pizzas, maduros, para untar, criollo y últimamente yogures y cremas de leche. En 2023 la facturación fue de US$ 34 millones y este año espera ventas de US$ 40 millones.
¿Hay proyeccción internacional? En algún momento lo consideraron, pero por ahora no esta en los planes. Chacón explica las razones. "La leche en Ecuador es la segunda más cara del mundo luego de Suiza. En situ un litro de leche cruda vale US$ 0,60, mientra que en los paises vecinos no llega a US$ 0,40. Además al ser un país dolarizado, el único índice de competitividad es exportar a países con la misma moneda. Pese a los altos y bajos, aunque no estamos en una situación económica estable vemos oportunidades en el país". (I)