'Visten' a las exportaciones ecuatorianas
Cada día, Marisol Montalvo, gerente general de Clusterpack, recibe a emprendedores con grandes aspiraciones. La empresa que dirige se especializa en soluciones de empaque para exportación. El año pasado tuvo ingresos por US$ 5,3 millones.

El negocio nació en las aulas del IDE Business School, en una clase sobre la teoría de Michael Potter sobre los cluster. "Cuando unes varias instituciones, no sólo creas un servicio de valor sino que eres más eficiente", dice Marisol Montalvo, gerente general de Clusterpack.

Hoy en día, la firma que fundó esta mujer maneja 600 marcas, entre ellas ILE, productos Para Mi Bebé, Olimpo Flowers, entre otras. En 2024, tuvo ingresos por US$ 5,3 millones y solo en junio pasado elaboró más de 2 millones de cajas. 

El ADN emprendedor lo lleva en sus genes. Su bisabuelo,. Edmond Catefort Gueybeau, llegó desde Aquitania, Francia hace casi un siglo. Durante el mandato de Eloy Alfaro formó parte de la construcción del ferrocarril de Alausí a Sibambe, conocido como la "Nariz del Diablo".

En su infancia, Marisol acompañaba a su padre a las mesas de negociaciones cuando era presidente de Conlatinos, una constructora con 50 años de trayectoria. "Aprendí que la palabra tiene más valor que cualquier documento". Años después, esta lección se convirtió en el pilar de su empresa. 

Su madre, por otro lado, la envolvió en las ciencias sociales y humanas. Al graduarse del colegio, optó por la misma rama. Montalvo estudió Psicología Clínica en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y realizó una especialización en psicoanálisis en la Universidad de Sorbona, en París.

Quizás te puede interesar: La Under 30 guayaquileña que abre puertas a latinas en UK

Desde los 15 años fue catequista y su motor era la ayuda social. Cuando cumplió 17, trabajó en la fundación salesiana "Niñas de la Calle". Luego, consiguió empleo en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde enseñaba educación sexual a adolescentes. Cuando terminó el proyecto, entró al Grupo Richard O. Custer como gerente de marca. Allí también instruía a las jóvenes sobre temáticas como la feminidad y la depresión posparto. 

En 2004, entró en el mundo de los empaques. A sus 24 años trabajó en Grupasa, un fabricante y proveedor de productos de papel y cartón. Aquí aprendió sobre el empacado y decidió volcar su carrera profesional e irse por algo mucho más técnico: estudió Ingeniería Comercial en la PUCE. Con el tiempo, asumió la gerencia corporativa de la compañía. Expandió su conocimiento y realizó una maestría en dirección de empresas en el IDE Business School. "Cuando conseguí capital, decidí emprender". 

En 2014, y con una inversión inicial de US$ 100.000, se creó ClusterPack, que ofrece procesos logísticos para diversos sectores como flores, pitahaya, alimentos y manufactura liviana. Cada diseño debe seguir, al pie de la letra, las regulaciones de Estados Unidos, Europa y Asia. En 2017, obtuvo un premio del BID por buenas prácticas de procesos de calidad.

Con 25 años de experiencia en esta industria, ella siempre encuentra la forma para que sus contenedores lleguen al destino final. "Hay que cumplir a pesar de las circunstancias. Hacer negocios en este país es aprender a bailar en una alfombra de movimiento. Los gobiernos, leyes y entorno cambian, pero tú tienes que enfocarte en los resultados". 

Hoy maneja 3.000 diseños especializados. "Es como confeccionar un terno para cada atún, fruta o flor". En 2023, Cluster Pack apoyó a los primeros exportadores de pitahaya que enviaron sus frutas desde Palora, en Morona Santiago, a China. Esta ejecutiva afirma que el mercado con regulaciones más exigentes es Asia.

Sus empaques son admitidos en Walmart  y Carrefour, dos de las cadenas de supermercados más grandes a escala global. "Cumplimos con las expectativas del cliente local y las condiciones que se exigen afuera". Los precios van desde US$ 0,40 hasta US$ 100.

Lee también: Oro Verde y Minutocorp se juntan en una inversión de US$ 50 millones

Esta emprendedora supo balancear su vida profesional con la maternidad. Sus tres hijos crecieron en un entorno corporativo. "Cuando viajaba a Guayaquil me movía al hotel, daba de lactar cada tres horas y regresaba a trabajar".

Philippe Herbeth, su hijo mayor tiene 23 años, se graduó en Kings College London como mejor graduado y mejor tesis en política y economía. Desde los 12 años conoce a profundidad el negocio de su madre. Hoy es asesor comercial en la compañía. A la par, está estudiando derecho en la Universidad San Francisco para continuar con el legado. "Nuestro objetivo es que nuestros colaboradores sigan preparándose y que permanezcan mucho tiempo". Su segundo hijo, Lucas, estudia finanzas en Madrid y la menor, Maëlys, recién graduada del colegio, estudiará economía.

Para esta empresaria francesa-ecuatoriana, sus conocimientos en psicología clínica le ayudaron a manejar un equipo de 24 personas. "Nosotros queremos que nuestros colaboradores crezcan profesionalmente". Por eso, ofrecen certificados como coach ontológicos o en ingeniería a sus empleados. 

Todavía conservan su primera factura. Era de Schullo, una empresa de alimentos a base de cereales, snacks y otros productos nutritivos. "Cuando éramos pequeños mucha gente nos vio y creyó en nosotros". Por eso, la compañía se compromete a asesorar y ayudar a emprendedores pequeños. "Esto nos diferencia de cualquiera en el sector cartonero, nosotros les abrimos la puerta a todos porque nos motiva verlos crecer". (I)