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Fallece a los 81 años Stanley Fischer: el maestro de la economía global

Juan Romero

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Falleció Stanley Fischer, exvicepresidente de la Reserva Federal y figura clave del FMI y el Banco Mundial, cuyo legado marcó la política económica mundial.

1 Junio de 2025 20.04

Stanley Fischer, uno de los economistas más influyentes de las últimas décadas, falleció ayer sábado a los 81 años. Su carrera, que abarcó roles centrales en el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Israel, dejó una huella imborrable en la economía mundial y también en la historia económica de Argentina.

Fischer fue anunciado muerto por el Banco de Israel, institución que presidió entre 2005 y 2013, y donde fue reconocido como un "profesional de clase mundial, un hombre íntegro, con un corazón de oro", en palabras del presidente israelí Isaac Herzog. Su influencia trascendió la política económica para impactar generaciones de economistas, entre ellos Mario Draghi y Ben Bernanke, quienes fueron sus alumnos en el MIT, donde Fischer ejerció como profesor y mentor.

Su rol en la crisis argentina de 2001

Como primer subdirector gerente del FMI en los años 90, Fischer tuvo un papel crucial en la gestión de la crisis económica argentina que estalló a fines de esa década. En agosto de 2001, cuando Argentina atravesaba una situación crítica, el FMI bajo su liderazgo aprobó un préstamo adicional de U$S 8.000 millones para intentar sostener la economía del país. Sin embargo, Fischer advirtió que esa ayuda "podría no ser suficiente" y que Argentina "necesitará más de lo que les estamos dando" para reestructurar su deuda.

En ese contexto, en aquellos ajetreados meses de 2001, Fischer elogió al gobierno de Fernando de la Rúa, calificándolo como "tremendamente decidido" a implementar la ley de déficit cero, una medida clave para intentar estabilizar la economía. Además, su gestión coincidió con un cambio en la política del Tesoro de Estados Unidos, que comenzó a apoyar una reprogramación "voluntaria y amistosa" de la deuda argentina, buscando evitar un colapso que pudiera afectar a toda América Latina y los mercados internacionales.

Fischer también comparó la debacle argentina con el hundimiento del Titanic, defendiendo la decisión de otorgar ese préstamo millonario y subrayando la gravedad de la crisis que enfrentaba el país. Su visión fue clave para que organismos multilaterales como el Banco Mundial aprobaran créditos adicionales, como un préstamo de U$S 400 millones dentro de un "blindaje financiero" global de U$S 40.000 millones comprometido en diciembre de 2000.

Un economista de impacto global

Nacido en 1943 en la entonces Rodesia del Norte (actual Zambia), Fischer fue un economista con doble ciudadanía estadounidense e israelí, reconocido por su capacidad para combinar la teoría económica con la práctica política. Su trabajo pionero en la década de 1970 sobre la política monetaria activista lo convirtió en una figura central del neokeynesianismo, corriente que sostiene que los bancos centrales pueden y deben intervenir para estimular la economía.

Su paso por el FMI fue durante un período turbulento, enfrentando crisis financieras en México, Rusia, Asia y América Latina. Posteriormente, fue vicepresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (2014-2017), donde mantuvo una postura firme sobre la regulación financiera, advirtiendo que "revertirla sería extremadamente peligroso y miope".

En Israel, su gestión al frente del Banco Central fue decisiva para que el país superara la crisis financiera global de 2008 con relativa estabilidad, implementando medidas innovadoras que incluyeron recortes tempranos en las tasas de interés y políticas para mantener la competitividad de las exportaciones4.

Su legado y vínculo con Argentina

El vínculo de Fischer con Argentina no se limitó a la crisis de 2001. Su enfoque pragmático y su experiencia en economías en crisis lo convirtieron en una referencia para la región. En sus declaraciones, Fischer definió la crisis argentina como "una crisis pasada de moda" centrada en el abandono del tipo de cambio fijo 1 a 1, y señaló que el régimen cambiario era un tema central para la recuperación del país.

Su legado en Argentina es el de un economista que, desde la esfera internacional, buscó equilibrar la ayuda financiera con recomendaciones para reformas estructurales, en un contexto de altísima volatilidad y riesgo de default. Su análisis y acciones contribuyeron a que la comunidad financiera internacional tomara conciencia de la gravedad de la situación y se movilizara para evitar un colapso total.

Stanley Fischer deja un legado de rigor académico, liderazgo en política económica global y un compromiso con la estabilidad financiera que trascendió fronteras. Su muerte marca el fin de una era para la economía mundial, pero su influencia seguirá vigente en las políticas y en las aulas de economía de todo el mundo.

"A través de su enseñanza, escritura, asesoramiento y liderazgo, Stan ha tenido tanta influencia en el dinero global como nadie en la última generación", dijo Lawrence Summers, exsecretario del Tesoro de EE.UU.

Como académico, formó a generaciones de economistas tanto en sus clases de la Universidad de Chicago -toda una generación de economistas de la Argentina fueron alumno suyo y algunos llegaron a ser amigos- y del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) como a través de sus libros, especialmente su manual de 1978 Macroeconomía, que escribió junto a su colega Rudi Dornbusch

Su paso por Argentina es un capítulo fundamental para entender la crisis económica más profunda que vivió el país en las últimas décadas y cómo la comunidad internacional trató de contenerla. Fischer fue, sin dudas, uno de los protagonistas de esa historia.

Fuentes: Reuters, Financial Times, La Nación, Página 12, Infobae

 

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