Forbes Ecuador
agroindustria y empleo
Columnistas

Agroindustria y empleo rural: semilla estratégica para el desarrollo

Verónica Chávez

Share

Impulsar la agroindustria implica implementar políticas públicas focalizadas, fomentar el cooperativismo, invertir en infraestructura rural y garantizar el acceso a crédito. La consolidación de este sector no solo genera empleo, sino que también redistribuye oportunidades, fortalece la seguridad alimentaria y reduce las brechas urbano-rurales.

30 Julio de 2025 14.50

En un país donde solo el 35,2% de la población económicamente activa (PEA) accede a un empleo pleno, y más del 60% trabaja en condiciones laborales inadecuadas, abordar el tema del empleo implica enfrentar urgencias y, al mismo tiempo, reconocer oportunidades. En este contexto, la agroindustria emerge como una de las pocas actividades económicas que no solo resiste, sino que arraiga: genera empleo, diversifica ingresos y dinamiza territorios históricamente marginados.

Según cifras del INEC a mayo de 2025, más de 60 mil personas se sumaron al desempleo en el último año, alcanzando una tasa nacional del 4,1 %. Esta crisis impacta con mayor fuerza a las mujeres (5 %) y a los jóvenes entre 15 y 24 años. Frente a este panorama, el desarrollo agroindustrial se erige como una alternativa concreta y sostenible para combatir el desempleo rural y retener talento en los territorios.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha destacado que "la promoción de la agroindustria sostenible es una estrategia clave para crear empleo decente y prevenir la migración forzada de jóvenes rurales". Siete de cada 10 jóvenes que migran del campo lo hacen por falta de oportunidades. Por lo tanto, invertir en agroindustria significa sembrar raíces donde antes había exilio.

La agroindustria activa un ecosistema productivo que involucra a múltiples actores: agricultores, ganaderos, técnicos, transportistas, procesadores, comercializadores y emprendedores. Cada eslabón de la cadena de valor genera empleo, tanto directo como indirecto. Además, la diversificación de productos, la incorporación de tecnología y la capacitación técnica abren nuevos mercados y mejoran la competitividad, fortaleciendo así la economía regional. No en vano economistas y analistas económicos hablan del efecto multiplicador de oportunidades que tiene la agroindustria.

El sector lácteo ecuatoriano es un ejemplo de esta dinámica. Con una estructura productiva centrada el 77,6 % en la región Sierra, genera empleo directo e indirecto para más de 1,2 millones de personas, en su mayoría rurales. Desde el ordeño en fincas familiares hasta el procesamiento industrial, la logística y la comercialización nacional e internacional, la cadena de valor de la leche dinamiza economías locales con impacto real.

Empresas, cooperativas y asociaciones han diversificado su oferta con productos como quesos, yogures y bebidas lácteas. Esto ha sido posible gracias a la implementación de tecnologías de pasteurización, buenas prácticas ganaderas, planes de capacitación y un mejor acceso al financiamiento. La formalización ha permitido a más pequeños productores ingresar a mercados exigentes y mejorar significativamente sus condiciones de vida.

Además, la integración de jóvenes y mujeres en los procesos productivos ha revitalizado comunidades enteras. El uso de insumos de calidad, prácticas sostenibles y estrategias de marketing digital demuestran que el sector lácteo puede ser competitivo, moderno y socialmente responsable al mismo tiempo.

Impulsar la agroindustria implica implementar políticas públicas focalizadas, fomentar el cooperativismo, invertir en infraestructura rural y garantizar el acceso a crédito. La consolidación de este sector no solo genera empleo, sino que también redistribuye oportunidades, fortalece la seguridad alimentaria y reduce las brechas urbano-rurales.

En un contexto donde la innovación, la sostenibilidad y la resiliencia marcan las pautas del desarrollo, la agroindustria representa una apuesta estratégica para Ecuador. Allí, donde nace la tierra y se manifiesta el trabajo silencioso de miles, también germina el verdadero desarrollo. (O)

10