Al finalizar cada año se fija el salario mínimo vital general (SMVG) que estará vigente para el año siguiente. Esta definición ha determinado que esto responda a una negociación o a veces a una puja entre el gobierno, los representantes de los trabajadores y de los empleadores. Este proceso que normalmente se convierte en un tema político, se buscó reemplazar por un esquema que permita incorporar técnicamente las principales variables que deben considerarse para determinar el ajuste salarial adecuado, esto es, la estimación de inflación, las perspectivas de crecimiento de la economía, la forma como responden los salarios al empleo que es lo que se conoce como la elasticidad salarios – empleo, entre otros. Para ello se acordó con el Banco Mundial el desarrollo de una fórmula que defina justamente el nivel salarial, con lo cual se evitaba el embrollo político que siempre rodeaba a esta decisión. Esto fue parte del programa acordado con el FMI el 2020 y este compromiso fue respetado en ese año con el Banco Mundial, fecha en que el resultado de aplicar dicha fórmula determinó que no solamente no había justificativos que ameriten un aumento salarial para el 2021 sino que inclusive se registraba un aumento salarial de los años previos por encima de los valores que fueron los adecuados.

Obviamente reducciones salariales nunca fueron parte de la discusión por ser un tema inconstitucional y política y socialmente imposible de administrar, pero tampoco daba lugar a aumentos salariales. El resultado de aplicar este esquema fue que el valor del SMVG que era de USD 400 mensuales el 2020 se mantuvo en la misma cifra para el 2021. Sin embargo, este tema es importante se lo analice conceptualmente y acorde a la realidad económica del país.

El Ecuador desde hace ya varios años adolece de un gran problema que se llama desempleo y subempleo. Ahora este problema ha sido superado por una mayor preocupación que es la inseguridad, no obstante, en el tema del empleo las decisiones de gobierno en esta materia deben considerar no solo los factores anotados que son los determinantes de cualquier ajuste salarial, sino el entorno sobre el cual se adoptan estas decisiones. Ese entorno en la actualidad ilustra con absoluta claridad que no hay problemas con los niveles salariales sino con la falta de trabajo. Los salarios en el Ecuador en el contexto latinoamericano son los más elevados de la región, inclusive contradiciendo principios como el de la productividad de la economía. Un ejemplo de lo citado es comparar el caso del Ecuador con el de Chile. Ambos países tienen poblaciones similares, alrededor de 18 millones de personas, sin embargo, el PIB del Ecuador en la actualidad es de aproximadamente USD 108 mil millones mientras que el de Chile es de USD 317 mil millones, es decir, alrededor de 3 veces mayor al Ecuador. Esto significa que el ingreso o PIB per cápita en Chile es también cercano a los USD 15.000 anuales mientras que en Ecuador éste es de aproximadamente UDSD 5.000 anuales. Anotado esto, se esperaría que el SMVG mantenga alguna proporcionalidad con lo analizado, sin embargo, el Ecuador muestra un nivel salarial mayor que Chile, es decir, se reconoce un mayor salario a pesar de que la productividad en el Ecuador es mucho menor, 3 veces menor, que en Chile.

También es importante anotar que no se defienden menores salarios sino que el problema del desempleo y subempleo se lo aborde con la mayor cobertura posible, pues ajustes salariales en las actuales circunstancias es concentrar los esfuerzos de la política pública en 3 de cada 10 ecuatorianos que tienen un trabajo y no en los 7 de cada 10 que no lo tienen. Afirmar la posición keynesiana que mayores salarios van a promover más ventas y compras es muy relativo en una economía que crece al 3% anual y que mantiene altos costos de producción. Una reforma laboral que modernice el sector, una reducción gradual pero persistente de los niveles arancelarios, la eliminación total del ISD y de muchos impuestos de menor cuantía que fueron ofrecidos en la campaña electoral, son decisiones que podrían ayudar a reducir el impacto de los ajustes salariales aprobados sin el respaldo técnico necesario.

Probablemente la única explicación que se puede colegir es que el aumento salarial obedece a lo ofrecido en la campaña electoral a pesar de que la eliminación de varios impuestos también fue un ofrecimiento, pero incumplido. (O)