Avances y retos en comercio exterior
Pedro Maldonado Ordóñez Editor
Pedro Maldonado Ordóñez Editor
La historia de los acuerdos comerciales en los que participa Ecuador se remonta a 1969. En ese año, el país pasó a ser parte del llamado Acuerdo de Cartagena, por el cual se creó la Comunidad Andina de Naciones, más conocida como CAN.
Integrado en un principio por Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, la CAN tuvo una serie de altos y bajos en el transcurso del tiempo. Si bien hoy en día Chile ya no es parte, este bloque mantiene un rol protagónico con una serie de beneficios en materia de comercio, cooperación, transporte, telecomunicaciones y otros ámbitos.
La CAN representó para Ecuador el primer paso para integrarse al concierto internacional del comercio exterior. Fue un primer laboratorio para que el país, sus autoridades y sus empresas conecten con otros mercados. Ha pasado más de medio siglo desde entonces y hoy en día Ecuador cuenta con 13 acuerdos comerciales vigentes y espera que entre en vigencia pronto el firmado con Corea del Sur, hace pocos días.
Los firmados con la Unión Europea (2016) y China (2023) son, quizás, los más relevantes de la última década en especial por el tamaño de esos dos mercados y por la oferta, de ida y de vuelta, que se activó con sus puntos a favor y en contra,
Además, Ecuador está cerca de firmar un acuerdo con Canadá, mientras que aún se negocia con Emiratos Árabes Unidos, República Dominicana, México y la Alianza del Pacífico, según datos del Ministerio de Producción, Comercio Exterior e Inversiones.
Estos instrumentos comerciales resultan fundamentales en el desarrollo de países y bloques regionales. Permiten eliminar o reducir barreras arancelarias y no arancelarias; promueven la cooperación internacional; generan nuevas oportunidades económicas; atraen inversiones; y permiten transferencia de tecnología avanzada.
Por el otro lado están los retos y uno de los más complicados es elevar la competitividad de la producción local de un país. En Ecuador este tema es motivo de debate permanente, con industrias que se sienten, de algún modo, desprotegidas y otras que aprovechan las oportunidades innovando y creyendo en sus capacidades.
Los acuerdos comerciales son también una suerte de laboratorio de estrategias, en donde intervienen factores políticos, económicos y sociales. Las negociaciones pueden tomar lustros o décadas y el desarrollo de las conversaciones muchas veces penden de hilos muy finos que no siempre resisten los vaivenes de la economía mundial.
Ecuador ha dado importantes pasos en esta materia y podrá seguir avanzando (ya está en la mesa el acercamiento con Japón, por ejemplo), siempre que se ejecuten estrategias inteligentes, que abran oportunidades para el 'made in Ecuador' y se tenga en cuenta las tendencias de los mercados, más aún en tiempos de guerras comerciales entre los gigantes de la economía mundial.
Con un saldo favorable de US$ 703 millones en la balanza comercial hasta junio pasado, según datos del Banco Central, el país está sintonizando con el mundo, afianzando relaciones con socios tradicionales y buscando nuevas colaboraciones. El camino está en frente nuestro, ahora hay que seguir recorriéndolo con una estrategia clara y de largo aliento. (O)