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Los viajes de negocios existen no solo por la aumentada globalización, sino también por el creciente acceso a la información. Es así como las grandes empresas optimizan su capacidad con comercio internacional y ventajas competitivas, viajando y trabajando en diferentes lugares.

27 Mayo de 2022 14.23

En casi todas las empresas tarde o temprano hay un viaje de trabajo. Ya sea un traslado local de unas horas en auto o una reunión vital al otro lado del mundo que requiera una logística bien planificada. Sin embargo, los avances tecnológicos, la interconectividad internacional, e inclusive la pandemia del COVID-19 están creando cada día más motivos para que los viajes de negocios desaparezcan, llevándose consigo todo lo que implican.

¿Qué hacían las organizaciones antes?

En la antigua realidad, antes del virus, los empresarios salían de viaje con diversos fines. Apenas aterrizaba o se aparcaba el coche el ejecutivo comenzaba la aventura con sus actividades. En este proceso, hay un par de apretones de manos, tal vez un abrazo, miradas a los ojos, compartir culturas, pero también emociones palpables y, a veces, un par de días extras para relajarse.

Los viajes de negocios existen no solo por la aumentada globalización, sino también por el creciente acceso a la información. Es así como las grandes empresas optimizan su capacidad con comercio internacional y ventajas competitivas, viajando y trabajando en diferentes lugares. En muchos casos, incluso destinando gran parte de sus presupuestos. Según Statistapor ejemplo, en 2019 la gigante Deloitte utilizó US$ 583 millones únicamente para desplazamientos corporativos. 

¿Hay nuevas formas de hacer negocios?

En una colección de semanas, todos se ralentizaron relativamente. Vuelos cancelados, cargueros vetados, cadenas de suministro rotas, distanciamiento social fundamental para evitar contagios y cientos de pérdidas. No obstante, son las habilidades conectadas a la astucia del ser humano las que establecieron el estatus quo perfecto para fundar nuevas formas de actividades comerciales en el cambio de la era digital.

Según EY (Ernst & Young), varias corporaciones como Apple, Facebook o Zoom Video supieron usar la tecnología a su favor para mantenerse a flote. Hoy en día se dispone de herramientas que facilitan los pasos de trabajo, evitando tener que desplazarse. La realidad virtual es un claro ejemplo, donde se podrá experimentar universos digitales y tener reuniones realistas. Claramente, existen innumerables formas frescas de hacer negocios, de manera rápida, económica y, en ocasiones, más eficaz. Siguiendo la referencia anterior, la misma Deloitte empleó US$ 97.1 millones solamente en viajes corporativos en 2020 (-485.9 millones de diferencia con 2019).

¿Cómo están reaccionando los grandes?

Según Bloomberg, distintas organizaciones de todo el mundo esperan reducciones en los viajes corporativos tras lo vivido en los últimos meses. 

  • Morgan Stanley, en donde se encuestó a 138 gerentes de reubicación laboral, encontrando que el 23% de ellos pronostica que no habrá retorno a los niveles previos al virus
  • Roland Berger predice un escenario optimista con una pérdida permanente del 10% en la demanda de viajes de negocios y un marco pesimista con una caída del 30%
  • La Asociación Internacional de Transporte Aéreo estima que los viajes laborales serán el último sector en recuperarse por completo
  • The Conference Board, tras recopilar información de 1.539 ejecutivos de alto nivel, incluidos 909 directores, clasifica la reducción del traslado corporativo como el mayor impacto a largo plazo de la pandemia del COVID-19

¿Qué les espera los viajes de trabajo?  

Para estructurar un buen plan se necesita categorizar el contendido, por esto McKinsey & Company detalla cuatro segmentos clave para el retorno del viaje de trabajo. El primero, sosteniendo a “los viajeros esenciales”, para quienes el traslado es vital para continuar operando. Por ejemplo, empresarios en la industria de la manufactura con rutinas de campo. (Esta categoría representó aproximadamente el 15% de los gastos de viajes corporativos en 2019.)

En segundo lugar, “los que esperan”, un segmento constituido por empresarios en industrias y/o roles en teoría no competitivos. Es decir, el sector público, organizaciones sin fin de lucro o asociaciones profesionales que durante la pandemia del COVID-19 migraron sus actividades al espacio digital volviendo a este grupo reluctante a viajar de no ser trascendental. (Este conjunto aportó con el 5% del gasto en viajes de negocios en 2019.)

Ubicados en el tercer puesto están “los viajeros potenciales”, aquellos que viajan para cultivar relaciones con clientes o construir mejores oportunidades. Esta categoría envuelve a las pequeñas y medianas empresas que tienen mejores probabilidades de viajar con menos burocracia que las grandes. Consecuentemente, desatando un efecto domino para la competencia e incrementando los viajes laborales de otras PYMES. (Este compuesto fue el 60% del gasto total en viajes empresariales en 2019.)

Finalmente, “los que no regresan” componen a los que encontraron como positivo el remplazar o frenar los desplazamientos laborales. (Grupo que mantuvo el 20% del gasto en traslado laboral en 2019.) Dentro de esta línea están quienes observaron ahorros gracias a las herramientas tecnológicas, por ejemplo, substituyendo reuniones en persona por conferencias virtuales vertiginosas y baratas. Son ellos en particular los que eventualmente experimentaran menos esas emociones palpables antes mencionadas, frenaran el turismo por trabajo proporcionalmente, el aprendizaje de la mano del viaje, entre otros factores. Pero, son también una muestra de la automatización emergente conectada con una sociedad que progresa con el asta de la tecnología, muchas veces con implicaciones positivas. (O)

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